En Boca ya se preparan para la vuelta a los entrenamientos. La dirigencia no quiere dejar ningún detalle al azar y extremarán las medidas sanitarias para evitar contagios, más aún teniendo en cuenta que el entrenador Miguel Russo está dentro del grupo de riesgo.
Russo se encuentra realizando la cuarentena en la ciudad de Rosario y volvería en las próximas horas a Buenos Aires. Sin embargo, tiene que tener cuidados especiales: tiene 64 años y viene de superar un cáncer de próstata.
Así, el Xeneize planea disponer de una carpa especial en la que el director técnico podrá seguir las prácticas de sus dirigidos, que se llevarán a cabo por turnos.
Además, se aplicarán otras medidas más general. Los jugadores deberán tomarse la temperatura cada día, anotar en una planilla y avisar si tienen algún síntoma mientras que se entrenarán en grupos de a seis, habrá testeos periódicos y, en caso de que un futbolista dé positivo en coronavirus, será aislado del resto.
Además habrá gazebos en cada cancha para que los jugadores dejen sus cosas y se hidraten, cada uno con su botella. Por cada grupo habrá un miembro del cuerpo técnico y un integrante del cuerpo médico, que no va a cambiar de cancha y los futbolistas tienen que ir y volver del predio en sus vehículos, llegar con ropa de práctica y ducharse en su casa.
Según lo estipulado por la Conmebol, Boca tendrá su primera participación oficial después del parate por la pandemia, el próximo 17 de septiembre, cuando visite a Libertad por la Copa Libertadores. El 24 del mismo mes, se medirá ante Independiente de Medellín en Colombia y el 29 nuevamente ante el elenco de Paraguay, pero en la Bombonera.
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