Si bien en los últimos días, el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, anunció que Israel hará pausas de cuatro horas entre bombardeos en el norte de Gaza, para posibilitar que los civiles abandonen las zonas y llegue la ayuda humanitaria, la ofensiva continúa.
Además, explicó que el hospital ya no cuenta con electricidad, oxígeno, agua o medicinas para los pacientes. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaron sobre el deteriorio de los centros de salud en Gaza: «de rodillas y la mitad de sus 36 hospitales no funcionan en absoluto», advirtió su director Tedros Adhanom Ghebreyesus, ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
«Pasillos de hospitales atestados de heridos, enfermos y moribundos, morgues desbordadas, consultorios sin anestesia, decenas de miles de personas refugiadas en los hospitales», describió el investigador etíope de salud pública.
Tedros reportó «más de 250 ataques» contra establecimientos sanitarios en Gaza y Cisjordania desde el inicio de la guerra el 7 de octubre. La semana pasada se produjeron cinco ataques contra cinco hospitales en un solo día, mientras que en las últimas 48 horas al menos cuatro quedaron fuera de servicio, agregó.
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