La Voz

La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla) encabezó este lunes un nuevo pronunciamiento del gremio contra la posibilidad de que la aerolínea chilena Latam retome vuelos de cabotaje en la Argentina bajo el esquema habilitado por la reciente desregulación del mercado aerocomercial.

El comunicado difundido por el gremio conducido por Pablo Biró rechaza de manera explícita que Latam pueda operar vuelos internos con aeronaves matriculadas en el exterior, tripulaciones extranjeras y mantenimiento realizado fuera del país, particularmente en Chile.

La postura contrasta con el vínculo fluido que Biró mantuvo años atrás con directivos de la compañía, en tiempos en que LAN tenía una presencia activa en el mercado doméstico argentino, hasta que el camporismo la puso contra la pared. LAN luego se fusionó con la brasileña TAM y se creó Latam.

Latam quiere volar cabotaje en Argentina.

Latam operó cabotaje en la Argentina hasta 2020. Entre sus rutas más relevantes se encontraba el tramo Córdoba–Buenos Aires, una de las más competitivas y rentables del sistema aerocomercial local.

Sin embargo, durante el período en que La Cámpora concentró poder en el área de transporte aéreo, la empresa fue acumulando restricciones operativas y regulatorias. En ese proceso, Apla acompañó varias de las decisiones que terminaron por arrinconar a la compañía, que finalmente resolvió abandonar el mercado doméstico.

Ahora, con un nuevo marco regulatorio impulsado por el Gobierno nacional, Latam analiza alternativas para volver a operar cabotaje sin base operativa plena en el país. Esa posibilidad encendió la reacción del gremio de pilotos, que difundió un comunicado titulado “Implicancias de operar vuelos de cabotaje en Argentina”.

“La autorización del cabotaje argentino a Latam Airlines representa un serio retroceso para la aviación nacional, el empleo en el país y la seguridad operacional”, sostiene el texto.

“Falta de trazabilidad”

Apla advierte que permitir operaciones con aviones y tripulaciones extranjeras, y con control operativo fuera del país, “conlleva la pérdida de control y la falta de trazabilidad sobre una actividad tan estratégica como fundamental”.

El comunicado subraya que el transporte aéreo requiere “una regulación estricta y la supervisión constante por parte de la autoridad aeronáutica de nuestro país”, y plantea que el nuevo esquema pone en riesgo el empleo local.

“Esta decisión pone en peligro numerosos puestos de trabajo argentinos, debilita convenios colectivos, socava carreras profesionales sólidas construidas a lo largo de décadas y abre la puerta a un modelo laboral precario”, afirma.

Apla también cuestiona el historial laboral de la compañía en la región. “Latam no actúa como un competidor neutral: su historia revela una cultura empresarial hostil hacia los trabajadores en todas sus filiales de Latinoamérica”, señala el texto, que acusa a la aerolínea de promover prácticas de flexibilización, tercerización y antisindicales.

El gremio concluye con una definición política y sindical más amplia. “No hay lugar para la modernización sin empleo digno y respeto por quienes sostienen el sistema día a día”, sostiene el comunicado.

Este tipo de decisiones “profundiza la tensión que instalaron a lo largo de todo el año, promueve el conflicto y debilita la paz social”.

Lo llamativo es que los indicadores operativos de Latam Airlines muestran un desempeño sólido en términos de cumplimiento.

En 2024, el grupo fue ubicado como la cuarta aerolínea más puntual del mundo entre las compañías globales, según Cirium, y la única sudamericana en el top cinco.

Ese año registró un cumplimiento de horarios del 83,46%, medido por llegadas dentro de los 15 minutos previstos.

En el mercado doméstico chileno, la puntualidad alcanzó el 88,9%. Datos de noviembre de 2025 elevan ese ratio al 93,49%, con una reducción interanual de cancelaciones del 21,25%.

​La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla) encabezó este lunes un nuevo pronunciamiento del gremio contra la posibilidad de que la aerolínea chilena Latam retome vuelos de cabotaje en la Argentina bajo el esquema habilitado por la reciente desregulación del mercado aerocomercial.El comunicado difundido por el gremio conducido por Pablo Biró rechaza de manera explícita que Latam pueda operar vuelos internos con aeronaves matriculadas en el exterior, tripulaciones extranjeras y mantenimiento realizado fuera del país, particularmente en Chile. La postura contrasta con el vínculo fluido que Biró mantuvo años atrás con directivos de la compañía, en tiempos en que LAN tenía una presencia activa en el mercado doméstico argentino, hasta que el camporismo la puso contra la pared. LAN luego se fusionó con la brasileña TAM y se creó Latam.Latam operó cabotaje en la Argentina hasta 2020. Entre sus rutas más relevantes se encontraba el tramo Córdoba–Buenos Aires, una de las más competitivas y rentables del sistema aerocomercial local. Sin embargo, durante el período en que La Cámpora concentró poder en el área de transporte aéreo, la empresa fue acumulando restricciones operativas y regulatorias. En ese proceso, Apla acompañó varias de las decisiones que terminaron por arrinconar a la compañía, que finalmente resolvió abandonar el mercado doméstico.Ahora, con un nuevo marco regulatorio impulsado por el Gobierno nacional, Latam analiza alternativas para volver a operar cabotaje sin base operativa plena en el país. Esa posibilidad encendió la reacción del gremio de pilotos, que difundió un comunicado titulado “Implicancias de operar vuelos de cabotaje en Argentina”.“La autorización del cabotaje argentino a Latam Airlines representa un serio retroceso para la aviación nacional, el empleo en el país y la seguridad operacional”, sostiene el texto. “Falta de trazabilidad”Apla advierte que permitir operaciones con aviones y tripulaciones extranjeras, y con control operativo fuera del país, “conlleva la pérdida de control y la falta de trazabilidad sobre una actividad tan estratégica como fundamental”.El comunicado subraya que el transporte aéreo requiere “una regulación estricta y la supervisión constante por parte de la autoridad aeronáutica de nuestro país”, y plantea que el nuevo esquema pone en riesgo el empleo local. “Esta decisión pone en peligro numerosos puestos de trabajo argentinos, debilita convenios colectivos, socava carreras profesionales sólidas construidas a lo largo de décadas y abre la puerta a un modelo laboral precario”, afirma.Apla también cuestiona el historial laboral de la compañía en la región. “Latam no actúa como un competidor neutral: su historia revela una cultura empresarial hostil hacia los trabajadores en todas sus filiales de Latinoamérica”, señala el texto, que acusa a la aerolínea de promover prácticas de flexibilización, tercerización y antisindicales.El gremio concluye con una definición política y sindical más amplia. “No hay lugar para la modernización sin empleo digno y respeto por quienes sostienen el sistema día a día”, sostiene el comunicado.Este tipo de decisiones “profundiza la tensión que instalaron a lo largo de todo el año, promueve el conflicto y debilita la paz social”.Lo llamativo es que los indicadores operativos de Latam Airlines muestran un desempeño sólido en términos de cumplimiento. En 2024, el grupo fue ubicado como la cuarta aerolínea más puntual del mundo entre las compañías globales, según Cirium, y la única sudamericana en el top cinco. Ese año registró un cumplimiento de horarios del 83,46%, medido por llegadas dentro de los 15 minutos previstos. En el mercado doméstico chileno, la puntualidad alcanzó el 88,9%. Datos de noviembre de 2025 elevan ese ratio al 93,49%, con una reducción interanual de cancelaciones del 21,25%.  ​

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