Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs) contienen pequeñas cantidades de oro en sus placas base, pero al no ser recolectados en la calle ni por camiones de basura, pasan desapercibidos para los recolectores informales. Estos dispositivos en desuso son llevados a Puntos Verdes o centros de reciclaje en Buenos Aires y otras localidades.
Se estima que 20 placas base de computadoras antiguas pueden generar una pepita de oro valorada en hasta 34.000 dólares, lo que muestra el potencial económico y ambiental del reciclaje de estos residuos. En 2022, solo el 22% de los desechos electrónicos fueron reciclados a nivel mundial.
Investigadores de la Universidad ETH Zurich han desarrollado un método para extraer el oro de los circuitos utilizando esponjas de fibrillas proteicas, que capturan selectivamente los iones de oro. Luego, estos se calientan para obtener escamas de oro puro con una pureza del 91%.
Además de la joyería, los metales preciosos extraídos de residuos electrónicos tienen aplicaciones en la industria automotriz, como el rodio, utilizado en catalizadores para reducir emisiones contaminantes.
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