En primer lugar, señaló que el primer semestre se inició en la virtualidad plena, dado el contexto sanitario de ese entonces. “Estábamos muy distantes de la presencialidad, en mayo de este año, con el cierre y el distanciamiento, volvimos a actividades que incipientemente habíamos implementado, como el laboratorio y practicas profesionalizantes, nuevamente a la virtualidad”.
No obstante, manifestó que luego del receso de invierno, la situación cambió y en agosto el Consejo Superior dicto la resolución 251, donde dispuso que las unidades académicas tendrían autonomía para decidir qué actividades reanudaban la presencialidad. Fue entonces que, a partir del 1° septiembre la facultad comenzó con diferentes actividades presenciales, como laboratorio, evaluaciones parciales y finales, además de pendientes del primer semestre.
“Hoy ya tenemos las evaluaciones, laboratorios, clases teorías presenciales y todos los finales en modalidad presencial, ese es nuestro marco de cierre del 2021”, indicó Prieto. Aun así, sostuvo que si bien pareciera que la situación está “estabilizada” será prudente esperar, teniendo en cuenta la inminente llegada de una tercera ola y la aparición de la variante Omicrón.
En lo que respecta a los objetivos de cara al año 2022, adelantó que en los próximos días habra novedades sobre dos desafíos que están en la agenda. Por un lado se trata de la posible ampliación del centro universitario, que sume cuatro nuevas aulas y núcleos húmedos.
En cuanto al segundo objetivo, se trata del financiamiento para la carrera de Ingeniería Biomédica. Por lo que Prieto remarcó que el objetivo es poder inscribir al alumnado para 2022. “Si logramos que haya un compromiso de financiamiento por parte de alguno de los organismos, lo vamos a comunicar y rápidamente vamos a llamar a inscripción para el ingreso en 2022”, cerró.
Fuente: InfoPico
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