Dominga Torres, la mucama de la familia de Ángeles Rawson, declarará mañana en el juicio por el crimen de la adolescente. También hablarán en la audiencia la administradora y unos 15 vecinos del edificio de Ravignani 2360, donde vivía la víctima.
Torres se convirtió en una de las principales testigos de la causa cuando contó que el día del crimen, aquel 10 de junio de 2013, ella trabajó entre las 8.45 y las 12.45 en la PB «A» de Ravignani 2360 y que en ese lapso la chica de 16 años nunca llegó al departamento a almorzar, como solía hacer los lunes.
La importancia del testimonio de Torres es que a partir de sus dichos, la Justicia dio por acreditado en la instrucción que a las 9.50 -como quedó grabada en una cámara de seguridad de la cuadra-, Ángeles llegó al edificio en el que vivía pero nunca entró a su departamento, donde la mucama estaba trabajando.
La acusación da por sentado que Mangeri interceptó a Ángeles en el hall central y con un engaño la llevó hasta algún otro sitio del edificio donde intentó violarla y la asesinó.
Otra de las testigos será Lidia Berrojaldis, administradora del edificio y, por lo tanto, la jefa de Mangeri, quien en su momento declaró que al día siguiente del crimen, el ahora imputado la llamó para decirle que estaba enfermo y que el jueves también la llamó para avisarle que se había ido de la portería a la casa de amigos porque a su mujer le hacía mal lo que había pasado con Ángeles.
Los otros 15 testigos de la jornada serán algunos de los vecinos de Ravignani 2360 que la noche del 26 de junio de 2013 fueron todos juntos a declarar a Tribunales compulsivamente, trasladados en micros por la Policía Metropolitana, en una medida inédita ordenada por el juez de instrucción Javier Ríos.
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