La oficial Emilia Navas, integrante de la División de Siniestros Viales de General Pico, ofreció un acto de solidaridad y empatía a una madre que sufrió un siniestro vial. Este viernes, cerca de las 18:30 horas, mientras patrullaba con un compañero, Navas se enteró por la radio de un siniestro vial que involucraba a una madre y su bebé. A pesar de tener otras obligaciones, solicitó permiso para acudir al lugar del accidente, preocupada especialmente por la presencia del bebé.
Una moto 110 cc. fue embestida por un Renault Stepway en la intersección de calle 107 y 20. El automóvil, que circulaba por la 20 de norte a sur, impactó violentamente contra la moto en la que viajaban dos mujeres y un bebé. A pesar de llevar casco, las motociclistas sufrieron múltiples escoriaciones.
Al llegar al lugar, Navas colaboró con el equipo médico y se aseguró de que el bebé, que solo presentaba rasguños en la pierna, y su madre fueran trasladados al hospital.
Finalizada su intervención en el lugar del siniestro, Navas se dirigió al hospital, donde encontró al bebé llorando incesantemente en brazos de su padre. La madre, incapacitada para amamantar debido a una lesión en el brazo, se encontraba bajo tratamiento y dolorida.
«Pedí permiso para acercarme al hospital, ya cuando estaba en el lugar el bebé lloraba y la madre no podía mover el brazo. La madre, al querer agarrarlo cuando cayeron, golpea con la muñeca en el piso y no podía mover la mano», relató Navas.
Con el permiso de la madre, Navas decidió amamantar al niño, quien rápidamente se calmó y se durmió. «Entro a la guardia, la veo a la mamá que estaba ahí dolorida, le habían pasado un suero, pero tenía que esperar resultados de los estudios. Así que no podía amamantarlo y primeramente se lo pedía en realidad para intentar calmarlo. Les pregunté a ver si el bebé tenía hambre, que tomaba si tomaba mamadera o no. Me dijeron que sólo tomaba teta, así que intenté dárselo a la mamá, pero ella no podía. Estaba tan dolorida, no podía moverse y no lo podía sostener. Y el gordo lloraba, se refregaba los ojos, tenía hambre. Le pedí permiso a la mamá, ella me dijo que sí lógicamente. Lo único que quería que el bebé se calmara. Así que me acomodé, las enfermeras ahí del hospital enseguida me pusieron unos biombos, le di el pecho y se durmió un ratito».
Deja tu comentario!