El “ataque” de Federico, según cuenta, duró tan sólo 18 minutos y días después comenzaron las comunicaciones con Euler Finance, la empresa cripto inglesa, para reintegrar la totalidad de estos activos que sacó del protocolo de finanzas descentralizadas (DeFI). Así fue que, 23 días más tarde, los 197 millones habían vuelto a sus dueños y la historia pasó de ser un robo despiadado a una maniobra que, según Jaime, busca incentivar la práctica del “Ethical Hacking”, es decir, aquel que se lleva a cabo con el fin de dejar en evidencia las fallas de un sistema de seguridad informática.
Periodista: Contanos tu historia y de qué manera obtuviste el conocimiento para que hoy se te considere un hacker.
Federico Jaime: Yo no diría que soy un hacker. Sí es cierto que por años me interesé en la ciberseguridad y que desde los nueve años juego con sistemas informáticos. Y tengo bastante experiencia. Pero nunca fue más que un hobby que aprendí a partir de lectura, imitación, a través de la prueba y el error.
P: ¿Cómo fue la maniobra y de qué forma la pensaste?
FJ: Durante meses estuve estudiando la red Ethereum y en un momento me llamó la atención el lado de la seguridad, y quise aplicar mi experiencia. Un amigo me pasó una lista de proyectos interesantes y yo empecé a revisar sus contratos inteligentes.
P: ¿Porque Euler Finance?
FJ: Entre estos proyectos estaba una plataforma de préstamos inglesa, Euler Finance. Viéndola me pareció interesantísimo el sistema modular que tenían sus contratos, y, haciéndome familiar con él, una cosa me llamó la atención: una función para donar dinero del usuario al fondo común. Y ahí brilló un error, y en cosa de dos días sin dormir hice el programa que la hackeó. Luego me comuniqué con los especialistas de la compañía a través de blockchain y por mail. Tengo que decir que siempre fueron muy francos y cordiales. Nada más.
La velocidad de la maniobra y el monto que obtuvo fueron dos factores que sorprendieron a Federico. “No esperaba que se pudiera hacer hasta que se hizo. En un punto fue hasta casi accidental, de verdad. Y fue impactante que haya sido el mayor acto de hacking financiero hecho por un individuo en la historia. Pero también que fuera una empresa revisada seis veces por compañías distintas que le dieron el ok en términos de seguridad, y no pudieron encontrar el error”, se sincera. Asegura que no se arrepiente pese al lío que se armó, “aunque probablemente algunas cosas podrían haber salido mejor”.
Actualmente en Francia, ahora sólo quiere volver a la normalidad y dejar de ser noticia: “Deseo regresar a la Argentina y continuar mis estudios”.
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