Los comienzos del siglo XX estuvieron marcados por una historia escalofriante: la de Mateo Banks, conocido vecino de Azul, quien formaba parte de una prestigiosa familia del pueblo. Casado con Martina Gainza y padre de cuatro hijos, Banks era dueño de una elegante residencia del centro.
Banks era parte también de una acaudalada familia, con seis hermanos, Integraba el Jockey Club y participaba de varias instituciones de beneficencia, lo que lo convertía en un referente para todos sus conocidos. La familia Banks era propietaria de dos estancias: La Buena Suerte y Él Trébol.
Pero una deuda fue el comienzo de la debacle. Banks era un hombre de 44 años, muy codicioso y jugador compulsivo. Había perdido mucho dinero. A tal punto estaba quebrado que había falsificado la firma de su hermano Dionisio para vender unas cabezas de ganado. Fraude que, de descubrirse, lo condenaría a una larga estadía en la cárcel. Desesperado por ocultarla, Mateo Banks inició una matanza que tuvo a un peón como sus primeras víctimas. El 18 de abril de 1922 sería una fecha que cambiaría para siempre la historia del pueblo: Mateo esperó hasta la caída del sol. Al llegar, Juan Gaitán, peón del campo, fue recibido con un disparo por la espalda mientras guardaba el sulky en el galpón.
En El Trébol vivían su hermana María Ana y su hermano Miguel junto a su esposa e hijas. En su primer intento homicida, Banks había intentado envenenarlos a todos arrojando veneno para ratas en una olla con puchero. Las mujeres percibieron el mal olor y tiraron la comida, pero no se dieron cuenta de que terminarían por correr la misma suerte.
El primer disparo fue contra María Ana, engañada con la excusa de que debían socorrer a Dionisio. De regreso, Banks pidió un té a Juana, su cuñada, y luego apuntó la escopeta contra ella. Al oír el estruendo, Miguel salió de su cuarto y un impacto en el cuello terminó con su vida. Cecilia, la hija de 15 años del matrimonio, también fue asesinada de un tiro.
El médico de la familia fue quien advirtió de la tragedia a la Policía de Azul. El velatorio y posterior entierro de las víctimas conmovieron al distrito bonaerense. A los pocos días, los investigadores ya habían encontrado los restos de Gaitán y además habían probado que el orificio en la bota de Mateo, supuestamente hecho por un balazo efectuado por el peón, había sido hecho con un punzón.
Mateo Banks confesó sus macabros crímenes ante la Policía de Azul y La Plata, aunque luego denunció que había declarado bajo tortura. El juicio oral se realizó en Azul y finalizó años después de la masacre con una condena a perpetua. Fue bautizado con el apodo “Mateocho”, haciendo alusión a su cantidad de víctimas. Condenado, Mateo Banks fue llevado a la cárcel de Ushuaia, donde cumplió la pena con otro preso famoso: Cayetano Santos Godino, el Petiso Orejudo.
En 1949 quiso volver a Azul pero no fue bien recibido por sus habitantes, por lo que finalizó sus días bajo el nombre falso de Eduardo Morgan. Obtuvo un documento falso y se registró en una pensión en el barrio porteño de Flores. En la primera noche en ese lugar, el asesino serial que acabó con toda su familia por codicia,, encontraría un insólito final.
Historias oscuras, una producción original de C5N
Crímenes espeluznantes, descuartizadores, asesinos que aparecen en las sombras para llevar a cabo una matanza. La cabeza de una mujer aparece en los Lagos de Palermo, ocho personas son presa de la furia de un apostador que intenta ocultar sus deudas, delincuentes despiadados que se lanzan a matar por puro placer. Con su particular estilo, el reconocido periodista Paulo Kablan recrea los casos policiales más tenebrosos de los legajos de la Argentina en Historias oscuras, una producción original de C5N.
¿Quiénes fueron? ¿A qué se debían sus instintos asesinos? ¿Hay pistas para descifrar sus identidades después de tanto tiempo? Durante años, estas historias despertaron miles e increíbles hipótesis y alimentaron las pesadillas y temores de millones de personas.
Con un gran despliegue y una recreación fidedigna en base a los documentos de época, en cada capítulo Paulo Kablan se mete de lleno en una historia para indagar en lo más oscuro del alma humana.
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