La historia del boxeo tiene miles de capítulos similares, acá y en todos lados, donde el mismo karma persigue el visitante: si no es por KO, las victorias suelen escabullirse entre los guantes.
Y eso le pasó este viernes por la noche en el Polidepotivo Butaló de la capital pampeana a la bonaerense Gisela Quintanilla, que cayó por decisión mayoritaria y con lo justo ante la santarroseña Aixa Ádema, en su primera defensa como campeona nacional mosca.
En las tarjetas, los jurados vieron ganadora a la pampeana con otro margen de diferencia y un poco alejado de la realidad: 97-93, 95-95 y 96-94.
«La chiqui» Quintanilla vino vestida para la guerra: pantalón camuflado y remera verde militar. Y lo demostró en el mismísimo arranque del primer round, donde sorprendió a Ádema con una derecha boleada. La misma mano con la que la castigó a lo largo de todo el combate, y que la defensa de la santarroseña no pudo resolver.
El público suele ser el mejor termómetro a lo largo de una pelea. Y el de anoche lo fue. Las tribunas locales, en un salón colmado, solo se levantaron en un par de ocasiones -en el cierre del tercero, del séptimo, noveno y del décimo- donde la guapeza de Ádema pudo más que el mejor boxeo que lució en otras ocasiones.
La de este viernes fue una noche histórica, ya que La Pampa volvió a tener una pelea con corona en juego poco más de diez años después. La última batalla titular en la provincia fue en 2013, cuando Mónica Acosta venció por decisión técnica a la puertorriqueña Belinda Laracuente en el club Estudiantes el 9 de agosto por el WBA superligero.
Entre las aficionadas, Benjamín Marinangeli (Santa Rosa) superó a Jesús Chiaraviglio (General Pico), Cielo Urdaniz (Santa Rosa) empató con Tatiana Daglio (Buenos Aires), y Benjamín Díaz (Santa Rosa) superó en una atrapante pelea a Renzo Yañez (Rancul).
Fuente: El diario de La Pampa
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