PALM BEACH, Florida.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ucraniano, Volodimir Zelensky, concluyeron este domingo una reunión clave en el club Mar–a–Lago con señales de optimismo, aunque medidas, sobre un posible final de la guerra.
Si bien Trump afirmó que ambos países están “mucho más cerca” de un pacto y que hubo “muchos progresos”, la hoja de ruta hacia la paz aún debe superar obstáculos territoriales y de seguridad críticos.
Tras casi tres horas de conversaciones y un almuerzo de trabajo, Trump calificó el encuentro como “excelente” y “formidable” en una aparición conjunta ante la prensa.
El foco principal de la discusión fue el plan de paz de 20 puntos diseñado entre Kiev y Washington. Según el mandatario ucraniano, el 90% de este documento ya está completado, aunque admitió que el 10% restante presenta los mayores desafíos técnicos y políticos.
Durante el intercambio con los periodistas post cumbre, Trump matizó las cifras de avance del acuerdo. Aunque evitó comprometerse con un porcentaje exacto, coincidió con Zelensky en que las negociaciones están “muy cerca”, quizás en un 95% de avance.
El mandatario estadounidense subrayó que este progreso no es el resultado de un solo día, sino de más de un mes de trabajo intenso. No obstante, admitió que persisten uno o dos temas espinosos que todavía requieren una resolución política de alta complejidad.
Los puntos de mayor fricción para cerrar el pacto incluyen el control territorial, la situación de la central nuclear de Zaporiyia y las garantías de seguridad para Ucrania.
Sobre este último eje, Trump prometió un “acuerdo sólido” que contará con la participación directa de las naciones europeas. El presidente de Estados Unidos describió a los líderes del Viejo Continente como “fantásticos” tras las consultas previas al encuentro en Florida.
En cuanto a la central nuclear de Zaporiyia, Trump aportó detalles técnicos tras sus conversaciones con el líder ruso. Afirmó que la planta tiene la capacidad de reiniciar sus operaciones de forma casi inmediata.
La estructura de trabajo para finalizar el pacto ya cuenta con nombres propios. Trump confirmó que su grupo de trabajo lo integran Steve Witkoff, Jared Kushner, Marco Rubio y Pete Hegseth, además del general Raisin Kaine. Por la parte ucraniana, los interlocutores principales son el viceministro Gizlitz y el general Hnatov
Zelensky adelantó que Trump planea organizar una cumbre en Washington el próximo mes con la presencia de la delegación ucraniana y líderes europeos para cerrar los detalles finales del plan de paz.
No obstante, Trump no fue vehemente al confirmar otra reunión presencial.
Antes del encuentro, Trump habló con Putin
Antes de recibir a Zelensky, Trump mantuvo una charla telefónica de 75 minutos con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Esta comunicación, realizada a petición de la Casa Blanca, fue calificada como “buena y muy constructiva”.
Durante la llamada, el Kremlin subrayó que una simple tregua no es suficiente, ya que solo pospondría las hostilidades. E
l asesor ruso Yuri Ushakov señaló que Kiev debe tomar una “decisión política valiente” respecto a la región del Donbass para lograr una paz duradera.
Moscú mantiene su exigencia de una retirada completa de las tropas ucranianas del Donbass. Entre las propuestas de Estados Unidos figura la creación de una zona económica libre si Ucrania desocupa ciertas áreas, aunque los detalles operativos de este plan aún requieren definiciones precisas.
Finalmente, Trump reveló la postura de Putin sobre el cese de hostilidades. El líder ruso rechaza un alto el fuego temporal, pues considera que una tregua simple permitiría un reinicio de los combates en el futuro.
En su lugar, Putin busca una solución definitiva y mostró, según Trump, una actitud “generosa” respecto a la reconstrucción de Ucrania, con el compromiso de suministrar energía y electricidad a precios bajos una vez sellada la paz.
El mandatario estadounidense insistió en que su motivación principal es detener la pérdida de vidas, que estimó en decenas de miles cada mes.
El líder ucraniano destacó que la tierra pertenece a la nación y no a una sola persona, por lo que el pueblo debe elegir el camino a seguir. Asimismo, precisó que los millones de ucranianos que residen en Polonia, Alemania y otros puntos de Europa tendrían derecho a voto, aunque advirtió que esto requiere una infraestructura logística compleja que todavía no existe.
Por su parte, Trump citó encuestas internas que muestran que el 91% de los ucranianos desea un fin inmediato de la guerra.
Zelensky mostró una apertura significativa al poner sobre la mesa la posibilidad de un referéndum sobre el plan de paz. Este gesto sugiere que el gobierno ucraniano ya no descarta concesiones territoriales bajo ciertas condiciones.
Sobre la consulta popular, Zelensky aclaró que el referéndum es una herramienta necesaria si el plan definitivo resulta “muy difícil para la sociedad”.
Además, Zelensky expresó su disposición para organizar las primeras elecciones en Ucrania desde 2019, siempre que existan las garantías de seguridad necesarias.
El aspecto económico también ocupó un lugar central en la rueda de prensa.
Trump lamentó que las investigaciones previas sobre la trama rusa impidieron durante años un comercio fluido con Moscú, un país que posee “grandes tierras y minerales valiosos” que interesan a la industria estadounidense.
A su vez, Zelensky mencionó la existencia de un “plan de prosperidad” que ya cuenta con un 100% de acuerdo en su dimensión militar y que incluye contratos para la extracción de tierras raras y otros recursos por parte de empresas de Estados Unidos.
A pesar del optimismo en Florida, el escenario internacional presenta divisiones profundas. Mientras Trump presiona por el fin de la guerra, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, señaló a los países europeos como el “principal obstáculo para la paz”.
En contraste, el negociador ruso Kirill Dmitriev calificó la jornada como un “día importante” y arremetió contra quienes calificó de “belicistas”.
El Kremlin prefiere una negociación directa con Trump y margina la mediación europea. La economía de guerra rusa, afectada por las sanciones internacionales, depende de un relanzamiento de las relaciones con Washington. No obstante, el sector empresarial estadounidense mantiene su escepticismo sobre el potencial de retorno al mercado ruso en el corto plazo.
La incertidumbre persiste sobre si el plan de 20 puntos recibirá finalmente el aval de Putin. Los ataques constantes en suelo ucraniano alimentan las dudas sobre el interés real del Kremlin en la paz.
Ante las críticas por la intensidad de la ofensiva rusa reciente, Trump recordó que “Kiev también golpeó duro”. El mandatario estadounidense insiste en que la guerra está en sus fases finales y que tanto Zelensky como Putin “quieren el acuerdo”.
Durante la comparecencia, Trump reflexionó sobre su capacidad como mediador y su compromiso personal para detener el conflicto
El presidente defendió su historial de negociación, mencionando que en el pasado ha logrado resolver guerras que duraron décadas en cuestión de días, y aunque calificó este conflicto como uno de los más complejos, expresó su confianza en que se logrará un acuerdo porque tanto Rusia como Ucrania desean que termine.
Agencia ANSA y DPA
Estuvieron reunidos durante casi tres horas; los puntos de mayor fricción para cerrar el pacto incluyen el control territorial, la situación de la central nuclear de Zaporiyia y las garantías de seguridad para Ucrania

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