Tras el avistamiento de una pequeña manada de venados de las pampas en un campo del oeste pampeano, la Dirección de Recursos Naturales hará un relevamiento de la zona para saber si existen otras poblaciones asentadas en la zona. En simultáneo, los técnicos hablarán con los productores y propietarios de los campos para comprometerlos en el cuidado de este pequeño y dócil cérvido, una especie nativa que no se registraba en La Pampa desde fines del siglo XIX.
«Vamos a empezar por el campo donde los vio Casal», sostuvo la directora de Recursos Naturales, Marisa Urioste, al anticipar el trabajo que realizará el gobierno pampeano para proteger a los pocos ejemplares que el miércoles 17 de junio fotografió el veterinario Rodolfo Casal en un campo del departamento Chalileo. «Vamos a hacer un relevamiento para determinar cuántos ejemplares hay, si es solo ese grupo o si hay más».
Para Urioste, la población debe ser más numerosa a la detectada y deben otros grupos pastando en zonas cercanas. «A nosotros ya nos habían comentado de esta presencia, e incluso fuimos en algunas oportunidades a ver si los encontrábamos, pero no tuvimos suerte», relató. «Pienso que debe haber más que estos cinco. Si se dieron las condiciones para ese grupo, también se dieron para otros», especuló. Según estimó, la presencia de los cérvidos, aunque sea en forma esporádica, data de hace algunos años.
El relevamiento comenzará la próxima semana y será la base para determinar acciones a implementar. El paso siguiente lo dará la Comisión Asesora de Fauna, órgano colegiado que tiene por objeto, precisamente, determinar acciones para este tipo de situaciones. Por su parte, Urioste se contactará con sus pares de la provincia de San Luis para coordinar acciones conjuntas.
A juicio de la directora, la tarea fundamental es crear conciencia y hablar con la gente de la zona, porque ellos son los que tienen acción directa en la zona donde se vio a los venados. «Hay que lograr el compromiso de todos los pampeanos y cuidarlos de los cazadores», remarcó.
Los cazadores son el miedo mayor de todas las personas comprometidas con el ambiente y la fauna autóctona. Es prácticamente imposible controlarlos y su acción provoca daños a veces irreparables. De hecho, en este momento aparecen como la única causa que podría hacer que el venado volviera a desaparecer de territorio pampeano. «Si el hábitat no se modifica, se van a quedar ahí. Tienen buenas pasturas y no compiten con el ganado. No habría motivos para que se fueran», evaluó Urioste. «Si llegara a haber un incendio, se van pero vuelven cuando se recuperan los pastos. Eso tampoco es problema».
Urioste destacó la actitud tomada por el veterinario Rodolfo Casal que tras lograr la captura fotográfica de los venados, concurrió a su oficina y le dio aviso de la novedad. «Hay que valorar ese compromiso», destacó.
Movedizos.
El miércoles de la semana pasada, las sucesivas visitas de Casal a una zona del oeste pampeano que prefirió no identificar, tuvieron éxito: logró avistar y fotografiar una pequeña manada de ciervos de las pampas, una especie de cérvido pampeano que por factores como el avance de la agricultura, las enfermedades del ganado, la caza como recreación, alimento o para extraerles el cuero, no se observaba en la provincia desde hacía más de 100 años. Guiado por el dueño de un campo, Casal ubicó un grupo integrado por un macho y varias hembras. «Los fuimos a buscar a un cuadro y no estaban», relató esa tarde el veterinario santarroseño. «Cuando volvíamos, los encontramos en el cuadro vecino», acotó, dando cuenta de la movilidad que tienen estos animales, una característica que ha dificultado la confirmación de su presencia en territorio pampeano.
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