Una joven abogada lleva adelante el primer juicio por la verdad en Eduardo Castex, y uno de los primeros procesos de estas características en La Pampa. La entrevistada aseguró que actualmente la Justicia en la provincia no actúa con perspectiva de género, y si bien pretende “finalmente vivir tranquila”, en estos días sufrió “un nuevo ataque de pánico en el medio de la calle por una nota publicada en un diario de Santa Rosa que fue replicada en varios sitios digitales, donde ponen mis iniciales, donde explicitaban todos los abusos que sufrí y en dónde ocurrieron los hechos”.
La entrevistada, que por primera vez hizo declaraciones y pidió reserva de su identidad, relató que en abril de 2010 fue víctima de un abuso sexual cuando tenía entre “13 y 14 años”, por parte de dos jóvenes castenses de 17 y 14 años. Después de “mucho trabajo” con una psicóloga y tratamientos psiquiátricos, porque sufrió ataques de pánico durante varios años, decidió en 2020 radicar la denuncia en el Fiscalía de Santa Rosa.
“Hubo varios motivos que dilataron la denuncia. Psicológicamente hoy sabemos que las víctimas para no recordar los hechos eliminan todas y cada una de las secuencias que sucedieron alrededor del episodio. Después, tenía miedo (porque uno de los involucrados tiene un importante poder económico) e incluso se me realizó un escrache público en las redes sociales, porque decían que yo había provocado esta situación. Y en una localidad pequeña se me tildó de ser una persona accesible, sin analizar que una niña de 13 ó 14 años no puede dar el consentimiento para una práctica sexual donde se involucren dos hombres”, narró -con dolor- la entrevistada.
“Me estigmatizaron. Salí perjudicada por los hechos y por el peso social que se me generó, porque me tildaron de una manera horrible en la sociedad. Entonces me callé durante muchos años, no lo hablé con nadie y evadí las consultas durante muchos años, hasta que cumplí 20 años y fue la primera vez que lo hablé con una psicóloga”, recordó.
Después de más de una década, todavía afronta dificultades cuando regresa a Castex, porque debe circular con la orden de restricción. “En fiestas de fin de año me tuve que retirar del boliche y los dos abusadores se quedaron dentro de la fiesta”, relató. “O la mamá de un violador se le ríe en la cara a mi madre”, reveló.
Efecto Fardín.
La joven, actualmente radicada en Santa Rosa, afirmó que el caso Thelma Fardín desencadenó que finalmente confiese a su madre el aberrante episodio que sufrió en su niñez.
Ella miraba TV con su madre y su pareja, cuando se empezó “a charlar” sobre el caso del actriz Thelma Fardín, que denunció ser víctima de violación por el actor Juan Darthés durante una gira teatral por Nicaragua en 2009 y recién denunció el episodio en 2018. “Ellos dudaban porque radicó la denuncia después de mucho tiempo, pero fue lo mismo que me pasó a mí”, destacó. Y confesó: “Me puse muy violenta y empecé a gritar. Entonces fuimos con mi madre afuera y le conté lo que me había pasado. Tuve un apoyo total de mi familia, pero a algunos decidí no contarles por la edad que tienen… y porque ya lo atravesé y hoy puedo hablar de una manera fluida, aunque se me entrecorte la voz, porque hace años que lo trabajo con psicólogos y con tratamiento psicológico por una decisión que no elegí y que me tocó atravesar”.
-¿O sea que el denominado Caso Fardín te impulsó a radicar la denuncia?
-Sí y no. Ese caso a las mujeres que sufrimos abusos sexuales nos sirvió para cambiar la mirada de las personas a las que íbamos a contar lo que atravesamos, y no nos iban a hacer determinadas preguntas, porque ayudó a entender que no se debe juzgar a la víctima por el momento donde finalmente habla, por todas las implicancias emocionales que genera.
La entrevistada actualmente tiene un estudio jurídico en Santa Rosa y participa en una cátedra en la carrera de abogacía de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas de la UNLPam. “En un juicio por la verdad no se busca una condena”, por eso “dos abusadores continuarán caminando por las calles de Castex”, dijo.
“Los hechos que sucedan desde 2017 no son prescriptibles, pero en mi caso no voy a conseguir penas porque al momento del hecho no estaba vigente la imprescriptibilidad de los delitos de abusos infantiles. En mi caso estoy amparada por la Ley 26485 que se sancionó en 2009”, explicó.
-En la Justicia determinaron la responsabilidad penal de uno de los denunciados…
-Sí, es la responsabilidad penal, porque en 2010 no estaba vigente el Registro de Abusadores, por lo cual sus nombres no quedarán incorporados como violadores. No se puede dar una pena. Sólo busco la responsabilidad penal.
“Las víctimas solo tenemos un resarcimiento económico. En mi caso no solicitaré una compensación económica, pero si me siguen molestando con esta revictimización que me están realizando sus defensores desde los diarios a los cuales tienen acceso, lo tomaré diferente”, advirtió.
Fuente La Arena
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