La Voz

El periodista y analista político Paulino Rodrígues describió el 2025 del presidente Javier Milei como un año “electrizante”, marcado por cambios permanentes en el gabinete, fuertes tensiones institucionales y una narrativa que, según su visión, logra sostener apoyo social pese al deterioro de indicadores de vida cotidiana.

En diálogo con La Voz En Vivo dijo que “lo único permanente ha sido el cambio”.

Según su mirada, la gestión se caracterizó por recambios frecuentes de funcionarios, virajes en la estrategia económica y una centralidad política casi absoluta de la figura presidencial.

Rodríguez analizó el cierre del año y las perspectivas para 2026 y 2027, en un contexto de reacomodamiento del sistema político argentino tras la consolidación del liderazgo de Milei.

El analista sostuvo que el oficialismo “se explica más por sus adversarios que por sí mismo” y que, finalizado el ciclo kirchnerista, el Presidente empezó a “competir contra su propio espejo”.

Un año de cambios permanentes

Al evaluar la economía, Rodríguez recordó que el Gobierno había fijado inicialmente como condición para levantar el cepo cambiario a personas físicas la convergencia de la inflación al 1% mensual y la consolidación de un esquema de devaluación controlada (“crawling peg”) del 1% mensual.

El precio que estiman los mercados.

Sin embargo, remarcó que la decisión final se tomó cuando la inflación de marzo, conocida en abril, fue de 3,7% y “el mismo viernes se levantó el cepo”, en aparente contradicción con los criterios previos anunciados por el propio Ejecutivo.

El analista señaló que, tras esa medida, el Gobierno requirió un refuerzo de respaldo financiero internacional y mencionó la llegada a Buenos Aires del funcionario estadounidense Scott Bessent para “certificar que finalmente había un respaldo norteamericano por cualquier eventualidad, cualquier pulseada con el mercado”, en un contexto de alta volatilidad de bonos y acciones.

Rodríguez vinculó ese apoyo con posteriores desembolsos de fondos externos que, según describió, se intensificaron en la previa a las elecciones de octubre y se “esfumaron” inmediatamente después del comicio, contribuyendo a un cambio brusco en las expectativas financieras locales.

Para el analista, la Argentina transitó “de caídas de activos del 50-60% a una explosión de optimismo” que permitió una recuperación de precios de hasta 70% en algunos papeles, en un corto lapso de tiempo.

Crisis institucionales y el caso Andis

Además de los vaivenes económicos, Rodríguez repasó episodios institucionales que marcaron el año.

Entre ellos, recordó “un intento fallido de poner por decreto integrantes en la Corte” Suprema, en referencia a la iniciativa oficial de designar jueces por decreto, figura que ya había generado controversia en 2015 y que volvió al debate público en 2025.

El periodista destacó también la crisis en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), que derivó, según su reconstrucción, en “el cierre de la agencia, una imputación penal y el desplazamiento de la mano derecha del Presidente”.

Diego Spagnuolo declaró este miércoles en la causa Andis.

Señaló que se trataba de una figura de máxima confianza: “una de las personas que más visitó al Presidente durante toda su gestión, 44 veces, y que además había sido su abogado personal desde 2021”.

Rodríguez indicó que el cierre de Andis buscó “obtur ar esa situación”, pero subrayó que la investigación judicial sigue abierta y “al ritmo de una justicia que interpreta mejor que nadie los tiempos políticos”.

Recordó que, tras la victoria electoral del 26 de octubre, la Justicia “puso el pie en el freno y aceleró en otros temas”, entre ellos causas vinculadas al fútbol y a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), donde el Gobierno encontró “una narrativa frente a un adversario que una vez más lo solidifica”.

Elecciones 2025: montaña rusa y lectura política

Sobre el calendario electoral de 2025, Rodríguez describió una “montaña rusa” de resultados.

