La Unión Europea (UE) ha revelado los detalles de un ambicioso plan para movilizar miles de millones de euros en activos rusos congelados.

El objetivo es financiar las necesidades económicas y militares de Ucrania durante los próximos dos años.

La iniciativa llega en un momento de alta tensión diplomática, con autoridades europeas y ucranianas acusando a Rusia de simular interés en la paz, una afirmación que Moscú rechazó tras sostener conversaciones clave con enviados estadounidenses.

El dilema de los activos congelados

El plan de la UE busca proporcionar 90.000 millones de euros (unos 105.000 millones de dólares) a Ucrania, que cubrirían dos tercios de sus necesidades proyectadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2026 y 2027.

Esta propuesta, presentada como un “préstamo de reparaciones”, utilizaría el dinero ruso como garantía para respaldar la economía y el esfuerzo bélico de Ucrania.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defendió la medida. Afirmó que el uso de los activos congelados fortalecería la posición ucraniana en las negociaciones de paz con Rusia y Estados Unidos, y enviaría una señal a Moscú de que “prolongar la guerra tiene un alto costo para ellos”. Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, la UE ya ha aportado más de U$S 205 mil millones a Ucrania.

No obstante, el proyecto enfrenta una fuerte resistencia, especialmente por parte de Bélgica, país que alberga la mayor parte de estos recursos. Se estima que unos U$S 220 millones en activos rusos se encuentran en Bélgica hasta junio, dentro de un total de U$S 245.000 millones congelados en Europa. Rusia, por su parte, calificó el proyecto como un “robo”.

El ministro belga de Exteriores, Maxime Prévot, manifestó que su país considera “la opción del préstamo de reparaciones la peor de todas, ya que es arriesgada. Nunca se hizo antes”.

Bélgica teme que Euroclear, la cámara de compensación financiera con sede en Bruselas que posee la mayoría de los activos congelados, pueda enfrentar acciones legales si Rusia impugna el uso de los fondos, lo que podría dañar su imagen e intereses comerciales. Prévot instó a la UE a buscar fondos mediante préstamos en los mercados internacionales.

“El plan de préstamos de reparaciones conlleva riesgos económicos, financieros y legales significativos,” y añadió que “No es aceptable utilizar el dinero y dejarnos solos enfrentando los riesgos”, dijo Prévot.

Bélgica siente que sus preocupaciones no son debidamente escuchadas por sus socios de la UE. A pesar de esto, Von der Leyen aseguró que las preocupaciones belgas habían sido consideradas: “Hemos escuchado muy atentamente las preocupaciones de Bélgica, y hemos tomado casi todas en cuenta en nuestra propuesta. Compartiremos la carga de manera justa, como es la manera europea”.

Otros países europeos, como Alemania y Holanda, también insistieron en la necesidad de llegar a un acuerdo. El ministro alemán de Exteriores, Johann Wadephul, señaló: “Tomamos en serio las preocupaciones de Bélgica. Son justificadas, pero el problema puede resolverse. Puede resolverse si estamos preparados para asumir la responsabilidad juntos”.

Existe una alternativa si el plan de préstamo no prospera: el bloque podría pedir prestado en los mercados internacionales con el respaldo de su presupuesto a largo plazo, aunque esto requeriría la aprobación unánime de los 27 países, y Hungría siempre ha bloqueado la ayuda a Ucrania. Además, el Banco Central Europeo está preocupado de que el plan de reparaciones pueda socavar la confianza internacional en el euro.

Acusaciones a Putin

Las discusiones sobre el financiamiento se superponen con un persistente abismo en las negociaciones de paz. Después de cinco horas de conversaciones en el Kremlin entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y enviados de Estados Unidos, los resultados fueron mínimos.

Funcionarios ucranianos y europeos acusaron a Putin de fingir interés en los esfuerzos de paz. La secretaria británica de Exteriores, Yvette Cooper expresó que el presidente ruso “debería poner fin a la fanfarronería y el derramamiento de sangre y estar dispuesto a sentarse a la mesa y apoyar una paz justa y duradera”. Por su parte, el ministro ucraniano de Exteriores, Andrii Sybiha, instó a Putin a “dejar de hacer perder el tiempo al mundo”.

