En menos de siete días, dos hechos de extrema gravedad sacudieron a la provincia de La Pampa, encendiendo las alarmas sobre la vulnerabilidad de los más chicos en entornos familiares complejos. Un caso en Santa Rosa y otro en General Pico, con bebés como víctimas inocentes de la exposición a estupefacientes, obligan a una profunda reflexión sobre las responsabilidades adultas y el cuidado de la niñez.
General Pico: una nena de 2 años internada tras ingerir cocaína
Durante la tarde del sábado, la tranquilidad del barrio Talleres en General Pico se vio interrumpida por el ulular de las sirenas. Personal del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) fue convocado de urgencia a un domicilio ubicado en barrio Talleres, por la descompensación de una niña de tan solo 2 años.
Al llegar al lugar, los profesionales de la salud se encontraron con un cuadro alarmante: la pequeña había ingerido cocaína de manera accidental. Sus progenitores habían dejado elementos a la vista de la bebé que se lo llevó a la boca. De inmediato, fue trasladada al Hospital Gobernador Centeno, donde recibió la atención médica necesaria para estabilizarla.
En el domicilio intervinieron efectivos de la Comisaría Primera y personal de la división Toxicomanía, quienes iniciaron las primeras pericias. La investigación quedó a cargo del fiscal Juan Pellegrino, y los padres de la menor quedaron a disposición de la justicia mientras avanza la causa para determinar las responsabilidades del caso.
Santa Rosa: una beba de ocho meses tenía cocaína en su oranismo
Apenas unos días antes, un episodio igualmente conmocionante tuvo lugar en la capital pampeana. El pasado lunes, una beba de ocho meses fue ingresada en el Hospital René Favaloro para recibir cuidados médicos. Sin embargo, los estudios de rutina arrojaron un resultado que heló la sangre de los profesionales: la criatura tenía cocaína en su organismo.
Según trascendió, el hecho se habría desencadenado tras una discusión de pareja. El padre de la beba la tenía en brazos cuando fue interceptado y demorado por la policía en la vía pública, lo que derivó en la intervención médica y el posterior hallazgo.
En este caso, se activaron todos los protocolos de protección. Tomaron intervención Acción Social y la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia, buscando resguardar la integridad de la beba. La causa judicial es llevada adelante por la fiscal Cecilia Martiní.
Dos casos, una misma herida social
Más allá de la distancia geográfica entre un hecho y otro, la conexión es ineludible y dolorosa. Ambos episodios exponen la fragilidad de los niños en ambientes donde el consumo de drogas pone en jaque su seguridad y su derecho a crecer en un entorno sano.
Estos no son simples casos policiales; son el síntoma de una problemática social más profunda que nos interpela a todos. ¿Qué está sucediendo dentro de los hogares para que los espacios que deberían ser los más seguros se conviertan en una amenaza? La Justicia actuará para determinar las culpas individuales, pero como sociedad, estos hechos nos obligan a mirar hacia adentro, a fortalecer las redes de contención y a estar más atentos para proteger a quienes no pueden hacerlo por sí mismos.
infopico.
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