Al menos cinco aviones de combate de Estados Unidos están operando frente a las costas de Venezuela, situándose a kilómetros de Caracas en el marco de la creciente tensión en el mar Caribe. Este despliegue, detectado y reportado este jueves, fue registrado por el sistema de seguimiento de aeronaves Flight Radar.

La flota incluye dos Boeing EA-18G Growler y tres Boeing F/A-18E Super Hornet. El Boeing F/A-18 Super Hornet es un avión de combate multifunción desarrollado para la Marina de Estados Unidos, diseñado para operar desde portaaviones. Posee dos motores y una estructura reforzada que le permite ejecutar misiones de superioridad aérea, ataque a objetivos terrestres, reconocimiento y guerra electrónica.

El Boeing EA-18G Growler, por su parte, es una aeronave de guerra electrónica derivada del caza F/A-18F Super Hornet. Está equipada con sistemas avanzados cruciales para suprimir las defensas aéreas adversarias, pues puede interceptar, bloquear y neutralizar radares y comunicaciones enemigas.

Escalada militar y retórica antinarcóticos

Este movimiento se suma a una escalada de acciones y retórica por parte de la administración estadounidense. Horas antes, el ejército de EE.UU. anunció el ataque a una embarcación acusada de contrabando de drogas en el Océano Pacífico oriental, causando la muerte de cuatro personas. Este ataque elevó el número total de incidentes conocidos a 26, con al menos 99 muertes, según cifras anunciadas por la administración Trump.

El presidente Donald Trump justificó estos ataques como una escalada necesaria para frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos, afirmando que el país se encuentra en un “conflicto armado” con los cárteles. Este jueves, Trump insistió en que no requiere autorización del Congreso para realizar bombardeos sobre intereses del narcotráfico radicados en suelo venezolano. Aunque admitió que no le importaría compartir la información con el legislativo, subrayó: “No tengo por qué decírselo, ya está comprobado”.

Trump intensificó su presión sobre el Gobierno de Nicolás Maduro, advirtiendo que EE.UU. pronto comenzará a realizar ataques sobre “objetivos terrestres” en la nación caribeña.

El mandatario también vinculó las acciones actuales con reclamos económicos, exigiendo que Venezuela devuelva los activos que, según él, fueron incautados a compañías petroleras estadounidenses hace años. Argumentó que las inversiones perdidas son parte de la motivación detrás de sus acciones, señalando que las empresas estadounidenses dominaron ese mercado hasta las nacionalizaciones iniciadas en los años setenta y ampliadas bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

“Recuerden que se llevaron todos nuestros derechos energéticos. Se llevaron todo nuestro petróleo no hace mucho tiempo. Y lo queremos de vuelta. Lo tomaron, lo tomaron ilegalmente”, declaró Trump ante periodistas.

En consonancia con esta postura, Trump justificó su reciente anuncio de un “bloqueo” a los buques de crudo que se dirigen hacia o desde Venezuela, en el marco de las sanciones impuestas por Washington. Stephen Miller, asesor de Trump, tildó la nacionalización de la industria petrolera venezolana como un “robo”, el cual alegó que fue el “mayor robo registrado de riqueza y propiedad estadounidense”, que además financió actividades criminales y terroristas.

No obstante, el vicealmirante estadounidense retirado Robert Murrett, profesor en la Universidad de Syracuse, indicó que la incautación de buques sancionados y la imposición de un bloqueo constituyen medidas menos riesgosas que cualquier confrontación militar directa. Murrett subrayó que la política de Washington sigue promoviendo una transición pacífica y democrática en Venezuela.

​Al menos cinco aviones de combate de Estados Unidos están operando frente a las costas de Venezuela, situándose a kilómetros de Caracas en el marco de la creciente tensión en el mar Caribe. Este despliegue, detectado y reportado este jueves, fue registrado por el sistema de seguimiento de aeronaves Flight Radar.La flota incluye dos Boeing EA-18G Growler y tres Boeing F/A-18E Super Hornet. El Boeing F/A-18 Super Hornet es un avión de combate multifunción desarrollado para la Marina de Estados Unidos, diseñado para operar desde portaaviones. Posee dos motores y una estructura reforzada que le permite ejecutar misiones de superioridad aérea, ataque a objetivos terrestres, reconocimiento y guerra electrónica.El Boeing EA-18G Growler, por su parte, es una aeronave de guerra electrónica derivada del caza F/A-18F Super Hornet. Está equipada con sistemas avanzados cruciales para suprimir las defensas aéreas adversarias, pues puede interceptar, bloquear y neutralizar radares y comunicaciones enemigas.Escalada militar y retórica antinarcóticosEste movimiento se suma a una escalada de acciones y retórica por parte de la administración estadounidense. Horas antes, el ejército de EE.UU. anunció el ataque a una embarcación acusada de contrabando de drogas en el Océano Pacífico oriental, causando la muerte de cuatro personas. Este ataque elevó el número total de incidentes conocidos a 26, con al menos 99 muertes, según cifras anunciadas por la administración Trump.El presidente Donald Trump justificó estos ataques como una escalada necesaria para frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos, afirmando que el país se encuentra en un “conflicto armado” con los cárteles. Este jueves, Trump insistió en que no requiere autorización del Congreso para realizar bombardeos sobre intereses del narcotráfico radicados en suelo venezolano. Aunque admitió que no le importaría compartir la información con el legislativo, subrayó: “No tengo por qué decírselo, ya está comprobado”.Trump intensificó su presión sobre el Gobierno de Nicolás Maduro, advirtiendo que EE.UU. pronto comenzará a realizar ataques sobre “objetivos terrestres” en la nación caribeña.El mandatario también vinculó las acciones actuales con reclamos económicos, exigiendo que Venezuela devuelva los activos que, según él, fueron incautados a compañías petroleras estadounidenses hace años. Argumentó que las inversiones perdidas son parte de la motivación detrás de sus acciones, señalando que las empresas estadounidenses dominaron ese mercado hasta las nacionalizaciones iniciadas en los años setenta y ampliadas bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.“Recuerden que se llevaron todos nuestros derechos energéticos. Se llevaron todo nuestro petróleo no hace mucho tiempo. Y lo queremos de vuelta. Lo tomaron, lo tomaron ilegalmente”, declaró Trump ante periodistas.En consonancia con esta postura, Trump justificó su reciente anuncio de un “bloqueo” a los buques de crudo que se dirigen hacia o desde Venezuela, en el marco de las sanciones impuestas por Washington. Stephen Miller, asesor de Trump, tildó la nacionalización de la industria petrolera venezolana como un “robo”, el cual alegó que fue el “mayor robo registrado de riqueza y propiedad estadounidense”, que además financió actividades criminales y terroristas.No obstante, el vicealmirante estadounidense retirado Robert Murrett, profesor en la Universidad de Syracuse, indicó que la incautación de buques sancionados y la imposición de un bloqueo constituyen medidas menos riesgosas que cualquier confrontación militar directa. Murrett subrayó que la política de Washington sigue promoviendo una transición pacífica y democrática en Venezuela.  La Voz

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