En Bruselas, los ministros de Exteriores de los países europeos de la Otan mostraron poca paciencia con Moscú. El ministro estonio de Exteriores, Margus Tsahkna, enfatizó: “Lo que vemos es que Putin no ha cambiado de rumbo. Está presionando más agresivamente en el campo de batalla… Es bastante obvio que no quiere ningún tipo de paz”. La ministra finlandesa de Exteriores, Elina Valtonen, coincidió: “Hasta ahora no hemos visto ninguna concesión por parte del agresor, que es Rusia, y creo que la mejor medida de confianza sería comenzar con un alto el fuego completo”.

Pese a las conversaciones en curso, los aliados europeos de Ucrania intensificaron la ayuda militar para asegurar que Kiev se mantenga en la posición más fuerte posible. Canadá, Alemania, Polonia y Holanda anunciaron planes para gastar cientos de millones de dólares adicionales en armas estadounidenses destinadas a Ucrania.

La posición de Moscú

En medio de las acusaciones, el Kremlin negó haber rechazado el plan de paz de Estados Unidos tras las conversaciones.

El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, aclaró que la reunión de cinco horas había sido un “intercambio de opiniones”.

“Eso no es cierto. Tuvo lugar un intercambio de opiniones. Algunas cosas fueron aceptadas y otras rechazadas (…) Es un proceso normal de búsqueda de compromisos”, dijo Peskov, añadiendo que Moscú está dispuesto a reunirse con representantes de Estados Unidos “las veces que haga falta para alcanzar un arreglo pacífico”.

El asesor principal de Putin, Yuri Ushakov, confirmó que, si bien “no se ha llegado a un compromiso” sobre el tema territorial, la posiciones de ambas partes “no están más lejos” que antes del encuentro.

El principal obstáculo, la cuestión territorial, persiste. Rusia exige la retirada incondicional ucraniana del Donbás y enfatizó que, sin una resolución al problema territorial de las cuatro regiones ucranianas que reclama como propias, el Kremlin no ve “ninguna resolución a la crisis”. Ucrania, por su parte, descartó ceder el territorio capturado por Rusia.

