Después del triunfo de la extrema derecha en Italia, uno de los armadores del ecosistema de Juntos por el Cambio temió que algunos dirigentes de la alianza podrían verse envalentonados con un presunto avance del polo más conservador a nivel mundial, impulso para quienes apuestan por ocupar una de las dos puntas de la polarización local. Hacerlo, entendieron varios en la oposición, sería comerse una curva y desconocer el verdadero pedido de la sociedad argentina: la racionalidad, el diálogo y cierta moderación. El mapa internacional reflejó, también, las diferentes propuestas electorales de la coalición. El final, cuál ganará, aún es incierto. Pero Mauricio Macri se subió a ese posicionamiento con una importante gira por latitudes conservadoras. Su ubicación geopolítica despertó, este año, varias coincidencias pero también algunas diferencias con sus aliados.
Juntos por el Cambio mostró, al menos, dos ideas diferentes para encarar la campaña del año que viene. Por un lado, los que vieron que las sociedades se polarizaron cada vez más e, incluso, empezaron a surgir «outsiders» de la política. Con la idea de mantener el sistema actual y no caer en la anarquía, decidieron ocupar una de esas puntas bajo las reglas de juego existentes. Otros, entendieron que esos extremos son muy chicos y que en el medio la sociedad comenzó a exigir una salida diferente, con más diálogo. En el medio, los que creyeron que la ancha avenida del medio no existe, o es poco creíble, y que habría que buscar otra manera de lograr una posición alternativa.
Para estos dos últimos grupos, creer que se podría replicar en Argentina la avanzada de extrema derecha en otros países, sería un error. Según algunos, las encuestas marcan hartazgo respecto de la grieta y entender lo contrario llevaría a «parecer» más radicalizado de lo debido. No solo en lo discursivo sino también en los acercamientos y las fotos. Simular las posiciones de los libertarios, podría hacer que JxC se perciba dentro de ese universo, algo potenciado por los coqueteos. Eso, que se le achacó a Macri, sería una equivocación. El ex presidente dijo, durante su recorrida europea, que le «gusta» e «impresiona» la ultraderechista Giorgia Meloni, de Italia.
Dentro de los puntos más destacados de la nueva gira internacional de Mauricio, estuvieron una visita a la redacción del conservador ABC de España, una foto con Mariano Rajoy, del PP de la derecha española, una disertación por la «defensa de la democracia liberal», donde volvió a pronosticar el fin del populismo, y una charla con Moisés Naim, un ex funcionario venezolano que escribe columnas en La Nación y apoyó, por ejemplo, la decisión de EEUU de excluir a países de la región de la Cumbre de las Américas. En la lista estuvieron la propia Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El posicionamiento amarillo sobre estos tres países se mostró coincidente en ambas orillas, la de los moderados y los combativos. También hubo puntos en común entre Macri y Horacio Rodríguez Larreta sobre las visitas en las giras. Ambos se reunieron con referentes del PP de España, un espacio con el que el PRO mantiene una relación afín. El jefe de Gobierno también compartió el destino de Estados Unidos, distintas zonas de Europa y sumó Israel, de dónde sacó un supuesto plan anti inflación basado en el amplio consenso político. Algo que no termina de convencer al ex presidente. En algún momento se barajó la posibilidad de un viaje del porteño a China, pero se fue desinflando con el correr del tiempo. Hubiera sido toda una señal hacia adentro del espacio.
Pero no todo fueron coincidencias. Cuando, en abril, Macri se sacó una foto con Donald Trump, dos aliados centrales salieron a cuestionarlo. Gerardo Morales, de la UCR, manifestó su disgusto y Elisa Carrió, de la Coalición Cívica y fundadora de JxC, su «vergüenza». Incluso, desde un sector opuesto al ex presidente, vereda de enfrente que se convirtió casi una tradición dentro de la alianza, se cuestionó la captura con el ex mandatario de Estados Unidos y la imagen de Mauricio con Mario Vargas Llosa. Se llegó a decir que si esa es la política internacional de Cambiemos, no hay política internacional.
En esos juegos externos, Macri siempre apostó por el liberalismo y el conservadurismo. Incluso, una de sus participaciones lo llevó a un nuevo round con la UCR. En junio, desde Brasil, analizó que el populismo empezó en la Argentina de la mano del radicalismo. Lo hizo justo después de que Morales planteara que era necesario terminar con los populismos de izquierda y de derecha. Con su apreciación, el ex presidente ubicó al partido centenario en la bolsa de los que deberían ser eliminados.
Sin embargo, la política internacional encabezada por Mauricio Macri durante su gobierno es valorada en el PRO. Incluso por el propio Larreta que ya mostró al menos dos encuentros numerosos con especialistas en la materia. En ambos, se destacó lo realizado entre 2015 y 2019, algo calificado como «una inserción global exitosa que este gobierno deterioró». Por lo tanto, la tarea propuesta estaría concentrada en recuperar «el legado» del ex presidente. El encargado de diagramar las actividades del jefe de Gobierno es Fernando Straface, de buen vínculo con muchos referentes y armador de las reuniones de trabajo. Él expuso algunos de los ejes clave para el posible próximo Gobierno.
Entre los objetivos larretistas, compartidos por el ecosistema, están la promoción de la entrada en vigencia del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, retomar la alianza con Brasil sin importar quién gobierne, modernizar el Mercosur y “promover el ingreso de la Argentina a la OCDE. Sobre el primero, a comienzos de septiembre el jefe de Gobierno se reunió con la embajadora de España en la Argentina y el capitalino le vendió su plan en construcción para «recuperar la confianza internacional». Ahora, otra de sus cartas de presentación mundial será la cumbre de alcaldes para tratar el cambio climático que se realizará en octubre.
Patricia Bullrich también hizo gestos a través de viajes, aunque menos. Estuvo, a principio de año, en Estados Unidos donde, al igual que Macri en Europa esta semana, habló del fin del populismo, se reunió con funcionarios, legisladores, empresarios y economistas con fuerte foco en la tecnología y las startup. En el bullrichismo molestó mucho una de las fotos de Larreta con sus equipos internacionales porque incluyó a varias figuras que también podrían ser ubicadas dentro del armado de la presidenta del PRO. Según el análisis del sector, las figuras fueron convocadas de forma engañosa para vender una imagen irreal. Lo cierto es que, tanto en materia de geopolítica como del resto de los perfiles de gestión nacional, todos compartirán el mismo plan.
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