Los fanáticos de Taylor Swift provocaron eventos de actividad sísmica durante los dos recitales que la cantante brindó en la ciudad de Seattle, Estados Unidos. Los terremotos generados tuvieron una magnitud de 2.3 en la escala de Richter. La joven estadounidense se presentará el jueves 9 y viernes 10 de noviembre próximos en Argentina.
La artista Taylor Swift actuó los pasados 22 y 23 de julio en el estadio Lumen Field de Seattle, donde acudieron alrededor de 70.000 personas por noche. El baile y los saltos de los fanáticos provocaron una actividad sísmica que marcó 2.3 en la escala de Richter.
Por este hecho, la propia Taylor les agradeció a sus seguidores a través de las redes sociales. « Seattle se ha convertido en uno de mis fines de semana favoritos. Gracias por todo. Por todos los aplausos, gritos, saltos, bailes y cantos a pleno pulmón», escribió en su perfil de Instagram.
El diario ABC resaltó que otro dato curioso de esta situación es que la estación sísmica cercana al estadio registró un patrón casi idéntico durante los dos conciertos. Según análisis de los científicos, lo que causó los terremotos en ambos días no fueron solo los saltos y bailes del público, sino también la potencia del equipo de sonido.
Por su parte, el medio CNN indicó que este evento sísmico provocado por Swift es comparable al que generaron los simpatizantes del Seattle Seahawks en el año 2011 cuando uno de los jugadores marcó un touchdown. La celebración por ese tanto fue detectada en el mismo sismómetro local que el concierto de Swift, explicó la sismóloga Jackie Caplan-Auerbach.
“Tomé los datos de las dos noches del concierto y rápidamente noté que eran claramente el mismo patrón de señales. Si los superpongo, son casi idénticos”, detalló Caplan-Auerbach, que trabaja como profesora de geología en la Universidad de Western Washington, y cuando vio la comparación en un grupo de terremotos del Noroeste del Pacífico que modera en Facebook inmediatamente se puso a trabajar.
La única diferencia entre los movimientos sísmicos del 22 y 23 de julio fue de 26 minutos, pero la especialista pudo averiguar que eso se puede deber a que el concierto del domingo se retrasó alrededor de media hora.
En relación al evento del 2011, la diferencia de magnitud entre ambas actividades sísmicas fue de 0.3, pero la geóloga resaltó que el movimiento generado por los fanáticos de Taylor «duplicó» al provocado por los hinchas de los Seahawks.
“La principal diferencia es la duración del temblor. Animar después de un touchdown dura un par de segundos, pero eventualmente se apaga. Es mucho más aleatorio que un concierto. Para Taylor Swift, recopilé alrededor de 10 horas de datos donde el ritmo controlaba el comportamiento. La música, los altavoces, el ritmo. Toda esa energía puede hundirse en el suelo y sacudirlo”, explicó Caplan-Auerbach.
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