“Recibimos más de lo que damos y es maravilloso poder ofrecer algo de nuestro tiempo a personas que lo necesitan, más allá de cuestiones materiales: un abrazo, una palabra de aliento, una mirada. En nuestro caso, la tarea es acompañar a los niños y niñas durante su período de internación, a veces provenientes de otras localidades, haciéndoles sentir que no están solos mediante distintas formas de recreación. Y el resultado es maravilloso” reiteró Micaela Ramos, integrante del Grupo de Voluntarias de Pediatría del hospital Lucio Molas.
En nuestro país, cada 4 de octubre se conmemora el Día del Voluntariado, dedicado a esos seres que destinan parte de su vida a trabajar sin remuneración alguna para mejorar la vida de otras personas. La fecha corresponde al onomástico de San Francisco de Asís, patrono del voluntariado hospitalario, y está especialmente dedicada a las personas que, gratuita y solidariamente, acompañan y apoyan a los enfermos y sus familias en establecimientos de salud.
Además del grupo pediátrico santarroseño, en La Pampa funcionan otras dos entidades de voluntariado hospitalario: las Damas de Rosa, también del Lucio Molas, y el Grupo de Voluntarias, del hospital Gobernador Centeno, en General Pico. Integrantes de las tres agrupaciones se juntarán el próximo sábado a partir de las 10, en la sede de la Dafas, para “celebrar este nuestro día y compartir una jornada de intercambio de experiencias y métodos de trabajo”.
“Desde hace tiempo evaluábamos la posibilidad de encontrarnos y nos pareció que esta fecha sería una oportunidad ideal. Dafas nos cedió el espacio y colaboró en la organización de la jornada, en el contexto de la Ley de Responsabilidad Social y estamos muy agradecidas con el organismo, así como con instituciones y personas que nos apoyan con donaciones, las escuelas, el grupo de tejedoras”, agregó Micaela.
- “Escuchar es fundamental”
De lunes a viernes visitan “todas las habitaciones y también terapia pediátrica, rehabilitación y el inyectatorio”. Llevan libros, juguetes, ropa y preparan actividades especiales para fechas como Navidad, Reyes Magos, el Día de las Infancias. “Muchos niños y niñas están internados con patologías graves y tratamientos intensivos. Observar cómo cambian su semblante y ríen a pesar del momento que atraviesan es nuestra mayor satisfacción”, dijeron.
Las Damas de Rosa, en cambio, están dedicadas a pacientes adultos internados en Clínica Médica, Clínica Quirúrgica, Neonatología, Tocoginecología y Salud Mental. El grupo comenzó a funcionar el 26 de abril de 1991 y actualmente está integrado por 12 voluntarias activas y muchas otras que apoyan de forma pasiva. Diariamente recorren las habitaciones para brindar apoyo y contención a los enfermos y sus familiares, y uno de sus aportes más conocidos es el préstamo de reposeras para facilitar el descanso de los acompañantes.
En General Pico, el Grupo de Voluntarias se formó el 13 de septiembre de 1991, promovido por la doctora Cristina Ciclick, graduada en Córdoba, donde conoció la valiosa tarea que el voluntariado realiza en la Casa Cuna. “Ella y la licenciada Casilda “Cachi” Lavecchia convocaron al voluntariado desde el Servicio Social del Gobernador Centeno y así formamos nuestro grupo”, recordó Micaela Romero, quien lleva 32 años ininterrumpidos dedicada a esta tarea altruista y altamente necesaria en los centros de salud.
“Todos los días nos dividimos en dos grupos y desarrollamos actividades de apoyo y recreación en salas de todos los servicios, incluyendo Oncología y los consultorios externos, y nuestra tarea más importante es escuchar, prestar el oído” advertió. Durante muchos años no tuvieron un espacio fijo dentro del establecimiento hasta que “durante la pandemia nos cedieron un contenedor, que pintamos de muchos colores y utilizamos para guardar nuestros libros, juegos didácticos y otros elementos”, agregó.
- Vocación de ayudar
De orígenes muy antiguos, el voluntariado hospitalario sumó a la vocación de servicio una constante capacitación y terminó integrándose a los equipos de salud para conseguir mayor eficacia en su tarea. Con su presencia consiguen templar el frío ambiente hospitalario, un espacio extraño para enfermos alejados de su hogar, que sienten dolor e incertidumbre y se encuentran repentinamente rodeados por olores, sonidos y personas desconocidas.
Con el paso del tiempo, en todo el mundo profesionales y trabajadores han reconocido actividad de voluntarios y voluntarias como un aporte formidable para la sanación, y muchos establecimientos cuentan hoy con criterios de selección y normativas para encuadrar esa tarea.
Son personas que deciden comprometer parte de su tiempo para un trabajo no remunerado por distintas motivaciones y sin ellas muchas acciones de la salud no alcanzarían tan buenos resultados. En estos tiempos cuando tanto escasean la solidaridad y el altruismo, se les preguntó por qué eligieron el voluntariado, y respondieron con frases como “por responsabilidad y para humanizar”, “por amor y respeto”, “para vivir en un mundo mejor”, “por compromiso con el prójimo”. Ser voluntario es “una elección, una pasión y un desafío que desarrollamos mediante la escucha, acompañamiento y recreación para que los pacientes tengan una pronta recuperación”, escribió Myriam, desde General Pico.
“Además de nosotros, en distintas localidades de La Pampa hay muchísimos grupos que se reúnen para hacer trabajo voluntario y nos envían sus donaciones. En este día queremos saludar a todas las personas que eligen ayudar y acompañar a quienes lo necesitan”, concluyeron.
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