La información oficial del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (Coirco) confirmó ayer que la cota del lago ascendió tres metros desde abril, cuando se registró la cota mínima, producto de la crecida por las lluvias. El buzo Claudio “Toro” Ramírez le confirmó a este diario que “es visible la crecida porque ya no se ven islas, se lo ve hermoso”.
Datos hídricos.
Las mediciones de la estación que el Coirco posee en el embalse de Casa de Piedra confirmaron ayer que, desde la última semana de junio, en que se inició la crecida, producto de los más de 300 milímetros caídos en la alta cuenca, el lago recuperó dos metros. Son tres metros en total, si se toma como parámetro la mínima altura registrada en abril.
Los especialistas señalan que se trata de una importante mejora en el acopio hídrico pero dejan en claro que está lejos del nivel histórico del espejo.
Esta masa hídrica produjo una crecida que comenzó a desandar el cauce del Colorado sumando volumen que finalmente se tradujo en una histórica crecida. Para cuantificarla hay que mencionar datos de la estación del Coirco, en Buta Ranquil (Neuquén). En ese centro de mediciones, el pico fue registrado el domingo 25 de junio, cuando el caudal llegó a los 773 metros cúbicos por segundo. Cabe recordar que solo cuatro días antes, el río traía apenas 45 m³/s.
La ola de la crecida tardó varios días en llegar a la cuenca media que componen los sectores ribereños cercanos a las ciudades de 25 de Mayo y Colonia Catriel, donde produjo algunos inconvenientes. Y algunos días más al sector donde está el embalse y el lago de Casa de Piedra.
Recuperación del lago.
Uno de los efectos positivos que produjo este fenómeno climático, es la importante recuperación que tuvo el reservorio hídrico de Casa de Piedra. Claro que no es la ideal, pero fue la más significativa de los últimos doce años.
Para dimensionar la situación hay que recordar que este año la cota mínima fue registrada el 21 de abril pasado, en el que el registro diario marcó 270,58 metros sobre el nivel del mar. Posteriormente se notó una leve y paulatina mayor escorrentía y el domingo 25 de junio la información oficial indicó que el nivel fue de 271,58.
Seis días después, el 1° de julio, la cota subió otro metro hasta ubicarse en 272,58 metros sobre el nivel del mar. Y finalmente en la jornada de la víspera, el registro de Coirco indicó que el lago ya estaba en los 273,58 msnm, llegando a una altura que para el mes de julio no se registraba desde 2019.
“Hermoso y cerca”.
Si hay alguien que venera y disfruta del lago es el buzo y docente Claudio “Toro” Ramírez, quien ayer habló con LA ARENA y aportó fotos reveladoras. “Al lago se lo ve hermoso, gracias a Dios sigue entrando agua”, contó lleno de entusiasmo.
“Vemos que el pelo del lago está nuevamente cerca de la Villa. El agua está otra vez cerca de la Villa, ahora ya no se ven las islas que habían aparecido”, agregó.
En el contacto ofreció fotos y se tomó el trabajo de subir al mirador y luego bajar a la playa. Desde la barda, donde están construyendo la Bodega Provincial, la imagen, para quienes la observaron hace un par de meses, es increíble: nuevamente la masa hídrica se enseñorea del paisaje. Y desde el borde se puede ver agua hasta casi el infinito, un milagro de la naturaleza que a veces quita y otra veces da.
Don Cabrera, pescador.
El “Toro” hizo fácil el trabajo, porque fue hasta el lago y entregó una muy rica información: su charla con don Cabrera, el único pescador que desafiaba el mal clima (con viento y frío). “Es don Cabrera, nuevo en la Villa, papá de la esposa de un policía. Ahí está firme, con frío pero muy contento, me mostró el lindo pejerrey que sacó”, relató Ramírez.
“Toro” es conocido por ser el ‘inventor’ de la cava subacuática, actividad donde interactúa con el productor de los vinos Arumcó, Juan Pablo Morisoli. Es buzo, y junto a su colega santarroseño Gustavo Suárez son los encargados de instalar el depósito de botellas en el fondo del sector de río aguas abajo del dique.
Pero también es amante de las actividades náuticas, y por ello disfruta de la crecida. “Yo voy a navegar todos los días. Ya sea en kayak, pero también en kitesurf y wind surf, con amigos que vienen del Valle, de General Roca y Cipolletti. Acá tenemos el viento perfecto. Realmente es una bendición esta recuperación del lago”, concluyó Ramírez.
Fuente La Arena
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