Un tribunal en L’Aquila, Italia, ordenó la retirada de la patria potestad y la custodia de tres menores a sus padres, Nathan Trevallion y Catherine Birmingham, quienes vivían de forma off grid (estilo de vida autosuficiente desconectándose de los servicios públicos, por su traducción al español) en un bosque de Abruzzo.
La decisión judicial se basó en informes de los servicios sociales que señalaron la no escolarización de los niños, la ausencia de seguimiento pediátrico y las condiciones de la vivienda, descrita como “ruina” e “insalubre”.
La familia, de origen australiano y británico, residía en un bosque de Palmoli desde 2021.
Estilo de vida autosuficiente
Su proyecto de vida autosuficiente incluía electricidad generada por paneles solares, el uso de agua obtenida de un pozo y un baño compostable exterior. Lo que para ellos era una búsqueda de autonomía se convirtió en un caso judicial de repercusión internacional.
Las alarmas de las autoridades se activaron en otoño de 2024, cuando la familia al completo fue hospitalizada debido a una intoxicación accidental por setas.
Tras este episodio, los servicios sociales intervinieron. El informe técnico que siguieron las autoridades describió la vivienda como una “ruina” y aseguró que era “sin condiciones adecuadas para menores”. La ausencia de seguimiento pediátrico y el aislamiento casi total en el que vivían también fueron factores determinantes en la decisión del tribunal de L’Aquila.
El auge del movimiento Off Grid en Europa
Este caso judicial es sintomático de un movimiento más amplio: el crecimiento de familias y comunidades en Europa que buscan desconectarse de la red eléctrica y vivir de forma autosuficiente.
La vida off grid se consolidó como una aspiración de desconexión emocional y una respuesta a factores como el alto coste de vida, el teletrabajo o la crisis climática. Aunque una minoría del movimiento surge de grupos que rechazan la autoridad estatal, la mayoría opta por esta vida por razones de sostenibilidad y autonomía.
En países como España, el movimiento se instaló y ya no se limita a las ecoaldeas de los años ’90; hoy lo abrazan ingenieros, teletrabajadores y familias urbanas. Se consolidaron repoblaciones rurales basadas en la sostenibilidad en zonas como Matavenero, Lakabe o Arterra Bizimodu.
La decisión del tribunal de L’Aquila provocó un “auténtico terremoto político y social” en Italia. Más de 150.000 personas firmaron peticiones en línea reclamando que los menores volvieran con sus padres. La madre pudo permanecer junto a sus hijos en el centro al que fueron trasladados.
Un tribunal en L’Aquila, Italia, ordenó la retirada de la patria potestad y la custodia de tres menores a sus padres, Nathan Trevallion y Catherine Birmingham, quienes vivían de forma off grid (estilo de vida autosuficiente desconectándose de los servicios públicos, por su traducción al español) en un bosque de Abruzzo. La decisión judicial se basó en informes de los servicios sociales que señalaron la no escolarización de los niños, la ausencia de seguimiento pediátrico y las condiciones de la vivienda, descrita como “ruina” e “insalubre”.La familia, de origen australiano y británico, residía en un bosque de Palmoli desde 2021.Estilo de vida autosuficiente Su proyecto de vida autosuficiente incluía electricidad generada por paneles solares, el uso de agua obtenida de un pozo y un baño compostable exterior. Lo que para ellos era una búsqueda de autonomía se convirtió en un caso judicial de repercusión internacional.Las alarmas de las autoridades se activaron en otoño de 2024, cuando la familia al completo fue hospitalizada debido a una intoxicación accidental por setas.Tras este episodio, los servicios sociales intervinieron. El informe técnico que siguieron las autoridades describió la vivienda como una “ruina” y aseguró que era “sin condiciones adecuadas para menores”. La ausencia de seguimiento pediátrico y el aislamiento casi total en el que vivían también fueron factores determinantes en la decisión del tribunal de L’Aquila.El auge del movimiento Off Grid en EuropaEste caso judicial es sintomático de un movimiento más amplio: el crecimiento de familias y comunidades en Europa que buscan desconectarse de la red eléctrica y vivir de forma autosuficiente.La vida off grid se consolidó como una aspiración de desconexión emocional y una respuesta a factores como el alto coste de vida, el teletrabajo o la crisis climática. Aunque una minoría del movimiento surge de grupos que rechazan la autoridad estatal, la mayoría opta por esta vida por razones de sostenibilidad y autonomía.En países como España, el movimiento se instaló y ya no se limita a las ecoaldeas de los años ’90; hoy lo abrazan ingenieros, teletrabajadores y familias urbanas. Se consolidaron repoblaciones rurales basadas en la sostenibilidad en zonas como Matavenero, Lakabe o Arterra Bizimodu.La decisión del tribunal de L’Aquila provocó un “auténtico terremoto político y social” en Italia. Más de 150.000 personas firmaron peticiones en línea reclamando que los menores volvieran con sus padres. La madre pudo permanecer junto a sus hijos en el centro al que fueron trasladados. La Voz

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