General Pico: Entre stands coloridos y actividades informativas, una verdad dolorosa salió a la luz en la Feria de la Salud: los más chicos están pidiendo ayuda… en silencio.
En un rincón del paseo, sin micrófonos ni exposiciones, dos enfermeras del sector de Salud Mental —Estefanía y Dalma— colocaron una urna simple. La propuesta era sencilla: “Escribí lo que sentís en un papelito y dejalo acá. Nosotros lo guardamos.”
Lo que recogieron fue mucho más que papeles. Fue dolor contenido, angustia infantil, gritos callados.
“Nos sorprendió la cantidad de frases tristes. Y lo más impactante es que muchas vinieron de chicos muy jóvenes, incluso de primaria”, contó Estefanía, aún conmovida.
“Había palabras que hablaban directamente de depresión. Fue muy fuerte”, agregó Dalma, su compañera.
Las frases no fueron expuestas al público, no se leyeron en voz alta. “Las leímos nosotros, como equipo de Salud Mental, para saber cómo están y cómo podemos actuar”, aclararon.
Sin embargo, el mensaje es claro: los chicos están sufriendo y lo están diciendo, aunque no lo hagan con palabras habladas.
“Con un abrazo o simplemente escuchando, se puede hacer mucho. Pero notamos que les falta eso: diálogo, apoyo, alguien que los mire y les pregunte cómo están”, reflexionaron.
Además de tristeza, en el stand también recibieron consultas por adicciones. “Sí, también en adolescentes. Es algo que se repite cada vez más. Por eso dejamos folletos con números útiles como el 136, para personas en crisis, y el 132 para consumos problemáticos. Están disponibles 24/7”, explicaron.
Pero el sistema tiene límites.
“Hoy todo es voluntario. Si alguien no quiere seguir el tratamiento, no se lo puede obligar. Y eso debería cambiar. A veces hace falta más presencia del Estado y de la familia también”, dijeron.
Consultadas sobre cómo lidian con tanto dolor en su trabajo diario, respondieron con honestidad:
“Hay días que te vas a casa con un nudo en el pecho. Sentís que no pudiste hacer todo lo que la persona necesitaba. Pero seguimos. Estamos ahí, acompañando, tratando de estar siempre”.
La Feria de la Salud mostró mucho, pero este rincón en particular dejó una enseñanza: los chicos están diciendo algo. Y nosotros, como sociedad, debemos aprender a escuchar.
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