Una de las principales promesas de campaña del presidente electo, Javier Milei, fue avanzar en un profundo ajuste del gasto público que permita un equilibrio prácticamente inmediato de las cuentas públicas. Sin embargo, el mapa de las cuentas del Estado pone en jaque a la «motosierra» que propone el liberal libertario.
Para la consultora Ecolatina, la magnitud del recorte propuesto por Milei -habló de un 15% del PBI- hace pensar en «cierto desconocimiento de la estructura fiscal». El nuevo mandatario aclaró que el ajuste de 15 puntos contemplaba 10 puntos correspondientes al stock de Leliq y Pases, un «error técnico, dado no implica necesariamente que el BCRA está incurriendo en un déficit cuasi fiscal de la misma magnitud», aclaró el informe.
Consecuentemente, según Milei el ajuste de cinco puntos del PBI permitiría alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas para 2024. El gasto público consolidado cerrará 2023 en torno a 38% del PBI. Casi 20% del PBI corresponde exclusivamente a gasto nacional y el resto refiere a gasto de las provincias y municipios.
Punto de partida 2024
Corridos 10 meses, el déficit acumulado asciende a 1,6% del PBI. Cumplir con la meta comprometida con el FMI supone un déficit primario adicional de 0,3% del PBI en los últimos dos meses. Esto implica que, aun asumiendo que los ingresos sostienen la dinámica actual, el gasto primario debería ajustar más de 30% en términos reales.
Según la consultora LCG, este 2023 cerrará con un déficit primario de 2,7% del PBI, 0,8 puntos por encima de la meta comprometida con el Fondo. Será sobre este nivel a partir del cual deberá arrancar la convergencia hacia el equilibrio fiscal y desde este escenario se abren las posibilidades del ajuste real.
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Del lado de los ingresos, el fin de la sequía permitirá la recomposición de los derechos de exportación (+0,7% del PBI), pero la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias restará recursos por 0,3% del PBI de las arcas nacionales, según cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Cerrada la posibilidad, por decisión política, de recurrir a financiamiento monetario por parte del BCRA y asumiendo un limitado acceso a los mercados de deuda, podría ser necesario equilibrar el resultado financiero. Esto exigiría un esfuerzo todavía mayor en términos de recorte del gasto primario para poder cubrir el pago de intereses por 2,1% del PBI previstos para 2024. Sin considerar subas de impuesto, esto demandará un ajuste del gasto primario equivalente a 4,4 puntos del PBI. La ecuación cambiaría completamente si el impuesto PAIS se mantiene o si se unifica el tipo de cambio.
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