Destacó tres hitos: la elección del 18 de mayo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el revés del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y la recuperación del 26 de octubre en el plano nacional.

En la Ciudad, el oficialismo obtuvo alrededor del 30% y un triunfo ajustado encabezado por el dirigente Manuel Adorni, al que definió como “el mejor eslabón político” del Gobierno en términos de proyección.

El triunfo de Manuel Adorni en las elecciones legislativas 2025

Para Rodríguez, el Ejecutivo cometió “una mala lectura” al extrapolar ese resultado legislativo local al escenario nacional, con el apoyo explícito de la ministra Patricia Bullrich y el antecedente del respaldo de Mauricio Macri en 2023.

Luego llegó “el cachetazo del 7 de septiembre”, con una derrota contundente en la provincia de Buenos Aires, que el analista atribuyó a “una mala estrategia” electoral.

Elecciones en la provincia de Buenos Aires 2025. Bunker de Fuerza Patria, habla Axel Kicillof. (Gentileza Clarín)

Señaló que el Gobierno “perdió sistemáticamente cuanta elección provincial se disputó”, con un desempeño particularmente débil en distritos como Corrientes, donde terminó “en un indecoroso cuarto lugar”.

La “recuperación” llegó el 26 de octubre, cuando el oficialismo logró un triunfo nacional que Rodríguez asoció a un clima de temor a una implosión del sistema político.

A su juicio, “hubo sectores que se asustaron, que creyeron que había una implosión por delante” y que, ante la posibilidad de un resultado muy adverso, optaron por sostener al Gobierno, en una dinámica similar a la del balotaje de 2023, donde Milei se impuso frente a Sergio Massa.

La narrativa del ajuste y el apoyo social

Consultado por el contraste entre la mejora de los activos financieros y el empeoramiento de los indicadores de vida cotidiana, Rodríguez sostuvo que “el gran mérito del Gobierno es haber logrado esa mirada de la ciudadanía, menospreciando o quitándole valor a lo mal que la está pasando en pos de algo que no entiende bien a dónde va, pero que Milei logra entusiasmar con que eso va a ser mejor, sin prometer nada tampoco en ningún momento”.

El analista atribuyó este fenómeno a la estrategia comunicacional del Gobierno y, en particular, al diseño de campaña asociado al consultor Santiago Caputo.

Santiago Caputo en el Congreso. (Archivo/ Clarín)

Según Rodríguez, la narrativa oficial se construyó sobre la base de admitir que “no hay nada bueno por venir en el corto plazo” y que “lo único que hay es sufrimiento explícito, pero es para evitar la catástrofe y para en algún momento finalmente dar la vuelta y vivir mejor”.

En esa línea, mencionó medidas como la reducción drástica del gasto público, la paralización de la obra pública, el recorte en programas sociales y la decisión de “atrasar salarios”, principalmente en el empleo público, con el argumento de que el Estado “ha dado un empleo que no era genuino”. Señaló que la consigna “no hay plata”, utilizada por Milei en actos y redes sociales, sintetiza esta visión.

Rodríguez resaltó que el segmento que más apoya al Gobierno es el de menores de 30 años, al que describió como “cortoplacista, exitista y muy influido por las redes sociales”. Para ese grupo, consideró que el discurso oficial de premiar al emprendedor, legitimar la acumulación de riqueza y promover instrumentos como las criptomonedas resulta “música para los oídos”, frente a trayectorias laborales tradicionales más largas, como la medicina o la docencia.

Poder presidencial, Congreso y desafíos institucionales

De cara a los próximos años, Rodríguez advirtió sobre la relación entre el Ejecutivo y el Congreso. Recordó que la Constitución permite al Presidente vetar total o parcialmente leyes, pero subrayó que “lo que no puede hacer es invalidar que el Congreso, con dos terceras partes de sus miembros, insista en esa ley y por lo tanto la promulgue y la ejecute”.

