Barclay´s señaló que los vencimientos en dólares de los próximos años superan la liquidez disponible

Barclays analizó la situación de las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) y afirmó que los bajos niveles actuales no se explicaron por pagos de deuda en moneda extranjera. El informe que el banco de inversión inglés envió este lunes a sus clientes consignó que “las reservas netas, excluyendo desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI), son más bajas que cuando asumió Javier Milei”, mientras que “esto no ocurrió por una reducción del stock de deuda denominada en dólares”.

Esa observación contradice el planteo habitual del ministro de Economía, Luis Caputo, quien suele sostener que el Gobierno “fue el que más divisas compró, con más de US$29.000 millones”, aunque “eso no se reflejó en las reservas porque la mayor parte se utilizó para cancelar deuda”.

Según datos oficiales, cerca del 70% de esas compras se concentró en el primer año de gestión, en un contexto de tipo de cambio alto, caída de la actividad económica y restricciones sobre el pago de importaciones.

Barclays señaló que los buffers -amortiguadores- externos permanecieron “muy delgados” y que las autoridades “mostraron intenciones limitadas para abordarlos”. El informe sostuvo que, aunque existió “un argumento político defendible” para relegar la acumulación durante la primera etapa, esa justificación “ya no aplicó del mismo modo” después de las elecciones.

Luis Caputo y Bausili, presidente del Banco Central, al salir de Casa Rosada

El reporte explicó que cuando Milei asumió, las reservas netas se ubicaban en –US$11.000 millones. Luego, descendieron a –US$16.000 millones, lo que implicó una diferencia de US$13.000 millones frente al objetivo de diciembre próximo previsto en el programa con el FMI.

Al contrastar la dinámica de reservas con la evolución del endeudamiento en moneda extranjera, Barclays remarcó que el desempeño negativo no provino de una mejora del perfil de pasivos. Puntualizó que en diciembre de 2023 la deuda con multilaterales y acreedores privados sumaba US$170.000 millones, mientras que en noviembre de 2025 alcanzó US$175.000 millones. Si bien los bonos en manos privadas disminuyeron hasta US$82.000 millones, el avance de la emisión de Bopreales y de los repos con bancos que hizo el BCRA, que sumaron US$12.000 millones, amplió los compromisos totales.

La visión del organismo se cruzó también con las declaraciones recientes del presidente del BCRA, Santiago Bausili, quien afirmó a mediados de noviembre pasado, en un evento de Amigos de la Universidad de Tel Aviv, que “la acumulación de reservas es una buena métrica para medir el éxito del programa de estabilización”, pero aclaró que “el objetivo no puede ser la acumulación de reservas internacionales per se, a cualquier costo”.

Bausili también sostuvo que, si el Tesoro argentino recuperaba acceso al mercado de capitales, el Banco Central dejaría de proveer reservas para pagos y la remonetización se reflejaría directamente en la acumulación futura.

La Argentina está al menos US$13.000 millones por debajo de la meta de reservas con el FMI prevista para diciembre, según el informe de Barclays

El reporte de Barclays enfatizó que las reservas líquidas, incluidas las tenencias de oro, se ubicaban en US$28.000 millones, de los cuales US$16.000 millones correspondían a depósitos bancarios en el Banco Central.

Además, advirtió que, si se descontaba un 30% de esos depósitos por riesgo de reducción en escenarios adversos, la liquidez disponible descendía a US$23.000 millones, un nivel inferior a los US$33.000 millones en vencimientos en dólares proyectados para 2026 y 2027 entre bonos y FMI. “Las reservas siguen bajas incluso frente a pares de alto rendimiento como Ecuador, Kenia, Nigeria, Egipto y Honduras”, señaló el documento.

El análisis de Barclays agregó que una eventual operación de pase pasivo (REPO), una operación de manejo de pasivos o el acceso a nuevos créditos para afrontar el pago de US$4.200 millones de deuda soberana en enero no modificaban estructuralmente el panorama de la Argentina.

El banco sostuvo que un repo por US$3.000 millones cubriría apenas una fracción del faltante de 2026, que un canje de bonos 2029 y 2030 por un título bullet [se paga en una sola cuota, la cual incluye el capital total y los intereses] al 9,75% generaría un alivio anual de cerca de US$3.000 millones, y que incluso una colocación adicional de entre US$3.000 y US$4.000 millones, sólo elevaría los recursos disponibles hasta un margen insuficiente para sostener las reservas.

Barclays evaluó también la situación del mercado financiero. Indicó que, tras el rally posterior a las elecciones de octubre, los bonos argentinos rindieron menos que los de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Sostuvo que Ecuador incluso vio caer sus tasas por debajo del 10%, lo que alimentó la discusión sobre el acceso al mercado para países con perfiles similares. También repasó los casi US$3.000 millones que la Argentina debía pagar el 9 de enero de 2026 en concepto de servicios de deuda con privados, equivalentes al 3% de sus eurobonos vigentes. El banco estimó que los retornos implícitos en el tramo corto de la curva ya descontaron una alta probabilidad de cumplimiento.

El informe del banco inglés sumó un interrogante sobre la reacción oficial si el peso tocaba el techo de la banda cambiaria nuevamente. Sugirió que el Gobierno podría aprovechar ese momento para “recalibrar el régimen cambiario” o intentar defender la moneda mediante el swap con el Tesoro estadounidense. Pero advirtió que desde el secretario del Tesoro, Scott Bessent, insistió recientemente en que “los mercados deberían cubrir fácilmente las necesidades de financiamiento de 2026”, lo que acotó la expectativa sobre un apoyo ilimitado.

