Abigail Páez, la pareja de la mamá de Lucio Dupuy, habría revelado que le pegó «unas pataditas en la cola» el día que el chico murió. Esto fue difundido por el portal Infobae, que asegura tuvo acceso a la declaración completa de la mujer en la jornada 14 del juicio algo que le fue negado al periodismo pampeano que ha seguido el caso desde el día que se conoció la muerte del niño.
Páez y Magdalena Espósito Valenti están acusadas de haber torturado y matado a Lucio. La primera de ellas es la única que dio su testimonio en el juicio, aunque en un principio solo había trascendido una frase.
Es que las audiencias no son públicas, por tratarse de un delito privado y que involucra a un menor de edad. Por eso toda la cobertura periodística quedó en manos del área de prensa del Superior Tribunal de Justicia. Ahora, aparece en un medio nacional una declaración que siempre le fue negada al periodismo pampeano.
Fuentes judiciales dejaron ver cierta intencionalidad política en la aparición de la nota firmada por un periodista porteño en un medio nacional y aseguran saber de donde salió la información que era guardada con mucho recelo por la justicia pampeana. Las miradas apuntan en una sola dirección.
Según aquel primer informe, Páez hizo un relato detallado de ese viernes 26 de noviembre, desde que se levantó a las 6.15 hasta que terminó detenida. Y dijo que su intención «jamás fue lastimarlo y mucho menos matarlo».
«Me duele en el alma, lo extraño mucho», aseguró.
El relato.
Según el informe de Infobae, Páez inició su relato contando cómo había sido aquel 26 de noviembre del 2021 para ella, el día en que Lucio fue asesinado. La mujer contó que cuando se hizo de noche, llevó al trabajo a Magdalena y luego volvió a su casa para «cuidar a Lucio».
Declaró durante una hora, llorando. En su discurso se refirió al momento del asesinato. Dijo que estaba sola con Lucio y confesó que lo golpeó «porque se mandó un moco». «Entonces lo tomé del brazo y le pegué varias pataditas en la cola. Fue todo muy rápido, no sé. Le pegué y no medí donde, ni sé por qué tampoco. No le encuentro una explicación todavía», dijo Páez.
Su relato se contradice con los datos que arrojó la autopsia, que reveló que Lucio tenía golpes, mordeduras y heridas mucho más graves, signos de abuso sexual de data histórica y reciente.
«No le encuentro una explicación todavía. Sé que lo lastimé, me di cuenta en el momento e intenté remediarlo. Luego, lo alcé y lo llevé a la ducha porque pensé que iba a reaccionar. Él intentaba hablar, estaba consciente todavía. Se bañó parado. El me intentaba hablar, como para decir algo, pero no le salían las palabras», siguió su relato.
En ese momento, contó que notó como se estaba «debilitando o desvaneciendo», lo sacó de la ducha y lo llevó a la pieza. Lo sentó en la cama y cuando buscaba ropa para cambiarlo escuchó «un golpe».
«Cuando vuelvo lo veo que estaba tirado en el piso, sin reacción. De cara al piso. Ni siquiera había apoyado las manos. Como si estuviese desmayado, no sé. Entonces yo por el mismo temor lo toqué con el pie para ver si reaccionaba y vi que no tenía respuesta de él, entonces me acerqué y lo di vuelta, lo puse boca arriba», detalló.
Reanimación.
Explicó que intentó reanimarlo, pero aclaró que no sabía cómo hacerlo: «Le intente hacer RCP. No sé si lo hice bien o mal o si pudo haberlo lastimado más porque no sabía cómo hacer la maniobra como correspondía».
Dijo que lo alzó, que el chico vomitó y que lo llevó a la salita del barrio. «Ahí llegamos al hospital y me dijeron que había fallecido, que no tenía vida», finalizó, antes de contar algunos detalles más sobre la relación que tenía con Lucio y la vida diaria en la casa.
El próximo jueves 2 de febrero el tribunal dará a conocer veredicto para las dos mujeres acusadas sobre la autoría y la responsabilidad penal. La Fiscalía y la querella pidieron una condena de prisión perpetua para ambas, mientras que la defensa de la madre pidió la absolución y la de Páez una condena morigerada.
Fuente La Arena
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