La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR por sus siglas en inglés), organismo fiscal independiente del Reino Unido, pidió disculpas este miércoles tras haber publicado por error su pronóstico económico antes de la presentación oficial del Presupuesto en la Cámara de los Comunes (House of Commons).
La información contenida en ese informe es altamente sensible para los mercados y, según las normas británicas, debe mantenerse en secreto hasta que el canciller del Tesoro la lea ante el Parlamento.
Sin embargo, un “error técnico” hizo que el documento completo se difundiera unos 40 minutos antes del discurso de la ministra Rachel Reeves.
El reporte adelantó varias medidas clave: el fin del tope de beneficios por dos hijos, la continuidad de la congelación de los umbrales de impuesto a las ganancias y un posible sistema de pago por millas para autos eléctricos.
Reacción inmediata y consecuencias en los mercados
El OBR eliminó rápidamente el archivo de su sitio web y anunció una investigación interna.
“Pedimos disculpas por este error técnico”, indicó un vocero, que confirmó que el organismo reportará lo ocurrido al directorio de supervisión, al Tesoro y a la Comisión de Hacienda del Parlamento.
El anticipo tuvo impacto inmediato: se registró una breve volatilidad en el mercado de bonos británicos, aunque los rendimientos de los gilt cayeron luego a niveles inferiores a los previos a la filtración.
El presidente del OBR, Richard Hughes, también ofreció disculpas públicas y prometió tomar medidas para evitar que vuelva a suceder.
Ante una consulta sobre una posible renuncia, respondió: “He dado mi declaración. Es todo lo que tengo para decir”.
Tensión política en el Parlamento
La filtración generó un clima de desconcierto en la Cámara de los Comunes.
Durante la sesión de preguntas al primer ministro, cámaras captaron a Reeves mirando con preocupación su teléfono mientras asistentes del Tesoro le acercaban copias del documento filtrado.
Diputados conservadores comenzaron a difundir páginas del informe en redes sociales.
El exministro y actual referente tory Mel Stride pidió una investigación formal y calificó el hecho como “totalmente escandaloso”, advirtiendo que podría constituir un delito.
El episodio se suma a semanas de filtraciones en la previa del Presupuesto, práctica por la cual la ministra Reeves ya había sido reprendida por la vicepresidenta de la Cámara.
Antecedentes de filtraciones presupuestarias
Aunque es la primera vez que el OBR comete un error de este tipo, no es la primera filtración relevante en la historia fiscal británica.
En 2013, el Evening Standard publicó por equivocación detalles del Presupuesto de George Osborne antes de su discurso.
En 1996, el Daily Mirror recibió el presupuesto completo de Ken Clarke antes de su anuncio, lo que derivó en una investigación policial.
En 1947, el canciller laborista Hugh Dalton debió renunciar tras adelantar información a un periodista antes de llegar al Parlamento.
El nuevo traspié revive el debate sobre la seguridad en el manejo de documentos sensibles y la responsabilidad institucional en la comunicación de medidas económicas clave.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR por sus siglas en inglés), organismo fiscal independiente del Reino Unido, pidió disculpas este miércoles tras haber publicado por error su pronóstico económico antes de la presentación oficial del Presupuesto en la Cámara de los Comunes (House of Commons).La información contenida en ese informe es altamente sensible para los mercados y, según las normas británicas, debe mantenerse en secreto hasta que el canciller del Tesoro la lea ante el Parlamento. Sin embargo, un “error técnico” hizo que el documento completo se difundiera unos 40 minutos antes del discurso de la ministra Rachel Reeves.El reporte adelantó varias medidas clave: el fin del tope de beneficios por dos hijos, la continuidad de la congelación de los umbrales de impuesto a las ganancias y un posible sistema de pago por millas para autos eléctricos.Reacción inmediata y consecuencias en los mercadosEl OBR eliminó rápidamente el archivo de su sitio web y anunció una investigación interna.“Pedimos disculpas por este error técnico”, indicó un vocero, que confirmó que el organismo reportará lo ocurrido al directorio de supervisión, al Tesoro y a la Comisión de Hacienda del Parlamento.El anticipo tuvo impacto inmediato: se registró una breve volatilidad en el mercado de bonos británicos, aunque los rendimientos de los gilt cayeron luego a niveles inferiores a los previos a la filtración.El presidente del OBR, Richard Hughes, también ofreció disculpas públicas y prometió tomar medidas para evitar que vuelva a suceder. Ante una consulta sobre una posible renuncia, respondió: “He dado mi declaración. Es todo lo que tengo para decir”.Tensión política en el ParlamentoLa filtración generó un clima de desconcierto en la Cámara de los Comunes. Durante la sesión de preguntas al primer ministro, cámaras captaron a Reeves mirando con preocupación su teléfono mientras asistentes del Tesoro le acercaban copias del documento filtrado.Diputados conservadores comenzaron a difundir páginas del informe en redes sociales. El exministro y actual referente tory Mel Stride pidió una investigación formal y calificó el hecho como “totalmente escandaloso”, advirtiendo que podría constituir un delito.El episodio se suma a semanas de filtraciones en la previa del Presupuesto, práctica por la cual la ministra Reeves ya había sido reprendida por la vicepresidenta de la Cámara.Antecedentes de filtraciones presupuestariasAunque es la primera vez que el OBR comete un error de este tipo, no es la primera filtración relevante en la historia fiscal británica.En 2013, el Evening Standard publicó por equivocación detalles del Presupuesto de George Osborne antes de su discurso.En 1996, el Daily Mirror recibió el presupuesto completo de Ken Clarke antes de su anuncio, lo que derivó en una investigación policial.En 1947, el canciller laborista Hugh Dalton debió renunciar tras adelantar información a un periodista antes de llegar al Parlamento.El nuevo traspié revive el debate sobre la seguridad en el manejo de documentos sensibles y la responsabilidad institucional en la comunicación de medidas económicas clave. La Voz
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