La decisión del gobierno de retirar la parte fiscal del proyecto de ley ómnibus enviado al Congreso abre un nuevo capítulo en el tironeo entre el Ejecutivo nacional y las provincias acerca de la distribución de recursos.
Ya antes del anuncio del viernes por la noche de Luis Caputo, el propio ministro había adelantado que ocurriría si el Congreso no aprobaba -y todo indicaba que no lo haría- esas herramientas.
El propio Caputo había ratificado su estrategia para llegar de todos modos al «déficit fiscal cero» el miércoles 24, en un posteo de Twitter, en el que contó que analizaba con su equipo «todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado».
Un informe del portal Infobae refleja cuál podría ser el alcance de esos recortes para las provincias, analizando los números del pasado 2023.
Hay que distinguir, en el sistema de «federalismo fiscal» argentino, entre transferencias «automáticas» y «discrecionales». Las primeras, como su nombre lo indica, se determinan automáticamente en función, básicamente, de la ley de Coparticipación Federal 23.548, una norma «transitoria» que empezó a regir en 1989 y tuvo desde entonces más de 160 enmiendas.
No es poco dinero. Sumando transferencias automáticas y discrecionales, en 2023 (siempre a valores del mes pasado), Tierra del Fuego recibió $980.000 por habitante, Catamarca $928.000, La Rioja $921.000, Formosa $886.000, La Pampa $786.000, Santa Cruz $734.000 y así siguiendo, hasta llegar a los dos distritos que menos recibieron por habitante, la provincia de Buenos Aires, $232.000, y CABA $147.000, con un promedio nacional de 354.000 pesos.
Según los datos de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales (DNAP), al viernes 26 de enero los fondos enviados a provincias por esa «ventanilla» en lo que va del año sumaban 2.137.837.651.000 pesos o, más sencillamente y redondeando, $2,1 billones (esto es, 2,1 millones de millones de pesos). Esa cifra incluye poco menos de $40.000 millones en concepto de diverso tipo de «compensaciones».
Ese dinero está a salvo de recortes, pero no la parte «discrecional», partidas y conceptos que la Nación maneja con criterio político y que según una «Anatomía de las transferencias» que elaboró Marcelo Capello, experto en federalismo fiscal de la Fundación Mediterránea, en un 80% se canalizan a través del Fondo de Incentivo Docente, Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la provincia de Buenos Aires, programa de relaciones con las provincias, programa de desarrollo regional (que incluye los llamados Adelantos del Tesoro Nacional o ATN), aportes de la Anses a las cajas de jubilaciones provinciales no transferidas a Nación y distintas «asistencias financieras» a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
¿De cuánto dinero se trata»? En 2023, a valores de diciembre pasado, fueron $1,9 billones (esto es, 1,9 millones de millones de pesos, equivalente a poco menos de un mes de transferencias «automáticas»).
El recorte de esas partidas puede ser más o menos contencioso. Por caso, el «Fondo de Incentivo Docente» fue creado por ley, mientras el Fondo de Fortalecimiento Fiscal bonaerense fue creado por decreto.
Las transferencias «discrecionales» pueden a su vez ser «corrientes» (para financiar gastos ordinarios) y «de capital», para financiar obras o programas que implican inversiones que se supone tendrán una incidencia a largo plazo.
Para comparar, en 2023 la provincia La Pampa recibió el 1,1% mientras que Buenos Aires recibió 49,5% de las transferencias discrecionales «corrientes» (esto es, casi lo mismo que las restantes 22 provincias y CABA sumadas).
En las transferencias discrecionales «de capital» la provincia mimada fue La Rioja, que pese a explicar el 0,8% de la población del país, recibió el 16% del total, esto es 20 veces más que lo que sugeriría su peso poblacional. Para La Pampa, en este rubro, el porcentaje llegó al 3,5%.
A su vez, en transferencias discrecionales de capital a municipios, la número uno vuelve a ser la provincia de Buenos Aires, cuyas intendencias recibieron el 63% del total, mientras que para La Pampa correspondió el 0,3%.
Cuando se suman las transferencias «discrecionales» corrientes y de capital y se las mide en relación a la población, la provincia que encabeza el ranking es Santa Cruz, con $68.417 per cápita en obras y programas, seguida por La Rioja, Tierra del Fuego y CABA.
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