La fiscalía, al mando de Verónica Ferrero y un equipo de fiscales, y la querella, a cargo de José Mario Aguerrido, pidieron que ambas sean condenadas con a prisión perpetua. El Tribunal de Audiencia de Santa Rosa, integrado por la jueza Alejandra Ongaro y los jueces Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora, este jueves informará si las acusadas son “culpables” o “no culpables” del delito de “homicidio calificado y abuso sexual ultrajante”.
La pena no se dará a conocer el jueves, sino en una audiencia posterior. De todas maneras, si el tribunal acepta los argumentos de la fiscalía, la única que les corresponderá a las acusadas es la de prisión perpetua, lo que hará irrelevante la segunda parte del juicio de cesura.
“El 2 de febrero cuando esté en esa sala esperando el veredicto de los jueces, quiero escucharlos afuera, que se escuche bien fuerte el pedido de justicia. Porque ese día más que ningún otro voy a necesitar la fuerza de todos ustedes”, escribió Christian Dupuy en su cuenta de Facebook.
“Ese día va a ser el día que lo tengo que dejar ir… Ese día comienza el duelo. Los necesito el 2 de febrero en ciudad judicial de Santa Rosa”, señaló el padre de la víctima.
El juicio se desarrolló a puertas cerradas ya que la víctima era menor de edad y se debatió un delito contra la integridad sexual. Comenzó el 10 de noviembre y concurrieron a declarar 70 testigos.
En su alegato de cierre, en diciembre pasado, la fiscala Verónica Ferrero dio por probado que el 26 de noviembre de 221 las acusadas “agredieron físicamente” y “en forma conjunta”, a Lucio entre las 17.30 y las 19.40, lo que le generó múltiples lesiones. Y agregó que esas lesiones le provocaron la muerte luego de un período de agonía.
Ferrero, basándose en la autopsia, habló de un maltrato físico continuo -aludió a lesiones de vieja data- y consideró que también quedaron acreditados los abusos sexuales en reiteradas ocasiones.
Por eso, en los alegatos, la fiscala acusó a Espósito Valenti y a Páez del homicidio y del abuso sexual. Lo mismo requirió la querella.
En el caso de la fiscalía, sostuvo que está el agravante de la alevosía, del ensañamiento y, en el caso de la madre, del vínculo. La querella, a esos tres, le agregó el agravante de “odio de género”.
A su vez, Abigail Páez admitió ser la única autora del crimen. Dijo que golpeó al nene en la tarde del asesinato, el 26 de noviembre de 2021. Su madre, Magdalena Valenti Espósito, ha dicho que en ese momento -desde las 19.40 horas, cuando se retiró de la casa- estaba trabajando en un hotel. Eso avala también el testimonio de Páez: la golpiza, mortal, fue de solo de ella. Sin embargo, para la fiscalía y la querella ambas lo golpearon, es decir, antes de las 19.30.
La defensora oficial Silvina Blanco Gómez ha dicho, en los alegatos, que no existió un homicidio agravado sino un homicidio preterintencional por parte de Páez. Es decir, que no hubo dolo (intencionalidad) y que la imputada –que admitió haberle pegado a Lucio– no buscó “el resultado muerte”.
En tanto, el defensor oficial Pablo De Biasi pidió la absolución de Magdalena Espósito Valenti. Dijo que no lo asesinó ni lo abusó. Aseguró, en los alegatos de hace poco mas de un mes, que “en el lugar de los hechos hubo una persona y no dos” y descartó la coautoría del homicidio. “La única testigo fue Abigail”, acotó. También descartó cualquier responsabilidad de la madre por omisión. En forma subsidiaria planteó que, si fuera hallada culpable, solo podría imputársele una conducta preterintencional.
Por otro lado, manifestó que la fiscalía y la querella efectuaron “muchos recortes” a los hechos para encuadrarlos en sus teorías y agregó que durante el proceso se diluyó la responsabilidad del padre en el cuidado de Lucio.
Los fiscales y la querella, para determinar la mecánica del asesinato, la data de la muerte y la ubicación de las imputadas en el accionar, se apoyaron fundamentalmente en el informe del médico forense Juan Carlos Toulousse, quien realizó el estudio del cuerpo de Lucio.
Según se supo, Toulousse reafirmó que el niño falleció a causa de una “feroz golpiza” y que presentaba lesiones en varias partes del cuerpo, como quemaduras y mordidas.
También dijo que había sido víctima de abusos sexuales “recientes y de vieja data” y que presentaba “un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días”.
Además, Lucio tenía la suela de una zapatilla marcada en la espalda. Gracias a una pericia scopométrica, se determinó que el calzado le pertenecía a Abigail Páez.
El informe del perito forense, sin embargo, fue cuestionado por los defensores. Según pudo saber Diario Textual, uno de los parámetros que Toulousse tomó en cuenta para determinar la data de la muerte (y así ubicar a Magdalena en el hecho) fue la temperatura del cuerpo. El médico dijo que la midió con termómetro cuando llegó al Hospital Evita, pero dejó serias dudas en los defensores de las imputadas: tuvo “imprecisiones” en el juicio y hasta un agente de la Agencia de Investigación Científica (AIC) que se mantuvo junto a él durante la primera revisación del cuerpo en el Evita, lo desmintió, relataron los defensores en los alegatos. Es decir, para la defensa no le tomó la temperatura y en definitiva no se sabe con certeza la data de la muerte del nene.
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