En ese sentido, mencionó los casos de la emergencia en discapacidad, la emergencia en pediatría y el financiamiento universitario como ejemplos de tensiones institucionales recientes.

El presupuesto nacional 2026 obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, en la madrugada de este jueves. Ahora será girado al Senado.

Para el analista, la actual gestión configura “un fenómeno político más parecido al menemismo y al kirchnerismo, con sus enormes diferencias, que a cualquier otro liderazgo no peronista”, debido a su alto grado de personalismo y centralización.

En su opinión, Milei “perforó la base de sustentación del peronismo” al captar votantes que habían dejado de confiar en ese espacio, logrando triunfos en provincias históricamente esquivas a fuerzas no peronistas, como Tierra del Fuego, Salta, Misiones y Neuquén.

Rodríguez evaluó que, hasta ahora, el liderazgo presidencial se apoyó más en el rechazo a la continuidad del kirchnerismo y al candidato Sergio Massa que en una adhesión positiva a Milei. “Hasta acá fue ‘kirchnerismo nunca más’.

Ahora tiene que ser ‘Milei sí’”, sintetizó, y remarcó que el desafío del Gobierno es construir nuevos elementos de legitimidad de cara a 2027.

2026, el Mundial y el calendario electoral

Al proyectar el 2026, Rodríguez coincidió en que el año estará “partido por el Mundial” de fútbol, a disputarse en Estados Unidos, México y Canadá, evento que podría influir en los tiempos políticos argentinos y en la decisión de algunos gobernadores de desdoblar elecciones provinciales en 2027.

Sin embargo, advirtió que “las elecciones en la Argentina tienen una definición en los últimos seis meses” y recordó que, históricamente, figuras como Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Néstor Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y el propio Milei no aparecían como ganadores evidentes con tanta anticipación. “Falta mucho. Nadie puede presagiar la Argentina política de octubre de 2027 antes de marzo de 2027”, afirmó.

Para Rodríguez, el 2026 será “para ver”: un año en el que el Gobierno buscará “solidificar el camino, allanarlo o, desde la oposición, perturbarlo” para abrir espacio a nuevas alternativas. En esa dinámica, consideró que “la elección depende pura y exclusivamente del espacio que deje el Presidente y el Gobierno a la oposición”, dada la centralidad actual del oficialismo.

