El golfista cordobés Ángel Cabrera terminó la temporada 2025 en el PGA Champions Tour con una buena actuación: vigésimo en el torneo final de la Copa Charles Schwab, entre los 36 mejores del año, y ubicado en la novena posición del ranking anual, con tres títulos, dos de ellos en majors de la categoría.
Con la particularidad de que los dos majors los ganó en la misma semana: debido al mal tiempo, el Regions Traditions lo conquistó el lunes y el domingo siguiente se quedó con el Senior PGA Championship. Hasta el momento, es el único argentino que podrá jugar dos majors del PGA Tour 2026: The Masters y el PGA Championship. ¡Sencillamente impresionante!
“Fue un buen año, un año bárbaro”, arrancó diciendo Cabrera, y remató: “Este deporte tiene eso: cuando creés que se te escapó, vuelve; y cuando creés que la tenés, se te va. Es así, me tocó. Estoy jugando bárbaro y se dio todo. Se dieron las condiciones en canchas buenas, canchas largas, yo pegando bien. Pero ganar no es fácil en ningún lado. Hay un factor suerte, estar bien de la cabeza y un montón de cosas más”.
–A diferencia del otro año, pudiste jugar mucho. ¿No se te hizo largo?
–No, se me pasó rapidísimo. Imaginate: acá se juega todo el tiempo. Largo se me hacía cuando estaba en cana, que no se me pasaban más las horas. Ahora se me hizo muy rápido.
–¿Cómo vivís ser el único argentino clasificado para dos majors de la gira grande?
–Yo no me fijo en lo que hacen los demás. Ya estoy en el Champions, me estoy divirtiendo. Me lleva los palos Angelito (su segundo hijo), me divierto. Tampoco es que me voy a agrandar porque voy a jugar dos majors más. Yo jugué más de 70 majors, entre ellos 21 Masters y 20 abiertos británicos (The Open). Obviamente, a esta altura de mi vida y con todo lo que pasó, estar de nuevo ahí y estar bien es muy bueno. Poder volver, tener una buena temporada, ganar tres veces, me hace bien. Pero estoy en la etapa de divertirme.
–¿Muy relajado?
–La paso bien, pero obviamente me caliento porque no me gusta jugar mal. Cuando hago un mal tiro, me sale una puteada: soy el mismo de siempre en la cancha. No me gusta no hacer un buen score, no me gusta que me saquen 30 yardas con el drive. Cuando eso no suceda, será porque ya está. Cuando no sienta el hambre de ganar, creo que ya está. Y por suerte no me está pasando.
–Este año ganaste tres torneos, en uno fuiste cuarto, sumaste cinco top 15 (11º; 12º dos veces; 13º y 15º) y seis top 25 más (17º; 18º; 19º; 20º; 21º y 24º). Es decir, 15 buenas actuaciones en 21 torneos. Eso no es magia.
—No. Mis condiciones de juego estaban. Si bien perdí cinco o seis años por boludear, ya está. Cuando volví a estar consciente, cuando volví a estar sano, volvió el juego también. Porque el juego se me había ido porque yo no le daba bola. No le daba bola al físico ni al deporte. Entonces, obviamente, las cosas no iban a salir. Pero sabía que estando bien medianamente podía dar pelea. A todos estos que juegan ya les he ganado. El 80% o el 90% de los que jugamos en el Champions venimos jugando hace 35 años juntos, toda una vida.
–Y ahora que termina la gira en Estados Unidos, ¿qué viene?
–Juego algo por acá y paro hasta enero, que se juega en Chile. Porque también está Felipe (su hijo menor), que me tiene atado.
–¿Y el caddie (su hijo Ángel)?
–Desde el tee del uno hasta que termina la ronda, él es caddie. Tenemos los chispazos lógicos del laburo, pero nos llevamos muy bien y estamos muy contentos de estar así después de haberla pasado tan mal. Tenemos una muy buena relación: hablamos de Felipe, de sus mellizos, de Delfina, su hija que también juega.
–Vos fuiste el mejor jugador argentino en el ranking mundial.
–Sí, noveno en 2005 y entre los 30 mejores estuve mucho tiempo, al igual que entre los 50 mejores del mundo. Por eso, cuando sienta que estoy en el montón, creo que no lo voy a disfrutar y ahí llegará el momento del retiro.
