El juicio en el que el exmarino Adolfo Donda Tigel es juzgado por su responsabilidad en la apropiación y ocultación de la identidad de su sobrina, Victoria Donda Pérez, nacida en el centro clandestino de detención de la ESMA durante el terrorismo de Estado, transita su tramo final y se espera que tras la feria judicial se reanuden las audiencias para finalizar la etapa de alegatos y conocer la fecha de veredicto.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 6 de CABA, integrado por los magistrados Ricardo Basílico, María Gabriela López Iñiguez y Daniel Horacio Obligado, reanudará el debate el próximo 7 de febrero a las 10, día en que el abogado defensor Guillermo Fanego continuará su alegato.
Se trata del tercer juicio que enfrenta Donda Tigel, quien ya fue condenado a prisión perpetua en las causas «ESMA II» y «ESMA Unificada» por ser coautor de los secuestros, torturas, homicidios y sustracción de menores en perjuicio de alrededor de 400 víctimas en el centro clandestino de detención que funcionó en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura, en su carácter de jefe de Operaciones del Grupo de Tareas 3.3.2.
«Cuando Adolfo Donda recibió la sentencia a cadena perpetua por la causa ESMA y vi que no estaba condenado por la desaparición de mis padres -hermano y cuñada del condenado- y por mi apropiación, sentí que había algo en el universo que no estaba en equilibrio», contó Victoria Donda en diálogo con Télam.
El secuestro de sus padres
José María Laureano Donda Tigel, el padre de Victoria, fue secuestrado a los 21 años al igual que su madre, María Hilda «Cori» Pérez, quien por ese entonces estaba embarazada de cinco meses de Victoria y daría a luz en cautiverio en 1977 en la maternidad clandestina que funcionaba en la ESMA.
Victoria recién podría recuperar su identidad 27 años después, en octubre de 2004, gracias a la labor conjunta de Abuelas de Plaza de Mayo y la Comisión Hermanos de la Regional Capital de H.I.J.O.S.
Según el sobreviviente Lisandro Cubas, uno de los 27 testigos que brindaron testimonio en esta causa, Donda Tigel habló con su cuñada durante su cautiverio en la ESMA y hasta trató de tranquilizarla diciéndole que «a la niña la iban a entregar a la familia».
«Cuando Adolfo Donda recibió la sentencia a cadena perpetua por la causa ESMA y vi que no estaba condenado por la desaparición de mis padres y por mi apropiación, sentí que había algo en el universo que no estaba en equilibrio»
En otros testimonios, como el de la defensora del Público y sobreviviente, Miriam Lewin, quedó evidenciada la «presencia frecuente» de Donda Tigel en la ESMA y su «trato cotidiano» con el prefecto Juan Antonio Azic, apropiador de Victoria condenado por delitos de lesa humanidad en 2012.
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