​El periodista y analista político Paulino Rodrígues describió el 2025 del presidente Javier Milei como un año “electrizante”, marcado por cambios permanentes en el gabinete, fuertes tensiones institucionales y una narrativa que, según su visión, logra sostener apoyo social pese al deterioro de indicadores de vida cotidiana.En diálogo con La Voz En Vivo dijo que “lo único permanente ha sido el cambio”. Según su mirada, la gestión se caracterizó por recambios frecuentes de funcionarios, virajes en la estrategia económica y una centralidad política casi absoluta de la figura presidencial.Rodríguez analizó el cierre del año y las perspectivas para 2026 y 2027, en un contexto de reacomodamiento del sistema político argentino tras la consolidación del liderazgo de Milei.El analista sostuvo que el oficialismo “se explica más por sus adversarios que por sí mismo” y que, finalizado el ciclo kirchnerista, el Presidente empezó a “competir contra su propio espejo”.Un año de cambios permanentes Al evaluar la economía, Rodríguez recordó que el Gobierno había fijado inicialmente como condición para levantar el cepo cambiario a personas físicas la convergencia de la inflación al 1% mensual y la consolidación de un esquema de devaluación controlada (“crawling peg”) del 1% mensual. Sin embargo, remarcó que la decisión final se tomó cuando la inflación de marzo, conocida en abril, fue de 3,7% y “el mismo viernes se levantó el cepo”, en aparente contradicción con los criterios previos anunciados por el propio Ejecutivo.El analista señaló que, tras esa medida, el Gobierno requirió un refuerzo de respaldo financiero internacional y mencionó la llegada a Buenos Aires del funcionario estadounidense Scott Bessent para “certificar que finalmente había un respaldo norteamericano por cualquier eventualidad, cualquier pulseada con el mercado”, en un contexto de alta volatilidad de bonos y acciones. Rodríguez vinculó ese apoyo con posteriores desembolsos de fondos externos que, según describió, se intensificaron en la previa a las elecciones de octubre y se “esfumaron” inmediatamente después del comicio, contribuyendo a un cambio brusco en las expectativas financieras locales. Para el analista, la Argentina transitó “de caídas de activos del 50-60% a una explosión de optimismo” que permitió una recuperación de precios de hasta 70% en algunos papeles, en un corto lapso de tiempo.Crisis institucionales y el caso AndisAdemás de los vaivenes económicos, Rodríguez repasó episodios institucionales que marcaron el año. Entre ellos, recordó “un intento fallido de poner por decreto integrantes en la Corte” Suprema, en referencia a la iniciativa oficial de designar jueces por decreto, figura que ya había generado controversia en 2015 y que volvió al debate público en 2025.El periodista destacó también la crisis en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), que derivó, según su reconstrucción, en “el cierre de la agencia, una imputación penal y el desplazamiento de la mano derecha del Presidente”. Señaló que se trataba de una figura de máxima confianza: “una de las personas que más visitó al Presidente durante toda su gestión, 44 veces, y que además había sido su abogado personal desde 2021”.Rodríguez indicó que el cierre de Andis buscó “obtur ar esa situación”, pero subrayó que la investigación judicial sigue abierta y “al ritmo de una justicia que interpreta mejor que nadie los tiempos políticos”. Recordó que, tras la victoria electoral del 26 de octubre, la Justicia “puso el pie en el freno y aceleró en otros temas”, entre ellos causas vinculadas al fútbol y a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), donde el Gobierno encontró “una narrativa frente a un adversario que una vez más lo solidifica”.Elecciones 2025: montaña rusa y lectura políticaSobre el calendario electoral de 2025, Rodríguez describió una “montaña rusa” de resultados. Destacó tres hitos: la elección del 18 de mayo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el revés del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y la recuperación del 26 de octubre en el plano nacional.En la Ciudad, el oficialismo obtuvo alrededor del 30% y un triunfo ajustado encabezado por el dirigente Manuel Adorni, al que definió como “el mejor eslabón político” del Gobierno en términos de proyección.Para Rodríguez, el Ejecutivo cometió “una mala lectura” al extrapolar ese resultado legislativo local al escenario nacional, con el apoyo explícito de la ministra Patricia Bullrich y el antecedente del respaldo de Mauricio Macri en 2023. Luego llegó “el cachetazo del 7 de septiembre”, con una derrota contundente en la provincia de Buenos Aires, que el analista atribuyó a “una mala estrategia” electoral. Señaló que el Gobierno “perdió sistemáticamente cuanta elección provincial se disputó”, con un desempeño particularmente débil en distritos como Corrientes, donde terminó “en un indecoroso cuarto