La justicia local investiga desde ayer a las 8:30 la muerte de Luis Llacone, de 25 años, ocurrida en el interior de un vehículo Fiat Uno, color blanco, estacionado en calle 3 entre 38 y 40, frente a un departamento que ocupaba la víctima. Llacone presentaba una herida de arma de fuego en la cabeza, presuntamente producida por el disparo de una carabina calibre 22 y, dentro de las primeras hipótesis, la policía local estimó la posibilidad de un suicidio. Si bien no hubo confirmaciones oficiales respecto a las causas que desencadenaron el episodio, de manera extraoficial se supo que el joven integrante de una reconocida familia del medio y padre de una niña, atravesaba una difícil situación sentimental debido a la reciente separación de su pareja.
Precisamente una de las fuentes consultadas por este medio indicó a manera de versión que, Llacone, había estado poco antes manteniendo un diálogo con su expareja que reside en calle 101 entre 38 y 40, a pocas cuadras donde ahora residía Llacone. Se desconoce la manera en que la policía de Comisaría Primera, interviniente por jurisdicción, tomó conocimiento del hecho. Se estima que, luego del suceso, alguien llamó al Comando Radioeléctrico y desde este área a los oficiales de guardia en la sede de la Primera. A los pocos minutos la policía y una ambulancia del Servicio de Emergencias Médicas llegaron al lugar para realizar las primeras diligencias. Los paramédicos nada habrían podido hacer para revertir la situación, ya que el disparo le habría provocado la muerte en forma inmediata.
Peritos de la División Criminalística realizaron las tareas de rigor sin la presencia de ninguna autoridad de la justicia aunque, se sobreentiende, las actuaciones policiales posteriores habrían estado ordenadas por el fiscal de turno Ana Laura Ruffini. El representante del Ministerio Público Fiscal habría ordenado la realización de la autopsia, para determinar las causales del fallecimiento del joven. Mientras tanto, los efectivos concretaron el traslado del vehículo Fiat Uno, color blanco, a la sede policial de calle 9 entre Avenida San Martín y 16. Luis era hijo de un conocido herrero de la ciudad y de una exdocente que revista en el sector administrativo de la sede local de UTELPa.
La reforma
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