Con la luminosidad y la fuerza de un rayo, Mateo Palacios Corazzina atravesó la Plaza de la Música y la partió al medio con su sonido y su onda de choque.
Miles de personas disfrutaron del concierto de Trueno que, de manera contundente, salió a escena en el horario pautado y lanzó una catarata de canciones casi sin pausa.
La juventud enérgica del público tomó protagonismo y se mostró eufórica, cantando, bailando y pogueando casi sin frenar, convirtiéndose así en la otra gran protagonista de una noche cargada de emoción.
Del hip hop al rock, del R&B latino al reguetón y de La Boca a Córdoba: el paso de Trueno marcó el principio del fin de la etapa de El Último Baile deluxe y dejó también un sabor a satisfacción en el joven de 23 años.
Al retirarse del lugar se mostró emocionado hasta las lágrimas, agradeciéndole a su gente por acompañarlo en el cierre de la gira.
Al World Tour de El último baile deluxe le quedan sólo dos fechas: el 5 de diciembre en el Anfiteatro Municipal de Rosario y el 11 de diciembre en el Estadio de Ferro en Buenos Aires.
En la city
En un viernes templado, el público entró lentamente a la Plaza de la Música. De atrás hacia adelante se podía ver a muchos niños y adolescentes acompañados por sus padres.
Curiosamente, el puesto de merchandising tuvo bastante actividad, con varios llevándose gorras o la remera oficial de Trueno, que emula una camiseta de Boca.
De hecho, hubo muchas camisetas del “Xeneize”, club del que es hincha el artista y que se ubica en el mismo barrio donde nació.
Otros looks con referencias al intérprete (ganador del reciente Latin Grammy 2025 con Fresh como mejor canción de rap/hip hop) fueron los pañuelos en la cabeza y las trenzas que luce en la tapa de El último baile.
Adelante, bien pegados a las vallas, estaban los más enérgicos y eufóricos, que esperaban con ansias la llegada de Trueno.
Finalmente, el show comenzó a las 21.15 con una ráfaga de rap: Grandmaster y la Bizarrap Session Vol. 16 fueron las primeras. “¡¿Qué pasa con mi gente de Córdoba?! Este es el cierre de El último baile”, saludó ante los primeros aplausos.
Acompañado por su padre, Pedro Peligro, y por Kmi 420, lanzaron una furiosa versión de Fuck The Police, que incluyó la intro de Killing in the Name, de Rage Against the Machine.
La banda está compuesta por la base rítmica de los Cindy Cats: Pedro Pasquale (guitarra y dirección musical), Julián Gallo (bajo) y Carlos Salas (percusión). Por otro lado, en batería está Nikko Taranto y en teclados, Augusto Durañona.
Las bases y los beats del disco son llevados al vivo con la sutileza y perfección que vienen demostrando, incluso en el reciente concierto sinfónico lanzado hace apenas unos días en colaboración con Red Bull.
Fue llamativo ver a niños cantando en contra de la policía y agitando sin parar las barras testimoniales de origen barrial que interpreta Trueno. Del mismo modo, resultó una grata sorpresa ver cómo el flow y la impronta hiphopera los hacían alzar la mano y mover los pies, imitando lo que el rapero de 23 años y sus compañeros hacían sobre el escenario.
Rain III, Feel Me?, Fresh y Real gangsta love fueron la calma que antecede al huracán y sirvieron de pausa ante tanta excitación de los jóvenes agitadores.
El segmento fue un altísimo momento musical que todos disfrutaron sumando su voz y aportando coros a los temas. En el último, enlazaron el característico sampleo de Still D.R.E. como intro. La banda y el cantante hicieron silencio para que lo cierre la gente.
El techo está en llamas
De Argentina y Latinoamérica para el mundo. En la segunda parte del concierto, Trueno elevó la vara y comenzó a saludar y homenajear a los artistas cercanos a su obra.
De ese modo, envió un sharau para Feid, con quien grabó Cruz. En las partes en de las colaboraciones siempre salta al escenario Kmi 420 para reemplazar esas voces.
“La siguiente canción ya la conocen y ya saben lo que digo siempre. Siento orgullo de ser argentino y latinoamericano. Ya saben que hay que cuidar nuestras costumbres, nuestros sabores y nuestra cultura”, introdujo antes de cantar Tierra Zanta. Al final, se llevó una fuerte ovación.
Luego vino otro sharau, esta vez para Duki, con quien hizo Panamá. El sonido trapero continuó con Night y 344. Con Lauryn el rap mezclado con R&B volvió a poner paños frescos en la gente que no frenaba su adrenalina.
