Tres hombres fueron detenidos ayer por la Brigada de Investigaciones luego de que se esclareciera un robo ocurrido durante la noche del lunes. La policía pampeana confirmó que los autores del hecho operaban como una banda que se dedicaba al robo y la reducción de elementos mal habidos para luego reinsertarlas en el mercado legal.
El lunes entre las 16 y las 21, una o más personas ingresaron a una vivienda que forma parte de un complejo de departamentos ubicados sobre la circunvalación Santiago Marzo Sur, entre Autonomistas y Brasil. Tras forzar la puerta trasera del domicilio y romper una malla mosquitero, los intrusos revolvieron todas las habitaciones y se llevaron tres computadoras -una Apple, y dos Sony Vaio-, una cámara filmadora y una suma que supera los 45.000 pesos.
«Cuando llegué a casa estaba todo revuelto. No dejaron ni un cajón en su lugar. Lo único de valor que no se llevaron es un televisor de LCD, que quedó tirado cerca de la puerta. Mi mamá y su pareja no estaban en casa, así que yo mismo debí llamar a la policía», dijo ayer a este diario Santiago Andrada, damnificado por el robo.
Semanas antes del ingreso, la familia de Andrada ya había sido víctima de dos robos pero menos importantes: del interior del auto que normalmente dejaban estacionado dentro del complejo había faltado un frasco de perfume Versace para hombres -que cuesta cerca de $2.000- y un celular.
Vecino.
Desde que se instaló en el departamentos 3 del complejo, Sergio Gustavo «el Guty» Brum despertó la sospecha de todos sus vecinos. No solo por las reuniones con alcohol y música a todo volumen en días de semana, sino también porque de su casa entraba y salía gente a cualquier hora. El olor a marihuana también era evidente. El muchacho se había instalado allí hace tres meses y no puede decirse que en ese tiempo haya trabado amistad con alguno de los demás inquilinos. Más bien todo lo contrario.
«Brum no sabía que había un vecino que seguía de cerca todos sus movimientos. El hombre sabía vida y obra del nuevo inquilino y fue él quien nos lo señaló como el posible autor del hecho. A partir de ahí comenzamos a seguir sus rastros y a entrevistarnos con todo su entorno», dijo una fuente de la Brigada de Investigaciones. Horas después del robo, la policía fue a buscar a Brum a su departamento, pero ya no estaba allí.
Novia.
Brum comenzó a quedarse solo cuando los miembros de la Brigada llegaron hasta la casa de su ex pareja, en Colonia Escalante. No hizo falta que los efectivos explicaran el motivo de su visita. Con la puerta entornada, la muchacha los recibió y dijo: «Se por qué vienen y yo no quiero líos». Después fue hasta una habitación y trajo el frasco de perfume Versace, el celular y un fajo de 12.400 pesos. «Esto me lo trajo anoche. Ahora no sé adónde está».
Finalmente, Brum fue detenido durante la mañana en una casa del Plan 5000.
Pasamanos.
A la madrugada de ayer, la policía ya sabía que Brum había mantenido reuniones con otros personajes del ambiente delictivo y que estaba desesperado por deshacerse del botín: las computadoras, la cámara.
«Terminó deshaciéndose de las computadoras por un precio irrisorio: cobró 3.000 pesos por cada una, cuando en el mercado cuestan entre 15.000 ó 20.000», agregaron las fuentes de la Brigada.
El comprador fue Darío Gustavo Kuhn, conocido en el Plan 5000 como «El Moqui» Juárez. Tras la captura del Guty Brum, la policía fue a buscarlo a su casa en el Pasaje Falcón. Allí encontraron otra parte del botín: la cámara filmadora, otros 12.000 pesos y el estuche de una computadora. El dato curioso es que el estuche tenía escrito en lapicera el nombre de su verdadero dueño: Santiago, Santiago Andrada.
Game Over.
El pasamanos no se había terminado el la casa del «Moqui» Juárez. La policía tenía desde hace meses una sospecha sobre un comerciante santarroseño y esta era la oportunidad de confirmarla o descartarla.
«Hacía mucho tiempo que estábamos detrás de Nicolás Martín, dueño del local Game Over -San Martín Oeste y Centeno- pero nunca lo habíamos podido agarrar. Su suerte cambió ayer», dijo un oficial de Investigaciones. En el allanamiento al negocio de Martín fue encontrada la computadora Apple, sin embargo aún faltaban las Sony Vaio.
Fuentes de la Brigada informaron que antes de ser detenido, el dueño de Game Over, jugó su última carta: «Puedo conseguir las computadoras y solucionar todo acá mismo. Pero déjenme caer esta causa».
Vida suntuosa.
Una de las cuestiones que más sorprendió a los investigadores del caso es la vida suntuosa que llevaban al menos dos de los detenidos: Juárez y Brum tenían autos último modelo que cambiaban muy seguido -alguno importado- y bienes materiales de una vida de lujos. En el ambiente delictivo se habían hecho su fama y varios ladrones y rateros iban a buscarlos cada vez que tenían teléfonos y computadoras de alta gama para vender.
Ahora el dueño de Game Over está alojado en la Alcaidía compartiendo pabellón con otros 35 reclusos. El «Moqui» Juárez pasará algunos días en un calabozo de la Seccional Tercera. Al cierre de esta edición no se había fijado el lugar de detención para el «Guty» Brum.
Resta encontrar aún casi la mitad del dinero robado en la vivienda de Santiago Andrada y su familia: poco más de 20.000 pesos.
El fiscal a cargo de la causa es Máximo Paulucci, quien durante la jornada de hoy podría formalizar la imputación.
Computadoras y celulares
Tras capturar a Brum, Martín y Juárez, restaba solamente que apareciera el resto del dinero y las dos computadoras Sony Vaio. De esta forma el caso quedaría cerrado. Las máquinas, según su propio dueño, sumaban un valor de 30.000 pesos.
«Recorrimos todos los locales de servicio técnico de computadoras y teléfonos. Hasta que cerca de las 17.30 encontramos las computadoras en un negocio céntrico. El dueño del local, que tiene todos los papeles en regla y ningún antecedente, dijo que ya había visto en los medios digitales que Martín estaba detenido. Después nos dijo que él no quería tener ningún problema y entregó las computadoras», relató une fuente abocada a la causa.
Además de las Sony, el técnico entregó a la policía diez celulares -entre los que hay varios de alta gama- que el mismo Martín le había llevado días antes para que se los destrabe, le borre los códigos y la información original. «Suponemos que esos celulares nos van a abrir nuevas puertas y vamos a poder esclarecer otros hechos», concluyó una fuente de la Brigada de Investigaciones.
Billetes marcados
Identificar dinero es muchas veces una de las complicaciones más comunes en un procedimiento policial. Sin embargo, esta vez fue todo más simple: el padrastro de Andrada, dueño de los 45.000 pesos robados, se había tomado el trabajo de separar los billetes según el destino que iban a tener. En algunos podía leerse en letra imprenta mayúscula con lapicera azul de trazo fino «asilo abuela» o «caja negocio». Los papeles fueron reconocidos de inmediato.
Fuera de juego.
Un equipo de la Brigada de Investigaciones allanó ayer el local Game Over, ubicado en le intersección de San Martín Oeste y Centeno. Fue uno de los últimos procedimientos que se realizaron durante toda la jornada. En el lugar fue detenido Nicolás Martín.
Fuente: LaArena.com.ar
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