En alza. El proyecto de Presupuesto anticipa un aumento del componente impositivo del 155,4%.
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Cristian Carrillo
Luego de una serie de postergaciones en su actualización, el Gobierno tiene previsto ajustar de manera contundente el componente impositivo de los combustibles, lo que sumado a la devaluación prevista –del 20% en el mejor de los casos– implicará un incremento del 52,6% de costos en el surtidor, como mínimo, que duplicará la inflación prevista del período (18,3%). Se trata de otra inconsistencia en las previsiones plasmadas en el proyecto de Presupuesto 2025, dado que el valor del combustible es rector de los precios en cualquier cadena comercial y productiva. A su vez, el Gobierno obligará que las estaciones de servicio informen si aplican tasas municipales, para así culpar de la suba en los combustibles a las intendencias.
El proyecto de Presupuesto presentado por Javier Milei anticipa un aumento del rezagado componente impositivo del 155,4%, mientras que el impacto de la devaluación le sumará un 20% más (si se cumple con el pronóstico de inflación) al valor pleno en el surtidor. De acuerdo con estos guarismos, los cálculos muestran un precio de la nafta cercano a los $1.939 para la super, $2.397 para la nafta premium, de $1.985 para el gasoil y de $2.443 para gasoil premium.
En los últimos meses el Gobierno volvió a posponer –algo que había asegurado no hacer– las actualizaciones en los impuestos sobre los combustibles, con el objetivo de contener los precios regulados de la economía y poder mostrar una desaceleración inflacionaria, que igualmente evidencia haberse frenado. En el equipo económico que dirige el ministro Luis Caputo entienden que el derrame inflacionario de los aumentos en el precio del combustible es altísimo. La ponderación que tienen los combustibles en el Índice de Precios al Consumidor a nivel nacional ronda el 4%. Esto es, por cada 10 puntos que aumenta la nafta, el IPC de ese mes tiende a aumentar 0,4%. A esto se suma el traslado del mayor costo logístico en la producción y comercialización.
Actualización y ajustes
De hecho, el Gobierno dejó de recaudar un monto millonario para evitar desbordes inflacionarios, pero retomará los ajustes el año próximo. De acuerdo con el informe del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (Geres), durante el año en curso se incumplió con la actualización trimestral de los impuestos a los combustibles y al dióxido de carbono (sobre la base del IPC), con un impacto fiscal de US$1.636 millones ($1,5 billones) en el período enero−septiembre 2024. Si en octubre−diciembre se repitiera la merma de recaudación estimada para septiembre ($260.000 millones), esto implica una pérdida de ingresos de 2,25 billones en el acumulado del año, cifra equivalente a 0,4% del PIB. Sin embargo, en el proyecto de Ley de Presupuesto se prevé elevar en 0,3 puntos porcentuales del PIB la recaudación por impuesto a los Combustibles y Dióxido de Carbono, duplicándose en un año del 0,03 al 0,06% del Producto.
Sin demora. En el acumulado del año, por el atraso impositivo decidido por el Gobierno, se perdieron ingresos por $2,25 billones, un 0,4% del PIB.
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Dentro de los ingresos impositivos de 2025 se proyectan $2,1 billones en recaudación por impuestos a los combustibles líquidos, un 155,4% por encima del monto de este año ($830.915 millones). Descontada la inflación, el proyecto prevé un aumento de esos ingresos de 131,6%. Quedarán exentos de estos impuestos «las importaciones de gasoil y diésel oil y su entrega en el mercado interno, realizadas durante el año 2025, a los fines de compensar los picos de demanda de tales combustibles, que no pudieran ser satisfechos por la producción local, destinados al abastecimiento del mercado de generación eléctrica».
El aumento estimado en la recaudación se atribuye a varios factores, entre ellos los incrementos proyectados en el nivel de actividad económica, el volumen del comercio exterior, la remuneración imponible, la cantidad de puestos de trabajo, los precios y el tipo de cambio. Si bien no se explica únicamente por actualización de impuestos, un cálculo conservador que cumpla con la pauta devaluatoria en torno al 20% y una actualización sobre la parte impositiva, que históricamente se ubica entre el 40 y 45% –según confirmaron a Acción fuentes de una importante petrolera– llevará el aumento en el año al 52,6% en boca de surtidor. «Normalmente, la carga impositiva suele ser el 40 o 45%. Podemos decir que casi la mitad del combustible son impuestos», explicó a este medio el directivo de una petrolera. Por la devaluación del peso y el atraso en la actualización de ese componente incluso fue disminuyendo en los últimos años, pasando de un promedio de 44% hasta tocar un 30%.
Luego comenzaron a actualizarse los impuestos adeudados y volvió a ganar participación el componente impositivo, y de cumplirse con las previsiones en el Presupuesto la carga de impuestos superará la mitad del valor del combustible.
Por su parte, el ministro de Economía publicó un posteo en la red X, en el que sostiene que siguen «dando la batalla por la transparencia», donde informó que las estaciones de servicio deberán informar el cobro de las tasas municipales sobre el precio del combustible. «El Gobierno nacional establece que las estaciones de servicio, en jurisdicciones cuyos municipios apliquen tasas viales y/o municipales, deberán exhibir la siguiente leyenda: “En esta jurisdicción se aplican tasas viales y/o municipales sobre el precio de los combustibles”», señala en su posteo. Se otorga un plazo de adecuación de 120 días, a partir de la entrada en vigencia de la resolución.
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