Alarmante. Así se podría definir la situación de los kioscos. Las ventas han caído en promedio un 30% a nivel nacional, y en ciertas áreas, la disminución alcanza el 50%. Esta crisis no solo afecta a los negocios, sino también a quienes dependen de ellos para trabajar. Varios kioscos emblemáticos no han logrado sobrevivir, y desde la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) informan que ya han cerrado 10.000 comercios, dejando a miles de personas sin empleo.
Las medidas económicas tomadas por la gestión de Javier Milei sin dudas han impactado en esta caída del consumo y, por ende, en estos pequeños comercios. En ese sentido, el `presidente de la UKRA, Néstor Adrián Palacios, destacó que «en el gobierno de Mauricio Macri cerraron 33.000 kioscos. Mientras que en los primeros 10 meses de gobierno de Javier Milei, ya cerraron casi un 10% de los kioscos existentes en todo el territorio argentino».
Ante este complejo panorama, según el dirigente los cierres son provocados por «el aumento de tarifas públicas de luz, agua, gas, de impuestos, de alquileres, sumado todo a la fuerte caída de consumo y la baja de la rentabilidad. Hacen insostenible poder seguir adelante».
El número no ha aumentado significativamente, ya que mientras se cierran kioscos tradicionales con historia, surgen nuevas alternativas en los barrios. Ahí, la gente empieza a vender productos como golosinas, cigarrillos, huevos y pan, entre otros.
En el conurbano y otras regiones del país, los «kioscos paralelos» se multiplican en cada vecindario. Estos negocios operan de manera informal, buscando generar ingresos para llegar a fin de mes.
Los kiosqueros rememoran que al final del gobierno de Cristina Kirchner había 120.000 kioscos en Argentina. Con la llegada de Macri, cerraron 33.000. La pandemia también dejó su marca, provocando el cierre de más kioscos, pero a finales del año pasado, el sector ya se había recuperado, alcanzando los 90.000.
Sin embargo, en 2024, muchos negocios no lograron sobrevivir. La caída en las ventas fue insostenible. Mientras que a nivel nacional la disminución de las ventas promedia un 30%, en algunas ciudades este porcentaje es aún mayor. De hecho, muchos kiosqueros aseguran que están vendiendo la mitad de lo que vendían en 2023 y que sobreviven «gracias a las promociones».
En cuanto a las ventas, el producto imbatible que rompe récords es el alfajor creado por Hugo Basilotta, que se vende a 4 por $1.000, y no tiene competencia. En UKRA aseguran que, por cada 5 alfajores de esta histórica marca, se vende solo 1 de las primeras marcas.
Un acuerdo que beneficia a las Pymes que, desde que este año se dio marcha atrás con la Ley de Góndolas, no tienen lugar donde vender sus productos. La ley original había abierto la posibilidad de que las industrias más pequeñas pudieran competir en las grandes cadenas de supermercados. (IProfesional).
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