La medida implica un fuerte ajuste al bolsillo.

Quedarán solo dos categorías de usuarios y la medida impactará en el 45% de los hogares a nivel nacional. También habrá modificaciones en los topes de consumo a subvencionar.

El Gobierno de Javier Milei avanzará con una drástica reestructuración de los subsidios en luz, gas natural y garrafas, que se implementará a partir de enero de 2026 y obligará a la mayoría de los usuarios a afrontar un costo mucho mayor en sus facturas.

El nuevo esquema elimina la compleja segmentación y los programas Tarifa Social y Hogar para crear solo dos categorías: hogares asistidos y hogares sin bonificación (que pagarán el costo pleno).

La medida implica un fuerte ajuste para alcanzar el objetivo fiscal de reducir el gasto en subsidios energéticos al 0,5% del PBI.

La ayuda estatal se volverá altamente restrictiva, quedando limitada a:

Límite de ingresos: solo podrán acceder hogares con ingresos inferiores a tres Canastas Básicas Totales (CBT), un umbral más bajo que el actual.

Tope al consumo subsidiado: para los beneficiarios, el subsidio cubrirá solo el 50% del costo de la energía, y únicamente sobre un bloque de consumo base (por ejemplo, 300 kWh mensuales en electricidad durante meses pico). El consumo excedente se pagará a precio real.

Sin ayuda fuera de temporada: en el caso del gas, el subsidio solo se aplicará entre abril y septiembre (meses de alta demanda), eliminando la bonificación para el resto del año.

La Secretaría de Energía ya abrió a consulta pública el proyecto, que en la práctica traslada la mayor parte del costo de la energía al consumidor final. Se proyecta que los hogares pagarán, en promedio, el 76% del costo eléctrico y el 79% del costo del gas, consolidando un nuevo golpe al bolsillo y dando por terminada la política de subsidios generalizados.

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