Los viajes por el mundo, el amor infinito por las olas, la playa y los atardeceres soñados, la música, los detalles estratégicos, los materiales nobles y la naturaleza que asoma por donde se mire pincelan el espíritu relajado y a la vez contemporáneo que el arquitecto Ezequiel Gil (cofundador del estudio Pacífica) y su mujer, la interiorista Verónica Jijena Sánchez, le imprimieron a su casa en zona norte, un paraíso de 600 metros cuadrados con vista a la laguna, que es su sueño más personal.

La galería con vista soñada a la laguna, la pileta con borde infinito y los shutters de aluminio que
protegen del sol y dan privacidad, invitan a pasar una tarde relajada. “Somos como una máquina
creadora, yo me meto con la arquitectura y la espacialidad y ella con el interiorismo, las texturas, los colores”, dice Ezequiel mientras posa con Vero (ambos con looks de Adolfo Domínguez)
Los comodísimos sillones de la galería invitan a la charla relajada. “Me gusta sumar materiales que te relajen, como la esterilla, la rafia o el yute. Si bien son más rústicos, en una casa sólida quedan bien”, afirma Vero
El living tiene diferentes spots, como el del piano, el de los vinilos, donde se destaca una pared revestida en piedra bronzite rugoso. Los ventanales, que se abren de punta a punta, logran un espectacular efecto in/out

AMOR Y TRABAJO

“Con Vero nos conocimos hace veinticinco años, cuando un íntimo mío me dijo que tenía una amiga de su novia para presentarme con la que sabía me iba a casar”, arranca Ezequiel. Y Vero suma: “Yo pensé que iba a ser un bodrio que él fuera arquitecto y yo decoradora, ¡y miranos ahora!”.

–¿Es complicado compartir pareja y trabajo?

Vero: Cuando arrancamos éramos sólo cinco en el estudio y nos veíamos sí o sí, pero estábamos con el empuje de que saliera adelante. Cuando fuimos creciendo, yo empecé a tener mis equipos, él los suyos y empezó a correr más el aire. [Se ríe]. Cada uno tiene su espacio.

Ezequiel: El estudio ya funciona como una empresa, así que no nos cruzamos. Yo viajo mucho porque también tenemos oficinas en Punta del Este y Miami, trabajamos muchísimo por toda Latinoamérica y estamos por entrar muy fuerte en España. También estamos a full con Pacífica Urban, un apéndice de Pacífica con el que nos llaman para hacer barrios cerrados, proyectos de media densidad bien curados estéticamente, de arquitectura. Con la desarrolladora Maja creamos la marca Godai y estamos haciendo proyectos en Nordelta, José Ignacio y La Barra. [Hace una pausa]. Yo arranqué trabajando solo y después me sumé a un estudio donde hacíamos proyectos vinculados al mundo ecuestre, con obras en Rusia, Vietnam, España, China, Timor del Este. Acá hicimos La Bamba, en Areco, y caballerizas de familias de polo (elige no dar nombres), haras de caballos de carrera, fue una etapa muy linda. Sin embargo, en 2010 decidimos abrir un estudio con mi hermano, Félix, que es ingeniero, Vero se ocupaba del diseño de interiores de esos proyectos. Así nació Pacífica. Más adelante se sumó un socio e íntimo amigo, Alexis Plaghos, también arquitecto y un pilar muy importante.

Vero: Somos apasionados con lo que hacemos. Cuando podemos nos escapamos a algún lugar cuatro días, pero incluso ahí buscamos sorprendernos con cosas nuevas que después son disparadores para nuestro trabajo. También desconectamos yendo al cine y somos muy sociables, vienen amigos y la casa siempre está abierta.

Entre el living y el comedor se impone esta obra en hierro y madera de Enio Iommi, que compraron en la última edición de arteba

El comedor, con mesa laqueada de poro abierto y sillas de esterilla natural y madera, todo cápsula de Algodón House
El comedor exterior. “Esta es una casa de puertas abiertas, nos encanta recibir gente”, dicen

En la última edición de Casa FOA-Academia Village, Vero presentó “Cocina de encuentro” y su propuesta fue distinguida con tres galardones, incluido el Premio a la Mejor Cocina, reconociendo la excelencia con la que fusionan lujo, autenticidad y funcionalidad

OLAS Y BUEN GUSTO

–¿De chicos soñaban con hacer lo que hacen?

