Los focos más críticos se ubican en el sur y el oeste provincial. En Jacinto Arauz, el cambio de viento reactivó las llamas, mientras que en el acceso norte de Santa Rosa los brigadistas lucharon para salvar predios universitarios y productivos. Defensa Civil advirtió por la falta de picadas en algunos campos.

La provincia de La Pampa atraviesa horas críticas bajo un escenario de desolación y fuego. Según reveló la Dirección General de Defensa Civil, los incendios forestales ya han consumido un total de 83.000 hectáreas en distintos puntos del territorio, dejando a su paso una estela de muerte de animales y destrucción de pastizales naturales.

El mapa del Servicio Nacional de Manejo del Fuego ubica a la totalidad de La Pampa en color «rojo», lo que significa un índice de peligro extremo.

Esta situación técnica se traduce en la realidad que enfrentan los brigadistas en el terreno: altas temperaturas, fuertes vientos y una sequedad que convierte cualquier chispa -muchas de ellas originadas por rayos entre jueves y viernes- en un incendio incontrolable.

Los focos activos

Uno de los puntos más complejos es Jacinto Arauz, donde se estima que las llamas ya devoraron entre 12.000 y 15.000 hectáreas. «Los brigadistas lo habían controlado, pero ayer a la tardecita se dio vuelta el viento y el fuego se pasó a otro sector», lamentaron desde DF. En la zona de Rucanelo, bomberos de Castex y La Maruja trabajan contra reloj para proteger el casco urbano y evitar que el fuego alcance viviendas.

En el oeste, los focos de Santa Isabel y La Pastoril lograron ser contenidos, aunque se mantiene una guardia de cenizas para evitar rebrotes. Sin embargo, DF lanzó una advertencia hacia el sector privado: «Lamentablemente estamos encontrando campos que no tienen las picadas hechas».

Susto en el acceso norte

La capital no estuvo exenta del drama. El domingo, un foco se inició en un predio del Ministerio de la Producción sobre la Ruta 35. Las llamas, alimentadas por pinos y pastizales, cruzaron la calzada y amenazaron las instalaciones de la Escuela Agrotécnica y las cercanías del predio de la UNLPam. Bomberos de la Policía y Defensa Civil trabajaron hasta entrada la noche para enfriar la zona y resguardar los edificios educativos.

Con el pronóstico meteorológico aún adverso, la provincia se mantiene en alerta máxima, con cuadrillas de brigadistas que no dan abasto frente a la simultaneidad de los focos.

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