La Voz

El nombre de Javier Faroni irrumpió en el centro de la escena futbolera y política a partir de una investigación periodística que puso bajo la lupa el manejo de fondos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en el exterior. El empresario, productor teatral y exfuncionario aparece señalado como una pieza clave en la estructura comercial montada alrededor de la selección argentina y de la gestión de Claudio “Chiqui” Tapia, con contratos millonarios que hoy son objeto de cuestionamientos.

Pero su recorrido excede largamente el último escándalo: Faroni es cordobés, tiene vínculos con Talleres y construyó un perfil que combina cultura, política y fútbol.

Nacido en General Roca, Córdoba, Faroni se mudó a Mar del Plata cuando tenía apenas 9 años. Allí comenzó una historia que marcaría su identidad pública durante décadas: el teatro.

El punto de partida fue casi casual. Con 11 años, caminando con su abuela por el centro marplatense, se cruzó con Carlos Calvo, figura central del espectáculo argentino. El saludo derivó en una invitación al Teatro Provincial y en un pedido del propio Faroni: ver la obra desde atrás del escenario.

Volvió al día siguiente. Y al otro. Así empezó como asistente informal, cadete, aprendiz. La relación con “Carlín” se volvió cercana y sostenida en el tiempo.

Durante años, Faroni fue asistente de producción de las obras que Calvo llevaba a Mar del Plata. Contó que no ganaba demasiado, pero aprendía el oficio desde adentro. A los 16 se trasladó a Buenos Aires y a los 19 produjo su primer espectáculo: El Zorro, con Pablo Rago y Diego Torres, en tiempos de La Banda del Golden Rocket.

Desde allí construyó una carrera ascendente que lo convirtió en uno de los productores más activos de las temporadas teatrales de verano, especialmente en Mar del Plata.

Perfil político

Ese perfil cultural fue el más visible durante largo tiempo. Menos conocida fue su inserción política. Faroni se alineó con Sergio Massa desde los inicios del Frente Renovador. Fue diputado provincial bonaerense en 2015, intentó sin éxito llegar a la intendencia de General Pueyrredón y, en 2019, fue designado director de Aerolíneas Argentinas durante el gobierno de Alberto Fernández.

Ese paso por la función pública estuvo atravesado por controversias.

La más resonante fue la repatriación del cuerpo del empresario Elías Masri desde Nueva York, en plena pandemia. Según recordó Clarín, el féretro viajó en un vuelo de Aerolíneas que traía argentinos varados, en un contexto de restricciones extremas.

El episodio derivó en una investigación judicial por presuntas irregularidades. Faroni había tenido vínculos laborales con la hija del fallecido. Tanto él como la familia negaron cualquier trato preferencial.

En Aerolíneas, Faroni también consolidó una relación clave que lo une a Claudio Tapia. Durante la pandemia, la empresa estatal tuvo un rol central en la repatriación de futbolistas y planteles varados en el exterior. Entre ellos, el de Talleres, que regresó desde Colombia en abril de 2021.

En ese operativo, Faroni fue uno de los interlocutores habituales con la AFA. El vínculo quedó sellado.

Su salida de Aerolíneas se produjo en febrero de 2022, en medio de denuncias por presuntas inconsistencias patrimoniales y la existencia de sociedades en el exterior no del todo claras. En sus declaraciones juradas aparecieron y desaparecieron propiedades, montos en efectivo y bienes, lo que motivó observaciones públicas y pedidos de explicaciones.

En ese mismo período, comenzaron a tomar forma los negocios que lo conectarían definitivamente con el fútbol.

En diciembre de 2021, la AFA contrató a TourProdEnter LLC, una empresa radicada en Miami, vinculada a Faroni, como agente comercial exclusivo en el exterior.

Según documentación oficial, la firma quedó a cargo de la comercialización de sponsoreo, derechos de imagen, eventos y logística internacional de la AFA y sus selecciones. En los hechos, todos los ingresos generados fuera del país por la Selección Argentina pasaron por esa estructura.

Paralelamente, otra de sus empresas —Más Teatro 123 SA, luego rebautizada como Mastea 123 SA y conocida comercialmente como Deportick— se quedó con el negocio de la venta de entradas digitales. Primero en clubes como Tigre y Temperley, luego en finales internacionales, y finalmente en los partidos de la selección y la Copa Argentina.

En el directorio figuran su hermana Marcela “Coqui” Faroni y su pareja, Érica Gillette.

Faroni y los gestos simbólicos

La expansión fue acompañada por gestos simbólicos. Tras el Mundial de Qatar, Faroni produjo eventos ligados a la AFA, como la Expo realizada en La Rural en 2023. También impulsó proyectos culturales y educativos vinculados al fútbol, como la frustrada universidad de la AFA, que nunca obtuvo habilitación formal.

El perfil resulta singular, ya que Tapia, férreo opositor a las Sociedades Anónimas Deportivas en Argentina, confió negocios estratégicos a un empresario que, en paralelo, invirtió en clubes bajo ese formato en el exterior. En 2024, Faroni compró el 80% del Perugia, equipo de la tercera división italiana.

Tras la revelación del presunto desvío de 42 millones de dólares a empresas sospechadas, publicado por La Nación, Faroni emitió un comunicado en el que defendió la legalidad de sus operaciones. Admitió su rol como agente comercial de la AFA, negó irregularidades y sostuvo que no existe imputación judicial alguna en su contra. Aseguró haber dejado la política en 2021 para concentrarse en sus negocios privados.