Ezequiel: Creo que nací arquitecto. En mi familia hay mucho piano, dibujo, aunque más desde el palo de los ingenieros, pintura… Esa veta artística está en mi ADN. De chico, me encantaba dibujar, filmar, editar videos y ya miraba con curiosidad el Pacífico Este, la arquitectura japonesa, el confort norteamericano, California, Hawái, Australia… Todo eso me marcó. Siempre digo que soy un arquitecto itinerante, el mayor aprendizaje como arquitecto lo tuve con los viajes.

–Hay mucho mar en tu vida…

Ezequiel: Mi familia es de Necochea, íbamos todo el tiempo y también hice surf desde chico por todo el mundo. Eso me dio esa idea de la arquitectura de playa, de traer un poco el mar y la arena adentro de la casa.

–¿Y en tu caso, Vero?

–Vengo de una familia esteta. Mamá estudió decoración, mi papá fundó una editorial de libros y revistas de lujo, como Plaza Mayor, y también ha editado libros sobre el Teatro Colón, La Rural o sobre la Argentina. Así que mamé eso de los dos lados. Lo estético también se extendió a la ropa: soy muy simple para vestirme, pero tengo el ojo con lo que me gusta, lo que combina. Es fundamental saber qué te hace vibrar, qué te mueve desde lo sensorial. Termina tu día de laburo, llegás a tu casa y ahí empieza la magia, pensando qué vas a preparar, la música que vas a poner, los amigos que vas a invitar, la velita que vas a encender, la charla que vas a tener.

La fachada, recubierta íntegramente con guayubira. En el paisajismo, hay piedras de
gran tamaño
El hall de distribución que da a los cuartos, súper luminoso
El agua, otra de las pasiones de Ezequiel (hace surf y wind foil) puede verse desde todos lados. “Mi familia es de Necochea. Eso me dio esa idea de la arquitectura de playa, de traer un poco el mar y la arena adentro de la casa”, dice

LO MEJOR DE DOS MUNDOS

–¿Fue fácil ponerse de acuerdo cuando soñaron esta casa?

Ezequiel: Sí. Somos como una máquina creadora, yo me meto con la arquitectura y la espacialidad y Vero con el interiorismo, las texturas, los colores.

Vero: La iluminación, que lo cambia todo, está muy pensada y logramos una casa inteligente desde la domótica. También pintamos las paredes y los cielorrasos del mismo color, hago mucho uso de la colorimetría, soy especialista. Y sumamos calidez con alfombras de pura lana, varias de la cápsula que hice con Kalpakian, usamos maderas macizas y muebles amplios.

Ezequiel adora la música y cuando reciben amigos musicaliza con los discos de pasta que atesora

–¿Cuál fue la decisión más jugada?

Vero: Revestir la casa en guayubira con esa terminación medio grisácea y tablón irregular. La iluminación suave dio un look más playero dentro de lo urbano, porque hay que contemplar dónde estás haciendo tu casa. [Piensa]. Hay que tratar de jugarse más: si hiciste la barra de la parrilla de mármol, hacé la pared del mismo material, meté un entelado que te dé acústica, sumá metros en la galería para que no sea estándar. Desde lo creativo, nos encanta darle una vuelta de tuerca más al espacio.

El En el

–¿Les gusta recibir?

Ezequiel: ¡Nos encanta! Escuchamos vinilos, cocinamos, hacemos picaditas en la barra, usamos el horno de barro y preparamos unas empanadas al Malbec buenísimas. Somos muy gourmet.

–¿Quién cocina?

Ezequiel: Yo, y cocino todos los días. Mi socio Alexis también cocina mucho, así que en Punta del Este hacemos festival de pescados, festival de lo que sea…

Vero: Yo no cocino, pero estoy atenta a otras cosas que suman en la experiencia, como la sobremesa. Entonces todas las sillas son cómodas, quiero que den ganas de quedarse, de esperar el cafecito, las masitas y que se haga tarde y todavía estemos reunidos. Eso se arma con mobiliario y con emoción.

Ezequiel: Nos gusta esa sensación de vivir como de vacaciones, tranquilos. No somos estridentes, disfrutamos del lujo silencioso.

Agradecimientos: Adolfo Domínguez

La tapa de revista ¡Hola! de esta semana

​Ezequiel Gil, cofundador de Pacífica Arquitectura, y Verónica Jijena Sánchez, nos cuentan cómo es compartir la vida y el trabajo  

About The Author