En las reuniones, lo que se vio fueron enfrentamientos muchas veces estériles, mala predisposición por parte de los secretarios y ministros para contestar preguntas de la oposición y un manejo muy autoritario de la atribución de asignar el uso de la palabra por parte de José Luis Espert, insólito presidente de la Comisión de Presupuesto.
En efecto, el integrante del monobloque Avanza libertad abusó de la facultad de cortar el micrófono que tienen las autoridades de las comisiones de un modo que fue denunciado como intolerante por los diputados que fueron censurados en sus discursos o preguntas.
Experto en escándalos mediáticos y de redes sociales, a nadie escapa que el economista se planteó esa conducta como una estrategia para desviar la atención de lo que verdaderamente importa: el debate acerca de un conjunto de leyes que pueden cambiar el modo en el que conocemos a la Argentina, sobre todo en materia de derechos de sus ciudadanos y de regulaciones para evitar (mayores) inequidades.
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