El episodio ocurrió en la madrugada del sábado, en un local nocturno que se encuentra ubicado en la calle Quintana. «Ya terminando el boliche, sale para afuera porque el amigo quería fumar», relató Susana.
En ese momento, su amigo tuvo un «entredicho con dos chicos», quienes «llamaron a los patovicas. Inmediatamente vinieron, y uno de ellos lo agarra al amigo de mi hijo. Cuando lo manotea, mi hijo le dice ‘pará, no le hagas nada'».
Cuando el joven alzó la voz para frenarlo, el hombre «lo agarró, lo levantó del cuello, lo arrastró por el piso dejándolo sin aire y ahí le dio unas cuantas piñas», causándole lesiones principalmente en los ojos.
Cuando la familia tomó conocimiento, una de las primeras medidas fue hacer una presentación ante la Seccional Tercera para dejar asentado el episodio. En paralelo, Susana comenzó a rastrear por su cuenta al dueño del local. Sin embargo, todos los intentos por comunicarse con él fracasaron en un primer momento.
Ante esto, decidió publicar su foto en redes con una serie de interrogantes sobre la seguridad del local. «Se ve que le llega esa información y me intenta contactar a la tarde-noche. Ahí hablamos y me dijo que tenía razón. yo le pedí el nombre del patovica», indicó. El nombre también había intentado obtenerlo, aunque sin éxito, en la Policía.
- Reunión y denuncia
Más tarde, alrededor de las 21, recibió el llamado del jefe de seguridad. En primer lugar, le consultó cómo habían sido los hechos, algo que molestó a Susana porque consideró que ellos ya sabían lo que había ocurrido. Además, le propuso «tener un encuentro con los patovicas y mi hijo», algo que rechazaron para no exponer al joven porque «tiene miedo».
Los minutos pasaron, y el jefe de seguridad le envió por mensaje el nombre de quien sería el responsable. Con esa información, este domingo presentó una nueva denuncia contra el hombre en la Seccional Tercera. «El jefe de seguridad me dice que ya lo desvinculó, pero en paralelo habla con el padre de mi hijo para reunirse. Le propuso hacer una videollamada, donde mi hijo vea a los patovicas, pero ellos a él no».
El encuentro se concretó pasado el mediodía. Según consta en la denuncia que se presentó luego, el denunciado reconoció el «contacto» con su hijo, pero se justificó «inapropiadamente» ya que «no cumplió con el protocolo de seguridad que debe respetar, el cual es prevenir y hacer cesar los disturbios dentro del local y retirarlos sin la necesidad de ejercer violencia sobre los concurrentes. Por otro lado, el joven agredido fue citado para que hoy se presente ante el Servicio de Sanidad Policial con el objetivo de ser «examinado por el médico policial».
- ¿Y los protocolos?
Otra de las razones por las que Susana decidió hacer pública esta situación es porque considera que no se cumplen los protocolos. «Afuera en teoría debería estar la Policía. ¿Por qué no se cumple el protocolo? El patovica tiene que hacer un trabajo preventivo y sacarlos (en caso de que estén molestando) y ahí tiene que estar la Policía para recibirlos, porque son los únicos que pueden actuar». En el caso de su hijo, aseguró, no había ningún efectivo.
«Es la primera vez paliza que recibe… Fue a divertirse, si fuese otra situación no estaría haciendo esto, me tendría que hacer cargo yo de las macanas. Pero no fue así, es una humillación. Tenemos cuatro hijos y jamás nos pasó una situación como esta».
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