lugar”.La “recuperación” llegó el 26 de octubre, cuando el oficialismo logró un triunfo nacional que Rodríguez asoció a un clima de temor a una implosión del sistema político. A su juicio, “hubo sectores que se asustaron, que creyeron que había una implosión por delante” y que, ante la posibilidad de un resultado muy adverso, optaron por sostener al Gobierno, en una dinámica similar a la del balotaje de 2023, donde Milei se impuso frente a Sergio Massa.La narrativa del ajuste y el apoyo socialConsultado por el contraste entre la mejora de los activos financieros y el empeoramiento de los indicadores de vida cotidiana, Rodríguez sostuvo que “el gran mérito del Gobierno es haber logrado esa mirada de la ciudadanía, menospreciando o quitándole valor a lo mal que la está pasando en pos de algo que no entiende bien a dónde va, pero que Milei logra entusiasmar con que eso va a ser mejor, sin prometer nada tampoco en ningún momento”.El analista atribuyó este fenómeno a la estrategia comunicacional del Gobierno y, en particular, al diseño de campaña asociado al consultor Santiago Caputo. Según Rodríguez, la narrativa oficial se construyó sobre la base de admitir que “no hay nada bueno por venir en el corto plazo” y que “lo único que hay es sufrimiento explícito, pero es para evitar la catástrofe y para en algún momento finalmente dar la vuelta y vivir mejor”.En esa línea, mencionó medidas como la reducción drástica del gasto público, la paralización de la obra pública, el recorte en programas sociales y la decisión de “atrasar salarios”, principalmente en el empleo público, con el argumento de que el Estado “ha dado un empleo que no era genuino”. Señaló que la consigna “no hay plata”, utilizada por Milei en actos y redes sociales, sintetiza esta visión.Rodríguez resaltó que el segmento que más apoya al Gobierno es el de menores de 30 años, al que describió como “cortoplacista, exitista y muy influido por las redes sociales”. Para ese grupo, consideró que el discurso oficial de premiar al emprendedor, legitimar la acumulación de riqueza y promover instrumentos como las criptomonedas resulta “música para los oídos”, frente a trayectorias laborales tradicionales más largas, como la medicina o la docencia.Poder presidencial, Congreso y desafíos institucionalesDe cara a los próximos años, Rodríguez advirtió sobre la relación entre el Ejecutivo y el Congreso. Recordó que la Constitución permite al Presidente vetar total o parcialmente leyes, pero subrayó que “lo que no puede hacer es invalidar que el Congreso, con dos terceras partes de sus miembros, insista en esa ley y por lo tanto la promulgue y la ejecute”. En ese sentido, mencionó los casos de la emergencia en discapacidad, la emergencia en pediatría y el financiamiento universitario como ejemplos de tensiones institucionales recientes.Para el analista, la actual gestión configura “un fenómeno político más parecido al menemismo y al kirchnerismo, con sus enormes diferencias, que a cualquier otro liderazgo no peronista”, debido a su alto grado de personalismo y centralización. En su opinión, Milei “perforó la base de sustentación del peronismo” al captar votantes que habían dejado de confiar en ese espacio, logrando triunfos en provincias históricamente esquivas a fuerzas no peronistas, como Tierra del Fuego, Salta, Misiones y Neuquén. Rodríguez evaluó que, hasta ahora, el liderazgo presidencial se apoyó más en el rechazo a la continuidad del kirchnerismo y al candidato Sergio Massa que en una adhesión positiva a Milei. “Hasta acá fue ‘kirchnerismo nunca más’. Ahora tiene que ser ‘Milei sí’”, sintetizó, y remarcó que el desafío del Gobierno es construir nuevos elementos de legitimidad de cara a 2027.2026, el Mundial y el calendario electoralAl proyectar el 2026, Rodríguez coincidió en que el año estará “partido por el Mundial” de fútbol, a disputarse en Estados Unidos, México y Canadá, evento que podría influir en los tiempos políticos argentinos y en la decisión de algunos gobernadores de desdoblar elecciones provinciales en 2027.Sin embargo, advirtió que “las elecciones en la Argentina tienen una definición en los últimos seis meses” y recordó que, históricamente, figuras como Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Néstor Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y el propio Milei no aparecían como ganadores evidentes con tanta anticipación. “Falta mucho. Nadie puede presagiar la Argentina política de octubre de 2027 antes de marzo de 2027”, afirmó.Para Rodríguez, el 2026 será “para ver”: un año en el que el Gobierno buscará “solidificar el camino, allanarlo o, desde la oposición, perturbarlo” para abrir espacio a nuevas alternativas. En esa dinámica, consideró que “la elección depende pura y exclusivamente del espacio que deje el Presidente y el Gobierno a la oposición”, dada la centralidad actual del oficialismo.  ​

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