​Barclays analizó la situación de las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) y afirmó que los bajos niveles actuales no se explicaron por pagos de deuda en moneda extranjera. El informe que el banco de inversión inglés envió este lunes a sus clientes consignó que “las reservas netas, excluyendo desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI), son más bajas que cuando asumió Javier Milei”, mientras que “esto no ocurrió por una reducción del stock de deuda denominada en dólares”. Esa observación contradice el planteo habitual del ministro de Economía, Luis Caputo, quien suele sostener que el Gobierno “fue el que más divisas compró, con más de US$29.000 millones”, aunque “eso no se reflejó en las reservas porque la mayor parte se utilizó para cancelar deuda”. Según datos oficiales, cerca del 70% de esas compras se concentró en el primer año de gestión, en un contexto de tipo de cambio alto, caída de la actividad económica y restricciones sobre el pago de importaciones.Barclays señaló que los buffers -amortiguadores- externos permanecieron “muy delgados” y que las autoridades “mostraron intenciones limitadas para abordarlos”. El informe sostuvo que, aunque existió “un argumento político defendible” para relegar la acumulación durante la primera etapa, esa justificación “ya no aplicó del mismo modo” después de las elecciones.El reporte explicó que cuando Milei asumió, las reservas netas se ubicaban en –US$11.000 millones. Luego, descendieron a –US$16.000 millones, lo que implicó una diferencia de US$13.000 millones frente al objetivo de diciembre próximo previsto en el programa con el FMI.Al contrastar la dinámica de reservas con la evolución del endeudamiento en moneda extranjera, Barclays remarcó que el desempeño negativo no provino de una mejora del perfil de pasivos. Puntualizó que en diciembre de 2023 la deuda con multilaterales y acreedores privados sumaba US$170.000 millones, mientras que en noviembre de 2025 alcanzó US$175.000 millones. Si bien los bonos en manos privadas disminuyeron hasta US$82.000 millones, el avance de la emisión de Bopreales y de los repos con bancos que hizo el BCRA, que sumaron US$12.000 millones, amplió los compromisos totales.La visión del organismo se cruzó también con las declaraciones recientes del presidente del BCRA, Santiago Bausili, quien afirmó a mediados de noviembre pasado, en un evento de Amigos de la Universidad de Tel Aviv, que “la acumulación de reservas es una buena métrica para medir el éxito del programa de estabilización”, pero aclaró que “el objetivo no puede ser la acumulación de reservas internacionales per se, a cualquier costo”. Bausili también sostuvo que, si el Tesoro argentino recuperaba acceso al mercado de capitales, el Banco Central dejaría de proveer reservas para pagos y la remonetización se reflejaría directamente en la acumulación futura.El reporte de Barclays enfatizó que las reservas líquidas, incluidas las tenencias de oro, se ubicaban en US$28.000 millones, de los cuales US$16.000 millones correspondían a depósitos bancarios en el Banco Central. Además, advirtió que, si se descontaba un 30% de esos depósitos por riesgo de reducción en escenarios adversos, la liquidez disponible descendía a US$23.000 millones, un nivel inferior a los US$33.000 millones en vencimientos en dólares proyectados para 2026 y 2027 entre bonos y FMI. “Las reservas siguen bajas incluso frente a pares de alto rendimiento como Ecuador, Kenia, Nigeria, Egipto y Honduras”, señaló el documento.El análisis de Barclays agregó que una eventual operación de pase pasivo (REPO), una operación de manejo de pasivos o el acceso a nuevos créditos para afrontar el pago de US$4.200 millones de deuda soberana en enero no modificaban estructuralmente el panorama de la Argentina. El banco sostuvo que un repo por US$3.000 millones cubriría apenas una fracción del faltante de 2026, que un canje de bonos 2029 y 2030 por un título bullet [se paga en una sola cuota, la cual incluye el capital total y los intereses] al 9,75% generaría un alivio anual de cerca de US$3.000 millones, y que incluso una colocación adicional de entre US$3.000 y US$4.000 millones, sólo elevaría los recursos disponibles hasta un margen insuficiente para sostener las reservas.Barclays evaluó también la situación del mercado financiero. Indicó que, tras el rally posterior a las elecciones de octubre, los bonos argentinos rindieron menos que los de Bolivia, Ecuador y Venezuela. Sostuvo que Ecuador incluso vio caer sus tasas por debajo del 10%, lo que alimentó la discusión sobre el acceso al mercado para países con perfiles similares. También repasó los casi US$3.000 millones que la Argentina debía pagar el 9 de enero de 2026 en concepto de servicios de deuda con privados, equivalentes al 3% de sus eurobonos vigentes. El banco estimó que los retornos implícitos en el tramo corto de la curva ya descontaron una alta probabilidad de cumplimiento.El informe del banco inglés sumó un interrogante sobre la reacción oficial si el peso tocaba el techo de la banda cambiaria nuevamente. Sugirió que el Gobierno podría aprovechar ese momento para “recalibrar el régimen cambiario” o intentar defender la moneda mediante el swap con el Tesoro estadounidense. Pero advirtió que desde el secretario del Tesoro, Scott Bessent, insistió recientemente en que “los mercados deberían cubrir fácilmente las necesidades de financiamiento de 2026”, lo que acotó la expectativa sobre un apoyo ilimitado.  

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