Abril llega con nuevos aumentos en los servicios, los cuales se proyectan aún con más fuerza para los meses venideros. El impacto económico no solo golpea a las familias, sino que también alcanza a las pymes y a los clubes de barrio.
Uno de esos tantos es el Club Social y Deportivo Villa Malcolm, ubicado en el barrio porteño de Palermo. Entre sus actividades tiene fútbol, futsal, fútbol femenino, patín artístico, y alquila sus espacios para clases de danza árabe, taekwondo y tango. Es uno de los clubes que alberga escuelas de la Ciudad mediante el programa “Jornada Extendida”.
Como si fuera poco, Villa Malcolm tuvo una actividad intensa durante la pandemia por haber cumplido su rol de asistencia social tras haber funcionado como comedor comunitario.
“La verdad es que hoy en día la factura de luz nos vino $300.000, pero proyectamos que para el mes que viene podría venirnos un millón de pesos. Eso es lo que también nos angustia, la incertidumbre, el no saber lo que puede pasar”, contó Carlos, el actual presidente de la institución.
Esto provoca que, todo el dinero “ahorrado” para mejorar la experiencia de la masa societaria en el club, es decir, que se traduzca en obras y mejoras; se vuelque pura y únicamente a pagar servicios.
Carlos manifestó que desde Nación hace por lo menos tres meses que no perciben el subsidio perteneciente al programa “Clubes en obra”, que estaba destinado precisamente a proyectos para mejorar la infraestructura edilicia de los espacios.
“Hoy tenemos alrededor de 700 chicos haciendo actividades y a todos queremos darles el servicio que merecen. La cuota que pagan no significa ni el tercio de lo que deberían recibir”, reconoció. Afortunadamente, por el momento, no se experimentaron cancelaciones en las cuotas y resaltó que, todos estos aumentos serían imposibles de traducir a sus socios.
Una situación similar atraviesa el Club Ciencia y Labor, de Villa General Mitre. Su presidente, Pablo Salcito, contó que su última factura de servicios fue de $191.000, pero porque todavía no contaban con el aumento correspondiente que ya se anunció por parte del Gobierno.
“El impacto es fuerte porque a esto se suma el aumento de los costos del seguro y de la emergencia médica que son mucho más caros”, reflexionó sobre la situación.
Esto, como en todas las instituciones, repercute de forma negativa en la recaudación de las cuotas y los montos de los deportes. Así lo relata Salcito: “Lamentablemente, tuvimos que subir el precio de las actividades pero aún así no nos cierran los números. Somos muchos los clubes que estamos quemando los ahorros”.
En tiempos donde todo sube y la lucha por emparejar los sueldos es incesante, hay un dejo de empatía: “Las familias comprenden porque ven que todo aumenta. Por suerte, por ahora no bajó la cantidad de socios y socias”.
En el ámbito deportivo, la máxima incertidumbre reside en que desde la Secretaría de Deportes de la Nación no hay directivas. La designación de Julio Garro al frente del organismo es muy reciente y, al igual que los deportistas de alto rendimiento, desde los clubes esperan un plan para seguir en pie.
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