“Un saludo para Young Miko en PR”, soltó antes de hacer En la city. Pero la euforia volvió con Tranky Funky, que de tranquilo no tuvo nada. El ojo del huracán se formó en el medio de la Plaza de la Música y ahí se atormentaban los que pogueaban dejando todo.
Como lo dice en el título The roof is on fire desató más y más fuego que se iba contagiando también a los músicos, que arengaban desde el escenario y se acercaban al borde para admirar el lío armado abajo.
Marginal y popular
Más allá de sus brillantes canciones, Trueno siempre deleita con algún freestyle en sus conciertos.
En esta visita, a la que catalogó como especial y que agitó en la previa demostrando su cariño por la ciudad, sorprendió con un sampleo de El Marginal de La Mona Jiménez.
Con el sampler en el centro del escenario, comenzó a enlazar el cuarteto con un beat y, tras dejarlo sonar unos minutos, lo cortó con un freestyle que incluyó un sharau para el “Mandamás” y otro para Luck Ra, además de mencionar el característico cuarteto y el fernet.
Fue un gran momento que desató otra ovación para el artista. Para el cierre llegó uno de sus primeros hits: Mamichula. Sin embargo, la voz de Nicki Nicole se fue difuminando hasta convertirse en un remix casi electrónico. Del mismo modo reinterpretaron Cuando el bajo suena, con una base techno que invitó –una vez más– a saltar descontroladamente frente al escenario.
Pasadas dos horas de show, la recta final llegó con temas bien rockeros llevados al extremo, con la guitarra de Pasquale distorsionada y soleando al filo del hard o del heavy. Así sonaron Sangría y Atrevido. La pantalla mostró una definición de “pogo”, a la que le siguió una demostración superadora durante Violento.
“A los quilomberos del medio les digo que este es su momento”, dijo Trueno antes de cantar el tema. Quedó tan manija con el agite que, cuando terminó, se tiró de cabeza al público.
“¡Aguante Córdoba, la concha de su madre!”, gritó durante Dance Crip, el tema final. Mientras la banda y sus compañeros arengaban para que “se parta al medio”, Trueno se despidió haciendo un último baile en la cima del escenario. Y, por qué no, también en la cima de la música.
Con la luminosidad y la fuerza de un rayo, Mateo Palacios Corazzina atravesó la Plaza de la Música y la partió al medio con su sonido y su onda de choque.Miles de personas disfrutaron del concierto de Trueno que, de manera contundente, salió a escena en el horario pautado y lanzó una catarata de canciones casi sin pausa.La juventud enérgica del público tomó protagonismo y se mostró eufórica, cantando, bailando y pogueando casi sin frenar, convirtiéndose así en la otra gran protagonista de una noche cargada de emoción.Del hip hop al rock, del R&B latino al reguetón y de La Boca a Córdoba: el paso de Trueno marcó el principio del fin de la etapa de El Último Baile deluxe y dejó también un sabor a satisfacción en el joven de 23 años.Al retirarse del lugar se mostró emocionado hasta las lágrimas, agradeciéndole a su gente por acompañarlo en el cierre de la gira.Al World Tour de El último baile deluxe le quedan sólo dos fechas: el 5 de diciembre en el Anfiteatro Municipal de Rosario y el 11 de diciembre en el Estadio de Ferro en Buenos Aires.En la cityEn un viernes templado, el público entró lentamente a la Plaza de la Música. De atrás hacia adelante se podía ver a muchos niños y adolescentes acompañados por sus padres.Curiosamente, el puesto de merchandising tuvo bastante actividad, con varios llevándose gorras o la remera oficial de Trueno, que emula una camiseta de Boca.De hecho, hubo muchas camisetas del “Xeneize”, club del que es hincha el artista y que se ubica en el mismo barrio donde nació.Otros looks con referencias al intérprete (ganador del reciente Latin Grammy 2025 con Fresh como mejor canción de rap/hip hop) fueron los pañuelos en la cabeza y las trenzas que luce en la tapa de El último baile.Adelante, bien pegados a las vallas, estaban los más enérgicos y eufóricos, que esperaban con ansias la llegada de Trueno.Finalmente, el show comenzó a las 21.15 con una ráfaga de rap: Grandmaster y la Bizarrap Session Vol. 16 fueron las primeras. “¡¿Qué pasa con mi gente de Córdoba?! Este es el cierre de El último baile”, saludó ante los primeros aplausos.Acompañado por su padre, Pedro Peligro, y por Kmi 420, lanzaron una furiosa versión de Fuck The Police, que incluyó