Instituto no pierde el tiempo. Mientras el calendario recién empieza a desperezarse y muchos clubes todavía están en la etapa de los llamados y las carpetas, en Alta Córdoba ya hay movimiento concreto. La Gloria arrancó la pretemporada este lunes y, casi en simultáneo, presentó a su primer refuerzo: Lautaro Maldonado, un arquero joven, con hambre y con un mensaje claro que marca el pulso de lo que viene.

“Es un salto muy grande el que estoy dando”, dijo Maldonado, sin vueltas, en su primera charla pública tras firmar por tres años. Y no exagera. Llega desde Midland, donde fue figura del ascenso a la Primera Nacional, con números que hablan por sí solos: 25 vallas invictas en 40 partidos. Estadística dura, de esas que seducen a cualquier cuerpo técnico.

Pero más allá de los números, el foco está en su cabeza. Maldonado no llega prometiendo titularidad ni reclamando cartel. Todo lo contrario. Sabe que adelante tiene a Manuel Roffo, uno de los puntos altos del equipo, y lo reconoció con naturalidad ante La Mesa del Fútbol: “Si a Manu le va bien, le irá bien al equipo”. Una frase que encaja perfecto en el momento de Instituto, golpeado por un 2025 flojo y con la necesidad urgente de volver a creer.

El arquero de 24 años contó que ya a mitad de año sabía que la Gloria lo seguía. Esa confianza fue combustible para cerrar una gran temporada y dar el salto. Hoy entrena a la par del grupo y se muestra ansioso por ponerse la camiseta albirroja. “Quiero sumar y aprender”, repite, como mantra.

Maldonado se define cómodo bajo los tres palos, con buena salida a cortar centros y firme con los pies. No esquiva nombres pesados: destaca a Roffo, a Facundo Cambeses y, claro, al “Dibu” Emiliano Martínez. Referencias altas, propias de alguien que entiende dónde está parado.

Instituto empieza a reconstruirse desde los cimientos. Sin estridencias, pero con decisiones rápidas. Maldonado es el primer paso de un camino que busca dar vuelta la página cuanto antes. En Alta Córdoba no hay tiempo que perder. Y el mensaje ya bajó desde el arco.

​Instituto no pierde el tiempo. Mientras el calendario recién empieza a desperezarse y muchos clubes todavía están en la etapa de los llamados y las carpetas, en Alta Córdoba ya hay movimiento concreto. La Gloria arrancó la pretemporada este lunes y, casi en simultáneo, presentó a su primer refuerzo: Lautaro Maldonado, un arquero joven, con hambre y con un mensaje claro que marca el pulso de lo que viene.“Es un salto muy grande el que estoy dando”, dijo Maldonado, sin vueltas, en su primera charla pública tras firmar por tres años. Y no exagera. Llega desde Midland, donde fue figura del ascenso a la Primera Nacional, con números que hablan por sí solos: 25 vallas invictas en 40 partidos. Estadística dura, de esas que seducen a cualquier cuerpo técnico.Pero más allá de los números, el foco está en su cabeza. Maldonado no llega prometiendo titularidad ni reclamando cartel. Todo lo contrario. Sabe que adelante tiene a Manuel Roffo, uno de los puntos altos del equipo, y lo reconoció con naturalidad ante La Mesa del Fútbol: “Si a Manu le va bien, le irá bien al equipo”. Una frase que encaja perfecto en el momento de Instituto, golpeado por un 2025 flojo y con la necesidad urgente de volver a creer.El arquero de 24 años contó que ya a mitad de año sabía que la Gloria lo seguía. Esa confianza fue combustible para cerrar una gran temporada y dar el salto. Hoy entrena a la par del grupo y se muestra ansioso por ponerse la camiseta albirroja. “Quiero sumar y aprender”, repite, como mantra.Maldonado se define cómodo bajo los tres palos, con buena salida a cortar centros y firme con los pies. No esquiva nombres pesados: destaca a Roffo, a Facundo Cambeses y, claro, al “Dibu” Emiliano Martínez. Referencias altas, propias de alguien que entiende dónde está parado.Instituto empieza a reconstruirse desde los cimientos. Sin estridencias, pero con decisiones rápidas. Maldonado es el primer paso de un camino que busca dar vuelta la página cuanto antes. En Alta Córdoba no hay tiempo que perder. Y el mensaje ya bajó desde el arco.  La Voz

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