Pablo Parra fue declarado por unanimidad culpable de la muerte de Agustina Fernández, la joven pampeana asesinada el 2 de julio de 2022 en Cipolletti. Después de escuchar los alegatos y evaluar las pruebas presentadas, el jurado popular se inclinó por la culpabilidad del joven petrolero.
Luego de ocho jornadas de declaraciones, la Fiscalía, la querella y la defensa presentaron sus conclusiones en los Tribunales de Cipolletti. Tanto los fiscales como los querellantes sostuvieron que “se probó” sobradamente la acusación, mientras que los abogados de Parra argumentaron que hubo un sesgo contra su defendido y que se lo construyó como el único responsable posible.
Los alegatos se leyeron ante una sala colmada, en la que estuvieron presentes los padres de Agustina y el intendente cipolleño Rodrigo Buteler. Desde Santa Rosa, se siguió en vivo la sesión desde el auditorio de la Ciudad Judicial.
Los integrantes del jurado comenzaron a deliberar alrededor de las 15:50 y el veredicto se conoció pasadas las 18 horas. La instancia que sigue para determinar la pena es el juicio de cesura -que aún no tiene fecha definida- pero, al tratarse de un femicidio, correspondería la prisión perpetua.
“Fue femicidio”.
Los fiscales Santiago Márquez Gauna y Martín Pezzetta, en representación del Ministerio Público Fiscal, fueron los primeros en presentar conclusiones. Consideraron que la argumentación de la defensa tiene una importante falla: “Parra, de su propia boca, les dijo que Agustina se defendió. La defensa necesita probarlo para que el ADN -bajo las uñas de Agustina- signifique algo. Y no lo probó, porque no lo puede probar. Porque no sucedió”, dijo Márquez Gauna.
Aseguró que «la muerte de Agustina fue un femicidio», porque durante la investigación se probaron las características de ese tipo de crimen: una motivación, un detonante y un intento de ocultamiento del hecho.
«El primer día les pedí que siguieran el juicio en función de cuatro conceptos: obsesión, rechazo, ataque a traición y disfrazar», agregó Pezzetta. Consideró que Parra estaba obsesionado con Agustina, y que el detonante fue el encuentro que la joven tuvo con Natanael Carrasco horas antes del ataque. «El ataque es propio de la naturaleza del femicidio. La agarra de los pelos, la golpea contra el sillón. Es la reacción al rechazo, a la relación con Natanael», dijo Pezzetta.
Además, Márquez Gauna hizo hincapié en el ocultamiento. Consideró que muchas de las acciones de Parra prueban que «estaba construyendo» la versión que dio durante todo el proceso. Por ejemplo, mencionó que mientras estaba en la escena del crimen les repetía a los policías que le habían robado, y que dio detalles exhaustivos sobre las compras hechas durante el lapso en el que se supone que ocurrió el ataque. «¿Quién les cuenta compré tal cosa y pagué con débito, sin que le pregunten? Estaba intentando crear su versión», reforzó.
Márquez Gauna cerró el alegato con el pedido de condena. «Esa puerta que no se abrió, que no permitió que los sueños de Agustina siguieran, la tenemos que cerrar declarando culpable a quien le quitó los sueños. A esa persona la tienen que declarar culpable de femicidio», dijo al jurado.
Querella.
Luego de un cuarto intermedio alegó la querella, representada por el abogado Emanuel Roa Moreno: «Estamos convencidos que el autor del crimen fue Parra, porque hubo una investigación minuciosa».
Destacó el trabajo de investigadores y fiscales, y resaltó que hay «hechos probados: la muerte de Agustina, las lesiones que sufrió, la mecánica de producción, que hubo un solo atacante, el momento del ataque y la cronología. Sobre esto no hay discusión».
Recordó que hubo dos vecinos que escucharon gritos y ruidos en el momento del crimen, y que la coartada del robo de Parra no se pudo probar. «La persona entró, comete un ataque salvaje y después roba de manera meticulosa los dólares, los celulares y un poquito de ropa. Eso es lo que no le cierra a ninguno de los policías», dijo. También remarcó que no pidió ayuda: «Gritaba que le robaron los dólares, pero nunca pide una ambulancia. La policía, los amigos, todos, lo que se enteran es que le robaron».
“Agustina dice no es no”.
Tras el alegato de su abogado, los padres de Agustina le hablaron al jurado y les pidieron que se haga justicia. «Agus no vuelve, pero sí pedimos estar en una sociedad libre. Que mi hija pueda creer que puede caminar tranquila, ser libre y decidir», dijo su mamá, Silvana Capello. «A usted, señor Parra, Agustina le dice no es no», dijo, mirando fijamente al acusado.
Mariano Fernández, el papá, le habló solo al jurado: «No voy a decir nada para conmoverlos, porque no me quiero emocionar. Les agradezco, porque aceptaron este compromiso duro. En sus manos, tienen la responsabilidad de que un asesino no esté en sus calles».
“No se fabrican culpables”.
El defensor de Pablo Parra, Juan Manuel Coto, insistió en la inocencia del acusado. Rechazó que hubiese una relación de acoso hacia Agustina, porque «ella nunca manifestó una situación de peligro», y adujo que el ataque se debe a “una historia de inseguridad”.
Apuntó a que hubo una falta de evidencias, como la identificación del hombre encapuchado que figuraba en las cámaras de seguridad o la ausencia de pericias en la habitación de la que habrían robado dinero.
Aseguró que los investigadores tienen un sesgo contra Parra. «Nunca se ocultó, se puso solo en el centro de la investigación contando en la escena que tuvo una relación con Agustina. Participó del operativo en el que se secuestró la tela, entregó su ADN, entregó su auto. El único ADN que lo incrimina está contaminado», dijo.
«El ataque no fue a traición, porque Agustina se defendió. Tampoco hubo rechazo, porque las últimas propuestas eran cenas y Agustina aceptaba», afirmó. «La única obsesión es Pablo Parra. (El asesino) era Parra o era Parra. A los culpables no se los fabrica, se los encuentra», manifestó.
“Se hizo justicia, por fin”.
Desde temprano, organizaciones sociales y vecinos acompañaron a la familia de la joven dentro y fuera de las oficinas judiciales de Cipolletti. “Quiero una sociedad donde todas podamos ser. Que sea perpetua o prendemos todo fuego”, sostuvo Capello afuera del edificio, ante un importante marco de personas, mientras el jurado deliberaba.
Cuando se leyó el veredicto, los familiares de la joven se abrazaron entre lágrimas. “Toda la sociedad está cansada, no íbamos a dejar que esto avanzara. Se hizo justicia, por fin”, declaró su madre a los medios rionegrinos, luego de que se levantara la audiencia.
Agradeció el acompañamiento de las y los vecinos de Cipolletti: “No nos dejaron solos, estando muy lejos de nuestra ciudad. Sentir el calor y el abrazo, y ver tanta gente comprometida con el cambio y que dice basta de femicidios”.
Por último, exigió “que esto no quede acá, que avancemos como sociedad y que la vida de Agus valga la pena”.
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