Durante su 184º Junta de Directores, la Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina (Adepa) emitió su informe semestral de Libertad de Prensa en el que detalló las principales situaciones que afectan el ejercicio periodístico en la Argentina. El reporte analiza la situación económica de la industria periodística, y alerta que la sustentabilidad de la prensa requiere el respeto irrestricto de los derechos de propiedad de los generadores de contenidos.
“La preservación de los derechos de propiedad y la posibilidad de una competencia justa requieren reglas. La desfinanciación del periodismo conlleva el debilitamiento de una herramienta clave para la democracia en un mundo en el que crecen peligrosamente la polarización y la desinformación”, sostuvo el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de Adepa, Daniel Dessein.
El informe detalló luego los antecedentes que ya se dieron en regiones y países como Europa, Australia y Canadá, donde se han fijado límites a las asimetrías, los abusos en el mercado publicitario y el uso de contenidos ajenos por parte de las grandes plataformas de Internet.
Ataques a periodistas.
Adepa se refirió también a los daños que la violencia verbal le causa a la libertad de prensa y a la democracia, en alusión a las amenazas y ataques físicos directos a periodistas, el avasallamiento de los derechos de propiedad que sustentan a la prensa o cuando avanzan propuestas legislativas que la desconocen, pero también cuando se denuesta en declaraciones públicas el oficio con generalizaciones agraviantes.
“Si las descalificaciones provienen de altos funcionarios públicos, aumenta el daño que se infiere a la profesión y a la libertad que requiere el periodismo para desenvolverse. Se incrementa, además, el peligro de que la violencia verbal alimentada por las descalificaciones se transforme en violencia física. El insulto puede ser la antesala de algo peor”, dijo Dessein.
Adepa ha cuestionado públicamente las descalificaciones del presidente Javier Milei dirigidas a periodistas, desde la cuenta que el mandatario tiene en la red social X. “Todo periodista o medio puede equivocarse u ofrecer una opinión o información que resulte imprecisa, inadecuada o molesta para un funcionario o para un ciudadano común. Y esto legítimamente puede dar lugar a la expresión de discrepancias o al señalamiento del eventual error, brindando datos que lo evidencien o lo refuten”, sostuvo Dessein.
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