“Me decía que así se hace la plata, que era la única manera de hacer plata”, contó Luciana, una víctima del delito de trata, obligada a prostituirse por su novio, en el marco del desgarrador testimonio que prestó en la investigación del caso.Tenía 18 años y su expareja, seis años mayor, se aprovechó de su estado de vulnerabilidad social para beneficiarse del ejercicio de la prostitución, actividad que llevó a cabo bajo amenazas y agresiones físicas.
“La primera vez fue cuando fumamos marihuana y fuimos a Pico. Vimos unas chicas y me decía: ‘Viste como trabajan, así hacen la plata, es la única manera que se hace la plata. Él decía que así podíamos tener cosas, alquilar”, reveló la víctima en su dramático relato, al que tuvo acceso El Diario. Varivas veces tuvo que interrumpir su declaración en el juicio, ahogada por la angustia.
Su ex pareja, Jonathan Raúl Alberto Ramos, de 27 años, fue condenado a ocho años de prisión el pasado 20 de febrero, en un fallo que firmaron los miembros del Tribunal Oral Federal, Pablo Ramiro Díaz Lacava, José Triputti y Marcos Aguerrido. Hasta que el fallo no quede firme, sigue en libertad. Le aplicaron la pena mínima porque no tiene antecedentes. Lo condenaron por el delito de “explotación económica del ejercicio de la prostitución ajena, en concurso ideal con el delito de trata de persona en su modalidad de captación con fines de explotación sexual, agravado por haber mediado engaño, violencia, amenazas, valiéndose de la situación de vulnerabilidad de la víctima y la convivencia a la fecha de los hechos”.
Ramos vive junto a su familia en el Plan 5.000, de Santa Rosa, en Alemania al 1885. Tuvo una relación con la víctima entre diciembre de 2012 a junio de 2013. Convivieron seis meses. Ella se escapó de esa casa y presentó la denuncia en ese momento, respaldada por su madre.
Captación y explotación
La investigación la llevó adelante el fiscal federal, Juan José Baric. Acusó a Ramos de haber captado a la chica con la finalidad de explotarla sexualmente. En el juicio, el fiscal Jorge Bonvehí sostuvo la acusación y la defensora oficial, Laura Armagno, patrocinó al imputado.
Los jueces dieron por acreditado que Ramos “captó” a la víctima en diciembre de 2012 con la finalidad de explotar económicamente su actividad secual, mediante el inicio de una relación de noviazgo. Dijeron que existió un “abuso” de la vulnerabilidad de la joven mujer, de 18 años, que había sufrido violencia dentro de su familia de origen, desempleada, con abandono del colegio secundario.
Los jueces valoraron el “contundente y emotivo relato” expuesto por la víctima durante el juicio para ratificar la denuncia inicial. Ella contó que conoció a Ramos porque su hermana estaba de novio con un hermano de él. Dijo que al poco tiempo, Ramos le propuso “algo” porque tuvo problemas económicos con la compra de un automóvil de alta gama, además de que algunos clientes del negocio de compra y venta de motocicletas no le pagaban lo adeudado.
Dijo que le propuso ir a General Pico como una salida más y, en su trayecto, después de haber observado a mujeres ofrecían prostituirse, le repitió varias veces que “ese era el único modo de hacer plata”. Habían fumado marihuana y ya en Pico, frente a la terminal de ómnibus, se inició en el ejercicio de la prostitución de ocasionales clientes, a quienes cobraba lo que Ramos le indicaba. El permanecía cerca y ella le daba todo el dinero que obtenía.
Relató que hicieron varios viajes. Salían a las siete y volvían a las tres de la madrugada. En una oportunidad la Brigada de Investigaciones de esa ciudad los demoró. Por eso, comenzaron a trasladarse a Acha, Toay y Anguil, aunque que en esos lugares la prostitución no le rendía económicamente a Ramos.
Se fue a vivir a una habitación de la casa familiar de Ramos, junto a la madre de él y tres hermanos, una “excusa” para tenerla más controlada. Recordó que terminó prostituyéndose en cercanías del Casino de Santa Rosa. Allí, ambos, fueron demorados e identificados por la Policía.
“Todo el dinero era conservado por Ramos y que ella sólo contaba con el dinero de la tarjeta alimentaria de su hijo de dos años”, indicó el fallo. En la vivienda de Ramos ella hacía la limpieza del domicilio y la comida, sin salir a ningún lugar sin él. Ramos era el encargado de prepararla para que ejerciera la prostitución durante la noche, aun cuando ella no quisiera hacerlo.
La víctima recordó que Ramos “estaba como obsesionado con que ella trabajara” y que “al poco tiempo dejó incluso de trabajar en la compra y venta de motocicletas estando sólo pendiente de su explotación”. Agregó además que en algunas oportunidades fue forzada físicamente para tener relaciones. Dijo que “en una oportunidad fue violada” y que las agresiones físicas eran permanentes, casi todos los días, incluso delante del resto de la familia.
Delante del tribunal, dijo que “sólo cuando se separó, cuando finalmente se escapó dado que antes no podía salir sola a ningún lugar, solo allí pudo contar los hechos que había vivido, siendo aconsejada por su madre que cuando estuviera lo suficientemente fuerte hiciera la denuncia”.
Angustia y temor
La víctima presentó la denuncia en junio de 2013. En esa presentación, incorporada por lectura al juicio, había expresado“con mayor profundidad o detalle la violencia física y psíquica a la que fue sometida”, según destacó el Tribunal. Allí declaró que, al enterarse del embarazo que tenía, su pareja le indicó que podía seguir prostituyéndose hasta los tres meses de la gestación cuando ya se notaría la panza.
Las entrevistas con los diversos equipos técnicos que abordaron el caso y las actuaciones policiales convalidaron, además, la certeza del testimonio. “La angustia y temor observado en la víctima por las situaciones de violencia física, psicológica y económica por las que la hizo atravesar el imputado Ramos durante la convivencia, ilustran de modo complementario la situación de vulnerabilidad en que se encontraba, incluso antes de ser captada por el imputado para explotarla económicamente en su actividad sexual”, argumentaron los jueces.
“Ramos se ganó la confianza de la víctima mediante la relación amorosa para luego lograr su objetivo, mediante la relación de noviazgo y aprovechando la vulnerabilidad de aquélla pudo convencerla para que finalmente pueda ser explotada económicamente en su actividad sexual, explotación que continuó realizando hasta que Juárez huyó abandonando el hogar donde ambos convivían”, completaron.
Fuente: ElDiarioDeLaPampa.com.ar
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