El golfista cordobés Ángel Cabrera terminó la temporada 2025 en el PGA Champions Tour con una buena actuación: vigésimo en el torneo final de la Copa Charles Schwab, entre los 36 mejores del año, y ubicado en la novena posición del ranking anual, con tres títulos, dos de ellos en majors de la categoría. Con la particularidad de que los dos majors los ganó en la misma semana: debido al mal tiempo, el Regions Traditions lo conquistó el lunes y el domingo siguiente se quedó con el Senior PGA Championship. Hasta el momento, es el único argentino que podrá jugar dos majors del PGA Tour 2026: The Masters y el PGA Championship. ¡Sencillamente impresionante!“Fue un buen año, un año bárbaro”, arrancó diciendo Cabrera, y remató: “Este deporte tiene eso: cuando creés que se te escapó, vuelve; y cuando creés que la tenés, se te va. Es así, me tocó. Estoy jugando bárbaro y se dio todo. Se dieron las condiciones en canchas buenas, canchas largas, yo pegando bien. Pero ganar no es fácil en ningún lado. Hay un factor suerte, estar bien de la cabeza y un montón de cosas más”.–A diferencia del otro año, pudiste jugar mucho. ¿No se te hizo largo?–No, se me pasó rapidísimo. Imaginate: acá se juega todo el tiempo. Largo se me hacía cuando estaba en cana, que no se me pasaban más las horas. Ahora se me hizo muy rápido.–¿Cómo vivís ser el único argentino clasificado para dos majors de la gira grande?–Yo no me fijo en lo que hacen los demás. Ya estoy en el Champions, me estoy divirtiendo. Me lleva los palos Angelito (su segundo hijo), me divierto. Tampoco es que me voy a agrandar porque voy a jugar dos majors más. Yo jugué más de 70 majors, entre ellos 21 Masters y 20 abiertos británicos (The Open). Obviamente, a esta altura de mi vida y con todo lo que pasó, estar de nuevo ahí y estar bien es muy bueno. Poder volver, tener una buena temporada, ganar tres veces, me hace bien. Pero estoy en la etapa de divertirme.–¿Muy relajado?–La paso bien, pero obviamente me caliento porque no me gusta jugar mal. Cuando hago un mal tiro, me sale una puteada: soy el mismo de siempre en la cancha. No me gusta no hacer un buen score, no me gusta que me saquen 30 yardas con el drive. Cuando eso no suceda, será porque ya está. Cuando no sienta el hambre de ganar, creo que ya está. Y por suerte no me está pasando.–Este año ganaste tres torneos, en uno fuiste cuarto, sumaste cinco top 15 (11º; 12º dos veces; 13º y 15º) y seis top 25 más (17º; 18º; 19º; 20º; 21º y 24º). Es decir, 15 buenas actuaciones en 21 torneos. Eso no es magia.—No. Mis condiciones de juego estaban. Si bien perdí cinco o seis años por boludear, ya está. Cuando volví a estar consciente, cuando volví a estar sano, volvió el juego también. Porque el juego se me había ido porque yo no le daba bola. No le daba bola al físico ni al deporte. Entonces, obviamente, las cosas no iban a salir. Pero sabía que estando bien medianamente podía dar pelea. A todos estos que juegan ya les he ganado. El 80% o el 90% de los que jugamos en el Champions venimos jugando hace 35 años juntos, toda una vida.–Y ahora que termina la gira en Estados Unidos, ¿qué viene?–Juego algo por acá y paro hasta enero, que se juega en Chile. Porque también está Felipe (su hijo menor), que me tiene atado.–¿Y el caddie (su hijo Ángel)?–Desde el tee del uno hasta que termina la ronda, él es caddie. Tenemos los chispazos lógicos del laburo, pero nos llevamos muy bien y estamos muy contentos de estar así después de haberla pasado tan mal. Tenemos una muy buena relación: hablamos de Felipe, de sus mellizos, de Delfina, su hija que también juega.–Vos fuiste el mejor jugador argentino en el ranking mundial.–Sí, noveno en 2005 y entre los 30 mejores estuve mucho tiempo, al igual que entre los 50 mejores del mundo. Por eso, cuando sienta que estoy en el montón, creo que no lo voy a disfrutar y ahí llegará el momento del retiro. La Voz

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