El Senado tratará este jueves el proyecto de Ley de Financiamiento Universitario, y el Gobierno ya confirmó que el presidente Javier Milei vetará la iniciativa en caso de que sea aprobada. Ante esto, los trabajadores de las universidades continúan su lucha por sus salarios, que cayeron más de un 50% desde que gobierna La Libertad Avanza. «Es una estrategia de desgaste permanente, que busca la división», señalaron.
Jorge Anró, secretario adjunto de la Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (FATUN), dialogó con Juan Amorín en La Mañana, por C5N, donde remarcó que «este no es un problema económico ni de falta de plata, es una decisión política, para este gobierno el modelo de país es uno en el cual la universidad pública no solamente no entra, sino que lo perjudica, porque forma ideas, opiniones, y no quieren tener a un pueblo formado y preparado».
«Tuvimos una marcha para defender a la universidad pública el 23 de abril que fue histórica, donde en la capital se juntaron más de un millón de personas, universitarios, docentes, no docentes, creo que el pueblo argentino todo, y en cada provincia pasó algo similar. La respuesta que tuvimos del Gobierno fue prácticamente nula, si bien en ese momento se anunció la actualización del presupuesto de funcionamiento en base a la inflación de 2023, que fue superior a 270%, esto que se planteó se empezó a pagar en mayo a cuentagotas», repasó.
«Fue un paliativo a la crisis presupuestaria que tiene que ver con el funcionamiento, pero eso es menos del 10% de todo el presupuesto universitario. El 90% son los salarios docentes y no docentes y programas especiales de ciencia y tecnología, becas, obras. Todo eso quedó congelado y paralizado. Las becas estudiantiles hoy están en $20 mil, congeladas a 2023. Los salarios docentes y no docentes sufrieron el ajuste más brutal en 40 años de democracia», añadió.
El no docente subrayó que «desde que asumió Milei al 31 de julio, nuestros salarios retrocedieron un 56,7%. Esto es tanto para el docente como el no docente». A modo de comparación, «en los cuatro años del gobierno de Macri perdimos el 25%».
Pese al poco tiempo que lleva la nueva gestión, «las instancias con el Gobierno se agotaron, hemos tenido todo tipo de gestiones con las secretarías de Educación y Trabajo, con la ministra Sandra Pettovello, a la quien le hicimos una propuesta». «Se la vio como una persona muy soberbia y que estaba fuera de la realidad, pidió que le contáramos lo que estaba pasando porque no lo sabía», agregó.
Si bien la marcha tuvo una amplia repercusión a nivel mediático y en redes sociales, «después no cambió nada». «Estuvimos reunidos infinidad de veces con el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, nunca tuvimos una respuesta. Es una persona soberbia, falta el respeto cada vez que habla con alguien. Él dice algo que creo que tiene razón: esto lo decide el Ministerio de Economía, él tiene las manos atadas y hace lo que puede», explicó Anró.
«Creo que el Gobierno sintió el golpe de la marcha universitaria de abril, sintió que la gente salía a la calle, escuchó lo que estaba pasando pero no le importa. Están decididos a avanzar en una política que perjudica al país», resaltó.
En cuanto a lo que pueda pasar el jueves en el Senado, el gremialista consideró que «el del Congreso es un camino importante, estamos muy esperanzados de que se apruebe la Ley de Financiamiento Universitario, sabemos que el Gobierno dice que la va a vetar, y que debemos volver a salir a la calle a expresar nuestra opinión y que podemos dar vuelta ese veto».
Sin embargo, «eso no va a cambiar la política del Gobierno, es una pelea constante y permanente, que los trabajadores estamos dispuestos a dar porque defendemos a la gente que representamos pero también defendemos al país».
«Es una estrategia de desgaste permanente, que busca la división. Cuando se dio la plata del funcionamiento primero se le dio a la UBA, después cuando vieron que eso no surtió efecto, que la UBA se plantó defendiendo al resto de las universidades; se le dio a las otras, pensando que los trabajadores nos quedábamos afuera, pero los rectores siguen bancando y seguimos todos unidos. No nos va a debilitar, vamos a seguir adelante con la pelea y la vamos a ganar», concluyó.
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