la intro de Killing in the Name, de Rage Against the Machine.La banda está compuesta por la base rítmica de los Cindy Cats: Pedro Pasquale (guitarra y dirección musical), Julián Gallo (bajo) y Carlos Salas (percusión). Por otro lado, en batería está Nikko Taranto y en teclados, Augusto Durañona.Las bases y los beats del disco son llevados al vivo con la sutileza y perfección que vienen demostrando, incluso en el reciente concierto sinfónico lanzado hace apenas unos días en colaboración con Red Bull.Fue llamativo ver a niños cantando en contra de la policía y agitando sin parar las barras testimoniales de origen barrial que interpreta Trueno. Del mismo modo, resultó una grata sorpresa ver cómo el flow y la impronta hiphopera los hacían alzar la mano y mover los pies, imitando lo que el rapero de 23 años y sus compañeros hacían sobre el escenario.Rain III, Feel Me?, Fresh y Real gangsta love fueron la calma que antecede al huracán y sirvieron de pausa ante tanta excitación de los jóvenes agitadores. El segmento fue un altísimo momento musical que todos disfrutaron sumando su voz y aportando coros a los temas. En el último, enlazaron el característico sampleo de Still D.R.E. como intro. La banda y el cantante hicieron silencio para que lo cierre la gente.El techo está en llamasDe Argentina y Latinoamérica para el mundo. En la segunda parte del concierto, Trueno elevó la vara y comenzó a saludar y homenajear a los artistas cercanos a su obra.De ese modo, envió un sharau para Feid, con quien grabó Cruz. En las partes en de las colaboraciones siempre salta al escenario Kmi 420 para reemplazar esas voces.“La siguiente canción ya la conocen y ya saben lo que digo siempre. Siento orgullo de ser argentino y latinoamericano. Ya saben que hay que cuidar nuestras costumbres, nuestros sabores y nuestra cultura”, introdujo antes de cantar Tierra Zanta. Al final, se llevó una fuerte ovación.Luego vino otro sharau, esta vez para Duki, con quien hizo Panamá. El sonido trapero continuó con Night y 344. Con Lauryn el rap mezclado con R&B volvió a poner paños frescos en la gente que no frenaba su adrenalina.“Un saludo para Young Miko en PR”, soltó antes de hacer En la city. Pero la euforia volvió con Tranky Funky, que de tranquilo no tuvo nada. El ojo del huracán se formó en el medio de la Plaza de la Música y ahí se atormentaban los que pogueaban dejando todo.Como lo dice en el título The roof is on fire desató más y más fuego que se iba contagiando también a los músicos, que arengaban desde el escenario y se acercaban al borde para admirar el lío armado abajo.Marginal y popularMás allá de sus brillantes canciones, Trueno siempre deleita con algún freestyle en sus conciertos.En esta visita, a la que catalogó como especial y que agitó en la previa demostrando su cariño por la ciudad, sorprendió con un sampleo de El Marginal de La Mona Jiménez.Con el sampler en el centro del escenario, comenzó a enlazar el cuarteto con un beat y, tras dejarlo sonar unos minutos, lo cortó con un freestyle que incluyó un sharau para el “Mandamás” y otro para Luck Ra, además de mencionar el característico cuarteto y el fernet.Fue un gran momento que desató otra ovación para el artista. Para el cierre llegó uno de sus primeros hits: Mamichula. Sin embargo, la voz de Nicki Nicole se fue difuminando hasta convertirse en un remix casi electrónico. Del mismo modo reinterpretaron Cuando el bajo suena, con una base techno que invitó –una vez más– a saltar descontroladamente frente al escenario. View this post on Instagram Pasadas dos horas de show, la recta final llegó con temas bien rockeros llevados al extremo, con la guitarra de Pasquale distorsionada y soleando al filo del hard o del heavy. Así sonaron Sangría y Atrevido. La pantalla mostró una definición de “pogo”, a la que le siguió una demostración superadora durante Violento.“A los quilomberos del medio les digo que este es su momento”, dijo Trueno antes de cantar el tema. Quedó tan manija con el agite que, cuando terminó, se tiró de cabeza al público.“¡Aguante Córdoba, la concha de su madre!”, gritó durante Dance Crip, el tema final. Mientras la banda y sus compañeros arengaban para que “se parta al medio”, Trueno se despidió haciendo un último baile en la cima del escenario. Y, por qué no, también en la cima de la música. La Voz

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