​El nombre de Javier Faroni irrumpió en el centro de la escena futbolera y política a partir de una investigación periodística que puso bajo la lupa el manejo de fondos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en el exterior. El empresario, productor teatral y exfuncionario aparece señalado como una pieza clave en la estructura comercial montada alrededor de la selección argentina y de la gestión de Claudio “Chiqui” Tapia, con contratos millonarios que hoy son objeto de cuestionamientos. Pero su recorrido excede largamente el último escándalo: Faroni es cordobés, tiene vínculos con Talleres y construyó un perfil que combina cultura, política y fútbol.Nacido en General Roca, Córdoba, Faroni se mudó a Mar del Plata cuando tenía apenas 9 años. Allí comenzó una historia que marcaría su identidad pública durante décadas: el teatro. El punto de partida fue casi casual. Con 11 años, caminando con su abuela por el centro marplatense, se cruzó con Carlos Calvo, figura central del espectáculo argentino. El saludo derivó en una invitación al Teatro Provincial y en un pedido del propio Faroni: ver la obra desde atrás del escenario. Volvió al día siguiente. Y al otro. Así empezó como asistente informal, cadete, aprendiz. La relación con “Carlín” se volvió cercana y sostenida en el tiempo.Durante años, Faroni fue asistente de producción de las obras que Calvo llevaba a Mar del Plata. Contó que no ganaba demasiado, pero aprendía el oficio desde adentro. A los 16 se trasladó a Buenos Aires y a los 19 produjo su primer espectáculo: El Zorro, con Pablo Rago y Diego Torres, en tiempos de La Banda del Golden Rocket. Desde allí construyó una carrera ascendente que lo convirtió en uno de los productores más activos de las temporadas teatrales de verano, especialmente en Mar del Plata.Perfil políticoEse perfil cultural fue el más visible durante largo tiempo. Menos conocida fue su inserción política. Faroni se alineó con Sergio Massa desde los inicios del Frente Renovador. Fue diputado provincial bonaerense en 2015, intentó sin éxito llegar a la intendencia de General Pueyrredón y, en 2019, fue designado director de Aerolíneas Argentinas durante el gobierno de Alberto Fernández. Ese paso por la función pública estuvo atravesado por controversias.La más resonante fue la repatriación del cuerpo del empresario Elías Masri desde Nueva York, en plena pandemia. Según recordó Clarín, el féretro viajó en un vuelo de Aerolíneas que traía argentinos varados, en un contexto de restricciones extremas. El episodio derivó en una investigación judicial por presuntas irregularidades. Faroni había tenido vínculos laborales con la hija del fallecido. Tanto él como la familia negaron cualquier trato preferencial.En Aerolíneas, Faroni también consolidó una relación clave que lo une a Claudio Tapia. Durante la pandemia, la empresa estatal tuvo un rol central en la repatriación de futbolistas y planteles varados en el exterior. Entre ellos, el de Talleres, que regresó desde Colombia en abril de 2021. En ese operativo, Faroni fue uno de los interlocutores habituales con la AFA. El vínculo quedó sellado.Su salida de Aerolíneas se produjo en febrero de 2022, en medio de denuncias por presuntas inconsistencias patrimoniales y la existencia de sociedades en el exterior no del todo claras. En sus declaraciones juradas aparecieron y desaparecieron propiedades, montos en efectivo y bienes, lo que motivó observaciones públicas y pedidos de explicaciones. En ese mismo período, comenzaron a tomar forma los negocios que lo conectarían definitivamente con el fútbol.En diciembre de 2021, la AFA contrató a TourProdEnter LLC, una empresa radicada en Miami, vinculada a Faroni, como agente comercial exclusivo en el exterior. Según documentación oficial, la firma quedó a cargo de la comercialización de sponsoreo, derechos de imagen, eventos y logística internacional de la AFA y sus selecciones. En los hechos, todos los ingresos generados fuera del país por la Selección Argentina pasaron por esa estructura.Paralelamente, otra de sus empresas —Más Teatro 123 SA, luego rebautizada como Mastea 123 SA y conocida comercialmente como Deportick— se quedó con el negocio de la venta de entradas digitales. Primero en clubes como Tigre y Temperley, luego en finales internacionales, y finalmente en los partidos de la selección y la Copa Argentina. En el directorio figuran su hermana Marcela “Coqui” Faroni y su pareja, Érica Gillette.Faroni y los gestos simbólicosLa expansión fue acompañada por gestos simbólicos. Tras el Mundial de Qatar, Faroni produjo eventos ligados a la AFA, como la Expo realizada en La Rural en 2023. También impulsó proyectos culturales y educativos vinculados al fútbol, como la frustrada universidad de la AFA, que nunca obtuvo habilitación formal.El perfil resulta singular, ya que Tapia, férreo opositor a las Sociedades Anónimas Deportivas en Argentina, confió negocios estratégicos a un empresario que, en paralelo, invirtió en clubes bajo ese formato en el exterior. En 2024, Faroni compró el 80% del Perugia, equipo de la tercera división italiana.Tras la revelación del presunto desvío de 42 millones de dólares a empresas sospechadas, publicado por La Nación, Faroni emitió un comunicado en el que defendió la legalidad de sus operaciones. Admitió su rol como agente comercial de la AFA, negó irregularidades y sostuvo que no existe imputación judicial alguna en su contra. Aseguró haber dejado la política en 2021 para concentrarse en sus negocios privados.  ​

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