—Estamos con el hombre del momento.
—¿Tan así vos decís que es?
El fenómeno ya está. Y seguirá creciendo. Quizás sea el turno, entonces, de conocer a la persona detrás del cantante. El joven que supo mantener intactos sus sueños cuando, siendo adolescente, se los hicieron un bollito. Y que no busca revancha alguna, solo lecciones y aprendizajes. Que entiende la música como diversión, pero que le canta al amor y se permite emocionarse arriba del escenario, al tomar consciencia de lo logrado.
—Qué locura lo que está pasando.
—Y… sí. Y yo, muy feliz. Y por sobre todo, disfrutando. Hay muchos objetivos que ni siquiera pensé que en mi vida iban a llegar a ser realidad. Por ejemplo, los Luna, los Movistar. Ya el hecho de que la gente me diga que me escucha y se pone contenta, que está cocinando y se pone a bailar. Eso es un montón para mí: formar parte de la vida de la gente.
—Estás en la playlist de Messi.
—¡Eso sí es muy guaso! Lo de Messi no me acuerdo cuándo fue que salió, pero algo hice para festejar. Siempre busco alguna razón para festejar.
—A veces pasa que este furor, lleva a los músicos a un ritmo intenso. ¿Estás bien con ese ritmo?
—Y… el verano estuvo bastante intenso. Pero bueno, hay que aprovechar todo. En el verano también me di cuenta de que hay cosas en las que me tengo que cuidar yo. Fue tanto laburo que después, cuando llegué a casa, me sentía medio raro. Estaba medio mal de la voz. Ahí fue cuando me di cuenta de que me tenía que preocupar por mí. Entre todo esto, por ahí te olvidás…
—¿Y quién te cuida?¿Quién te ayuda a estar con los pies en la tierra?
—Creo que primero yo, porque siempre me gustó sentirme en el presente. Y después mis amigos, mi equipo.
—Vos venías trabajando de otra cosa, hasta que en algún momento, esto explota. ¿Con qué fue?
—Con “Ya no vuelvas”.
—Hay un antes y un después en ese tema.
—Totalmente. Lo hice con mi mejor amigo. Los dos vivíamos en el mismo edificio, entonces nos juntábamos a ver cómo le estaba yendo al tema en Spotify. (El ranking) se actualiza a las nueve de la mañana, ponele, y nos juntábamos a las ocho y media a desayunar con mi productor, a esperar que se actualice a ver cómo estaba… Fueron muchas experiencias que no había vivido antes. Eso la hace especial a “Ya no vuelvas”: por las primeras veces.
—¿Cuándo entendiste que podías vivir de la música?
—Antes lo pensaba, pero tenía la percepción de la realidad un poco alterada. Con “Ya no vuelvas” sentí que podía tirar unos años más, por lo menos, porque uno tampoco sabe qué puede pasar, ¿no? Y bueno, empezamos a tener shows, que es la fuente de sustento de uno. Yo, antes, no cantaba ni bosta.
—¿Es verdad que dudaste antes de grabar “La morocha”?
—Me gustaba. Pero soy de sacar temas de amor, que tengan sentimiento, y me hacía un poco de ruido sacar un tema que sea tipo: “Manga de dormidos, vayan. Sacala a bailar. Culeado mira, está ahí, ¿entendés?”. Una cosa es “Ya no vuelvas”, y otra, “La morocha”; uno es más para llorar bailando, y el otro es para bailar tomándose hasta el agua de los floreros… Y está bien.
—¿Cuándo se viene el tema para las rubias?
—Me lo preguntan bastante seguido; las rubias, particularmente. Y después de que haga “La rubia”, me van a pedir que haga para las…
—Las pelirrojas.
—Claro. Después, para las peladas. Y así, todo tipo de pelos… Sí, tengo que hacer una. Pero “La morocha” a mí me gustaba, aunque no sabía si a la gente le iba a gustar.
—Parece que sí…
—(Risas) Sí. No pensé que le iba a ir ni en pedo como le está yendo, la verdad.
—¿Y “Hola perdida”?
—Sí sabía que era un muy buen tema, como “Que me falte todo”. Esos dos me re gustan. Y sentía que eran muy buenos temas y que la gente los iba a recibir bien.
—¿Cuántas canciones tenés en total?
—No sé, no me puse a contarlas.
—¿Tenés más canciones que tatuajes?
—Tampoco me acuerdo cuántos tengo…
—¿Y cuál es tu tatuaje preferido?
—Hay muchos que me gustan y hay muchos que digo: “La concha de la lora, ¿por qué mierda me los hice?”. Los de este brazo suelen ser (muestra el brazo derecho).
—A ver cómo son… Bueno, todos tenemos un pollito.
—Creo que es un pato.
—Un pato, perdón. ¿A qué viene?
—Eh, porque…
—Una de esas noches de festejo.
—Sí. Pero no estaba borracho cuando me lo hice. O sí… No me acuerdo. Pero bueno, todos los tatuajes tienen una razón bastante boluda, de las cuales muchas no me acuerdo. Creo que mi favorito es el que tengo acá (se señala el pecho), de Córdoba.
—Acabás de grabar con Ulises Bueno: hace muy poquito sacaron “Que sed”. ¿Qué tal la experiencia?
—Mirá, me gustaba el tema, pero me pasaba casi lo mismo que con “La morocha”: no sé cómo va a recibir la gente un tema que es, literalmente, “si fuese por mí chuparía todos los días de mi vida”.
—Pero con cuidado… ¿O en algún momento te la diste en la pera?
—¿Yo? ¡Puff! Tampoco hablemos en pasado, ¿no?
—¿En algún momento te sentiste ahí, en la cornisa?
—Sí. Yo soy una persona muy intensa, para todo. Entonces, si salgo, me gusta salir como se debe. Pero si salgo, al día siguiente no tengo que cantar, no tengo que hacer algo, porque termino hecho bosta.
—¿Les diste muchos dolores de cabeza a tus viejos en la adolescencia?
—Creo que lo normal. Mis viejos son exagerados. No hacía mucho vandalismo para el vandalismo que se puede llegar a hacer, de joda. A mí nunca me gustó estar en casa; a mí me gustaba escaparme. Me iba bastante a la casa de mi mejor amigo. Iba ahí (a mi casa) a bañarme, me cambiaba y me iba de vuelta, ¿viste?
—En algún momento trabajaste con tu papá. Hiciste de todo antes de pegarla.
—Sí, tuve muchos trabajos. Trabajaba en una cafetería en la que me pagaban 35 pesos la hora, ponele, y me había dado faringitis. Y así, con fiebre, estuve laburando tres días diez o doce horas. Ahí duré una semana porque sentía que me iba a morir: estaba laburando enfermo, y encima me trataban para la bosta, porque en lugares así te suelen tratar mal. No aguanté y me fui a la mierda. Pero bueno, me tenía que pagar las cosas, ¿viste? Y también tenía que laburar para pagarme los temas.
—Para sacar un tema hay que invertir. Ni hablar para hacer un video.
—Obvio.
—¿En casa había que ayudar o no hacía falta?
—Siempre tuvimos lo justo y lo necesario, pero a los 16 años empecé a trabajar para tampoco tener que pedirles a mis viejos que me ayuden…
Mirrá la entrevista completa: https://www.infobae.com/reportajes/2024/04/07/el-vinculo-con-messi-por-que-no-queria-grabar-la-morocha-y-la-banda-de-la-cual-lo-echaron-luck-ra-se-confiesa/
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