​La Unión Europea (UE) ha revelado los detalles de un ambicioso plan para movilizar miles de millones de euros en activos rusos congelados. El objetivo es financiar las necesidades económicas y militares de Ucrania durante los próximos dos años. La iniciativa llega en un momento de alta tensión diplomática, con autoridades europeas y ucranianas acusando a Rusia de simular interés en la paz, una afirmación que Moscú rechazó tras sostener conversaciones clave con enviados estadounidenses.El dilema de los activos congeladosEl plan de la UE busca proporcionar 90.000 millones de euros (unos 105.000 millones de dólares) a Ucrania, que cubrirían dos tercios de sus necesidades proyectadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2026 y 2027. Esta propuesta, presentada como un “préstamo de reparaciones”, utilizaría el dinero ruso como garantía para respaldar la economía y el esfuerzo bélico de Ucrania.La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defendió la medida. Afirmó que el uso de los activos congelados fortalecería la posición ucraniana en las negociaciones de paz con Rusia y Estados Unidos, y enviaría una señal a Moscú de que “prolongar la guerra tiene un alto costo para ellos”. Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, la UE ya ha aportado más de U$S 205 mil millones a Ucrania.No obstante, el proyecto enfrenta una fuerte resistencia, especialmente por parte de Bélgica, país que alberga la mayor parte de estos recursos. Se estima que unos U$S 220 millones en activos rusos se encuentran en Bélgica hasta junio, dentro de un total de U$S 245.000 millones congelados en Europa. Rusia, por su parte, calificó el proyecto como un “robo”.El ministro belga de Exteriores, Maxime Prévot, manifestó que su país considera “la opción del préstamo de reparaciones la peor de todas, ya que es arriesgada. Nunca se hizo antes”. Bélgica teme que Euroclear, la cámara de compensación financiera con sede en Bruselas que posee la mayoría de los activos congelados, pueda enfrentar acciones legales si Rusia impugna el uso de los fondos, lo que podría dañar su imagen e intereses comerciales. Prévot instó a la UE a buscar fondos mediante préstamos en los mercados internacionales.“El plan de préstamos de reparaciones conlleva riesgos económicos, financieros y legales significativos,” y añadió que “No es aceptable utilizar el dinero y dejarnos solos enfrentando los riesgos”, dijo Prévot.Bélgica siente que sus preocupaciones no son debidamente escuchadas por sus socios de la UE. A pesar de esto, Von der Leyen aseguró que las preocupaciones belgas habían sido consideradas: “Hemos escuchado muy atentamente las preocupaciones de Bélgica, y hemos tomado casi todas en cuenta en nuestra propuesta. Compartiremos la carga de manera justa, como es la manera europea”. Otros países europeos, como Alemania y Holanda, también insistieron en la necesidad de llegar a un acuerdo. El ministro alemán de Exteriores, Johann Wadephul, señaló: “Tomamos en serio las preocupaciones de Bélgica. Son justificadas, pero el problema puede resolverse. Puede resolverse si estamos preparados para asumir la responsabilidad juntos”.Existe una alternativa si el plan de préstamo no prospera: el bloque podría pedir prestado en los mercados internacionales con el respaldo de su presupuesto a largo plazo, aunque esto requeriría la aprobación unánime de los 27 países, y Hungría siempre ha bloqueado la ayuda a Ucrania. Además, el Banco Central Europeo está preocupado de que el plan de reparaciones pueda socavar la confianza internacional en el euro.Acusaciones a PutinLas discusiones sobre el financiamiento se superponen con un persistente abismo en las negociaciones de paz. Después de cinco horas de conversaciones en el Kremlin entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y enviados de Estados Unidos, los resultados fueron mínimos.Funcionarios ucranianos y europeos acusaron a Putin de fingir interés en los esfuerzos de paz. La secretaria británica de Exteriores, Yvette Cooper expresó que el presidente ruso “debería poner fin a la fanfarronería y el derramamiento de sangre y estar dispuesto a sentarse a la mesa y apoyar una paz justa y duradera”. Por su parte, el ministro ucraniano de Exteriores, Andrii Sybiha, instó a Putin a “dejar de hacer perder el tiempo al mundo”.En Bruselas, los ministros de Exteriores de los países europeos de la Otan mostraron poca paciencia con Moscú. El ministro estonio de Exteriores, Margus Tsahkna, enfatizó: “Lo que vemos es que Putin no ha cambiado de rumbo. Está presionando más agresivamente en el campo de batalla… Es bastante obvio que no quiere ningún tipo de paz”. La ministra finlandesa de Exteriores, Elina Valtonen, coincidió: “Hasta ahora no hemos visto ninguna concesión por parte del agresor, que es Rusia, y creo que la mejor medida de confianza sería comenzar con un alto el fuego completo”.Pese a las conversaciones en curso, los aliados europeos de Ucrania intensificaron la ayuda militar para asegurar que Kiev se mantenga en la posición más fuerte posible. Canadá, Alemania, Polonia y Holanda anunciaron planes para gastar cientos de millones de dólares adicionales en armas estadounidenses destinadas a Ucrania.La posición de Moscú En medio de las acusaciones, el Kremlin negó haber rechazado el plan de paz de Estados Unidos tras las conversaciones.El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, aclaró que la reunión de cinco horas había sido un “intercambio de opiniones”.“Eso no es cierto. Tuvo lugar un intercambio de opiniones. Algunas cosas fueron aceptadas y otras rechazadas (…) Es un proceso normal de búsqueda de compromisos”, dijo Peskov, añadiendo que Moscú está dispuesto a reunirse con representantes de Estados Unidos “las veces que haga falta para alcanzar un arreglo pacífico”.El asesor principal de Putin, Yuri Ushakov, confirmó que, si bien “no se ha llegado a un compromiso” sobre el tema territorial, la posiciones de ambas partes “no están más lejos” que antes del encuentro. El principal obstáculo, la cuestión territorial, persiste. Rusia exige la retirada incondicional ucraniana del Donbás y enfatizó que, sin una resolución al problema territorial de las cuatro regiones ucranianas que reclama como propias, el Kremlin no ve “ninguna resolución a la crisis”. Ucrania, por su parte, descartó ceder el territorio capturado por Rusia.  La Voz

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