La victoria radical en La Pampa, donde el PRO invirtió cuantiosos recursos, dejó claro que la estructura del centenario partido puede complicar a sus competidores de Juntos más de lo imaginado. “Una semana en el Alvear a cada uno que nos votó era más barato”, se lamentó un dirigente amarillo.
En el PRO intentaron bajarle el precio a la derrota y por el número de votantes la asimilaron a las “elecciones del centro de estudiantes de una universidad privada”. Desde el calor hasta el aparato, hubo un gran abanico de justificaciones. También operaciones cruzadas para identificar a Martín Maquieyra con Horacio Rodríguez Larreta y no con Mauricio Macri o Patricia Bullrich, que también viajaron a La Pampa a apoyar al postulante amarillo.
Más allá del fracaso, en el PRO temen el efecto que puede tener la caída de Maquieyra en otras elecciones como Río Negro, Neuquén o Chubut, donde no está claro quiénes serán los candidatos.
Tucumán es otro de los casos que genera temor en Juntos. Allí Germán Alfaro, peronista y aliado del PRO, debe competir con el radical Roberto Sánchez para las elecciones de mayo. Ninguno quiere bajarse, pero hasta ahora a diferencia de lo que ocurre en Córdoba, son los radicales de Sánchez los que no quieren ir a internas, porque temen perder con Alfaro. El peronismo también juega en esa interna y hasta se habla de «radijaldismo» por la cercanía de varios intendentes radicales con el gobernador Osvaldo Jaldo.
En La Pampa “el PJ colaboró” con Martín Berhongaray y movilizó para apoyar al radical. Eso es lo que teme Juez: Juan Schiaretti no lo quiere de postulante ni tampoco Macri. Por eso, el senador apuesta a que una encuesta defina al candidato de Juntos. El método es un tanto retorcido: habilitaría la interna si el resultado de las encuestas se acerca a la paridad.
En Córdoba, a diferencia de lo que ocurre en otros distritos, no hay Paso. Ni para elegir candidatos a gobernador, ni para la intendencia. Por lo tanto, desde hace varios meses el debate se obturó en qué mecanismo elegir, Juez tenía todo encaminado para encabezar el armado provincial con Rodrigo De Loredo como candidato a intendente o vice. El problema es que el radical a fines del 2022 se plantó: comenzó a coquetear con la gobernación y expuso a los caudillos radicales -Mario Negri y Ramón Mestre- por la falta de respaldo.
Por lo tanto, si bien es difícil que haya internas, también es poco probable que decline su aspiración provincial. “¿Por qué debería bajarse ahora? Al contrario”, reconoció un radical de diálogo habitual con De Loredo.
La situación de Juez es distinta. Líder de un partido provincial y para muchos unipersonal, su negociación directa con el PRO nacional no le garantizó la unidad amarilla en Córdoba para su candidatura. Menos aun cuando Macri disciplinó parte de la tropa y ordenó a jugar, primero con Gustavo Santos y ahora con De Loredo.
Para Negri el candidato a gobernador debe ser Juez y De Loredo debe garantizar la intendencia de la ciudad de Córdoba. “Primero París, después Francia”, en palabras de Mario Negri. El jefe de la bancada radical días atrás le reclamó a Macri por el daño que hace a la coalición su indefinición, que es el mismo reproche que este sector le hace a De Loredo. “A donde va Macri, pierde”, dicen cerca del jefe del interbloque de Juntos.
Por lo pronto habrá una reunión de la Mesa Nacional de Juntos este martes. Allí intentarán resolver las dificultades de Mendoza y Chubut, donde no hay acuerdo sobre las candidaturas. También hablarán de Río Negro y Neuquén, aunque a esas provincias las dan por perdidas. Córdoba no está en el temario: creen que por su complejidad merece un encuentro de Zoom aparte.
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